Mar. Mar 19th, 2024

La distribuidora 39 escalones da la oportunidad a los jóvenes cinéfilos de rescatar las aventuras de Amelie Poulain en pantalla grande.

De distopías decadentes…

En 1991 tras su paso por el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges se estrenaba “Delicatessen”. Esta exitosa ópera prima se alzó con una gran cantidad de premios. Se convirtió en un auténtico bombazo. El filme firmado por Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro estuvo en la cartelera más de cuatro meses seguidos. Este cuento para adultos volvió loca a toda la comunidad cinéfila. Se convirtió en una pieza referencial por su barroca fotografía obra de Darius Khondji, el poderoso e innovador diseño de producción de tintes retrofuturistas y su fascinante narrativa. Esos marcados zooms a gran velocidad, el uso de lentes que distorsionaban la realidad y el montaje vertiginoso obra de Hervé Schneid.

El gran productor español, Elías Querejeta, financió al tándem su siguiente cuento titulado “La ciudad de los niños perdidos”. Donde seguían explorando la fórmula creada y llegó su consagración. La siguiente persona en querer trabajar con ellos fue Sigourney Weaver, que le brindó la posibilidad de saltar el charco y realizar la aventura americana. La 20th Century Fox andaba a vueltas con su xenomorfo y, tras rechazar la oferta David Cronenberg y Alex de la Iglesia, “Alien: Resurection” se convirtió en la pesadilla de Jeunet en solitario al disolverse la alianza con Marc Caró. El motivo fue simple, Caro no quería trabajar en un proyecto donde careciera del control creativo. Con la llegada del autor francés, la mítica franquicia se veía impregnada por ciertas pinceladas de su particular sentido del humor negro, diseño de producción y forma de contar los hechos, posiblemente porque seguía manteniendo su colaboración con Khondji y su infatigable escudero, Schneid. Lo cierto es que el resultado final resultó ser un tanto descafeinado, salvó los muebles, más o menos, y regresó de nuevo a Europa para poner en píe su siguiente cuento,El fabuloso destino de Amélie Poulain.

A luminosas y coloridas fábulas

Más conocida por el gran público como “Amélie”, este largometraje abría una nueva época en la filmografía de este particular autor francés. Contra todo pronóstico el filme llegó, vio y venció. Por una vez y sin que sirva de precedente, crítica y público fueron de la mano. Gracias al boca a boca destrozó la taquilla mundial. Este largometraje de ciertos tintes autobiográficos, reconocido por su propio director, se convirtió en otro hito en su carrera, a pesar de que el seleccionador del Festival de Cannes se cubriera de gloria al no seleccionarla para la sección competitiva. Se convertiría en el segundo episodio funesto entre Gilles Jacob, presidente del certamen, y Jeunet tras “La ciudad de los niños perdidos”. Le obligó a inscribir por su cuenta “Amélie” y esperar a la debida contestación. La crítica francesa desató la polémica. Le exigían saber los motivos por los que el filme no inauguró el certamen. Esta decisión hizo correr ríos de tinta. Pronto llegarían los premios BAFTA al mejor guion original, cuatro premios Cesar incluido el de Mejor película, Premio del público en Toronto, Premios desde la Revolución de terciopelo en el certamen Internacional de Cine de Karlovy Vary, tres galardones principales de los Prix Lumière de la crítica internacional y un Premio Sant Jordi para Audrey Tattou. Además, consiguió cinco nominaciones en los Oscar, pero no se hizo con ninguna estatuilla dorada. Se convirtió en la cuarta película de habla no inglesa más taquillera de la historia, sobre todo gracias al boca a boca.

Un narrador omnisciente nos contará la historia de una mujer singular. Amelie es una mujer que por el azar decide ayudar a todos los que le rodean. Eso lleva a Jeunet a crear una galería de personajes de lo más extravagantes, tal y como nos tenía acostumbrados. El reparto  liderado por su actor fetiche Dominique Pinon, se entrega en cuerpo y alma a estos seres repletos de singularidades. Podríamos empezar por el hombre de cristal que durante los últimos veinte años lleva pintando una vez al año el mismo cuadro. Se trata de «El almuerzo de los remeros» de Renoir. El motivo no es otro que está obsesionado con la mirada de la mujer que está bebiendo. Le siguen el tirano tendero y su acomplejado ayudante, o la entrañable e hipocondriaca estanquera.

El almuerzo de los remeros de Renoir

Mirada del director sobre sus criaturas es tierna, hiperactiva, no hay tregua para la retina. Sobre todo, gracias a unos estupendos efectos especiales que están al servicio de la historia. Lo que acaba atrapando al espectador son las miradas de su actriz principal Audrey Tautou, que traspasan la pantalla. Es curioso, pero este personaje estaba pensado en un principio para Emily Watson, que conmovió al realizador en “Rompiendo las olas” (Lars Von Trier, 1996), acabó por azar en manos de la joven Tatou. Hay un montaje muy picado. Este estilo se aprecia en sus primeros cortometrajes como “Le manege” (1980). En su obra siempre hay un exceso de información y cosas de lo más insólito. Para el recuerdo el reconocedor de aliento de “Alien Resurection”, en lugar de la retina que es lo más usado por los guionistas del género fantástico.

Este filme supone un punto de inflexión donde abandona los universos barrocos por entornos realistas repletos de luz y color, con un fuerte aroma impresionista. Una de las referencias pictóricas del filme, y la más obvia, es la obra anteriormente citada, «El almuerzo de los remeros». Pero no es la única, cuando Amelie tira piedras, el encuadre recordará al espectador los famosos cuadros de los nenúfares de Monet.

Obras de Michael Sowa
La lampara de Michael Sowa

El pintor y escultor surrealista alemán, Michael Sowa, saltó a la fama gracias a Jeunet. Los cuadros y lámparas que decoran el dormitorio de la señorita Pouline son obra suya. Desde el cerdito de la lámpara al perro con collarín el pájaro blanco o el cocodrilo imaginario. Y otro pintor que ha influido mucho en el universo del director francés es el pintor figurativo brasileño afincado en París desde 1986, Juarez Machado. No sólo tomó su paleta de pinturas como inspiración, al usar los colores predominantes del filme: verde, rojo y amarillo. También el espectador puede ver en el lado izquierdo de la cama su cuadro «Una cena muy especial».

La isla de Montmatre de Juarez Machado

Otra de las grandes influencias es su propio universo, valga la redundancia. En 1989 realizó el cortometraje “Foutaises (Tonterias)” que pudimos ver juntamente con “Delicatessen” (1991) en los cines españoles. Este corto vertebra argumentalmente el primer tercio del filme. Disfrútenlo, es de lo más divertido.

“Foutaises (Tonterias)”

Y finalmente tenemos que citar como referente al autor estadounidense Paul Thomas Anderson que en 1999 firmaba la magistral “Magnolia” poniendo de moda el efecto mariposa y el mundo de las casualidades. A Jeunet le servirá para dotar a Amelie de un aura mágica, creó un personaje dotado de una gran ingenuidad y totalmente disparatado.

Y cambió nuestras vidas

Su éxito se consolidó gracias a una legión de seguidores. Amelie marcaría sus vidas. Su influencia se apreció en el mundo de la moda, estilismo, música, diseño fue contundente. Los que visitaban la ciudad de la luz acudían en peregrinaje al barrio de Montmatre y al café Des deux Moulins para tomarse un café donde trabajaba la señorita Pouline. Esta nueva forma de narrar y este particular universo influyeron mucho al campo publicitario, en la moda y en el terreno social, a pesar de lo neurótico que pueda resultar como personaje.

A este filme le siguieron la romántica “Largo domingo de noviazgo”, la disparatada MICMACS o el tierno filme El extraordinario viaje de T.S. Spivet, pero no logró cosechar el mismo éxito. Lo cierto, es que nadie puede poner en tela de juicio que estamos ante un gran autor, todo un referente del cine galo. Es más, le podemos considerar el primer cuentacuentos postmoderno del séptimo arte, y “Amélie” es su obra capital. Así que les recomendamos encarecidamente ir a verla en pantalla grande, pasarán un gran rato.

Frases destacadas de “Amélie”

  • Amelie: “En el cine, me gusta mirar atrás y ver la cara de los espectadores”.
  • Hombre de cristal: “Las oportunidades hay que atraparlas deprisa, sin dudar
  • Empleada del sex-shop: “Son tiempos difíciles para los soñadores
  • Amelie: “Usted nunca será una hortaliza porque incluso las alcachofas tienen corazón
  • Escritor: “La vida es un ensayo de una obra que nunca se estrenará

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

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