Mar. Mar 19th, 2024

Palma de Oro en el Festival de Cannes, cuatro Oscars de la Academia de Hollywood, 2 Premios BAFTA avalan a esta obra maestra, a esta genialidad del cine musical.

Dedicado a Sofía Pérez Delgado

Las speedicas desventuras de un coreógrafo en Broadway

Esta es un largometraje de imprescindible visionado para cualquiera que se precie ser amante del séptimo arte. Como decía Jesús Hermida: “se dice, se rumorea que…” Stanley Kubrick llegó a decir de ella que era la mejor película que nunca había visto. Personalmente, me enamoré de este largometraje tras verlo en el Cine Serrano de Valencia con tan solo 13 años, y lo considero el mejor musical del siglo XX.

El 23 diciembre de 1979 el coreógrafo y bailarín Bob Fosse estrenaba en Estados Unidos la que sería, sin lugar a dudas, su obra maestra incontestable, estamos hablando de “All that Jazz”. El 5 septiembre de 1980 llegaba a las carteleras españolas bajo el título de “Empieza el espectáculo”. El título original hace alusión a un número del musical “Chicago”, coreografiado por el propio Fosse en 1975, año en el que tuvo su infarto de miocardio. El título en castellano deriva de la traducción directa de «It’s showtime folks» [Es la hora del espectáculo, amigos]. Todos los días Joe Gideon dice esa frase frente al espejo cuando ha terminado de arreglarse, por ese motivo creo que sería más acertada esta traducción libre [A escena, amigos]. El motivo es que para Gideon la vida, su vida, no deja de ser una representación, puro espectáculo.

Fascina la simplicidad de la trama. Un famoso coreógrafo está inmerso en el proceso de creación y preproducción de un musical para Broadway. Su vida es una pura rutina dominada por el tabaco, sexo, alcohol, anfetaminas y mucho trabajo, porque además, está en la fase de postproducción de su última película “El fantasista”. Este artista vive bajo la presión de los productores teatrales, cinematográficos y la familia. Su inestable castillo de naipes se vendrá abajo cuando sufra un infarto de miocardio.

Contexto cinematográfico y premios

En 1979 en el panorama español Pajares y Esteso estaba de lo más prolífico y nos hacían reír con “Los bingueros” y “Los Energéticos”. George Miller creaba la franquicia “Mad Max: Salvajes de la autopista”. En su momento fue considerada una película muy violenta, motivo por el que recibió la clasificación de Película S. También Milos Forman llevaba al cine el musical “Hair” y ponía de moda la canción Aquarius. Ridley Scott revolucionaba el género de terror con  Alien, el octavo pasajero. Werner Herzog hacía un remake del clásico “Nosferatu”. Se estrenaban parodias vampíricas como “Amor al primer mordisco”, Hal Ashby estrenaba la película póstuma de Peter Sellers “Bienvenido, Mr Chance”. El sindicalismo se hacía mainstream con “Norma Rae”. Disney llevaba a los niños al espacio infinito con “The Black Hole” y James Bond hacía lo propio en “Moonraker”. Tinto Brass nos proponía una orgía en “Calígula”. Franco Zeffirelli nos hacía llorar a borbotones con su melodrama sobre la relación entre un boxeador y su hijo en “Campeón”. Stuart Rosenberg consolidaba el subgénero de casas encantadas con “Terror en Amityville”.  Sidney Pollack emparejaba a Redford con Jane Fonda en “El jinete eléctrico”, y Fonda se nos ponía de lo más ecologista en “El síndrome de China”. El cine alemán conquistaba el corazón de los Académicos de Hollywood gracias a la gran obra de Volker Schlöndorff titulada “El tambor de hojalata”. Ese año Robert Benton ganaba el Oscar a la mejor película por el melodrama familiar “Kramer contra Kramer” y le allanaba el camino a Redford que ganaría al año siguiente.

“Empieza el espectáculo” se alzó con el prestigioso premio de la Palma de Oro del Festival de Cannes y dos Premios BAFTA a la mejor fotografía y al mejor montaje. De las nueve nominaciones que recibió a los premios Oscars, ganó cuatro estatuillas: dirección artística, diseño de vestuario, montaje y banda sonora, obra de Ralph Burns. Dustin Hoffman le robó a Roy Scheider la estatuilla al mejor protagonista, porque su padre divorciado fue una actuación que nadie recuerda hoy en día. Tampoco nadie entendió los motivos por los que los académicos se olvidaron en las nominaciones a la mejor canción original para “Take off with us” o “Bye, bye, love”.

Un reparto excelente

El actor Richard Dreyfuss por aquel entonces estaba en la cresta de la ola profesional, tenía en su haber dos blockbusters: “Tiburón” y “Encuentros en la tercera fase”. Gracias a Herbert Ross y Neil Simon obtuvo un Oscar al mejor actor por “La chica del adiós”. Eso hizo que se pusiera en el punto de mira de Fosse para dar vida a Joe Gideon. Tras las primeras semanas de ensayos quedó a cenar con su amigo Roy Scheider, con el que había compartido pantalla en la famosa lucha contra el escualo más voraz del séptimo arte. Dreyfuss le confesó que no confiaba que esta película fuera a triunfar. Scheider le aconsejó que fuera honesto con el director, que le dijera que no se encontraba cómodo haciendo el papel. Así es como Dreyfuss abandonó la producción y, años más tarde, acabó reconociendo su tremenda equivocación.

En aquel momento, Scheider tenía una gran reputación y éxito, había trabajado con grandes realizadores como Steven Spielberg, William Friedkin o John Schlesinger. Todos esos papeles tenían en común ser policías o miembros del FBI. Su carrera estaba notablemente encasillada y, nadie le veía en el papel. Columbia Pictures prefería antes a Warren Beatty. Se llegaron a considerar otros nombres como Paul Newman o Jack Lemon, que rechazaron el personaje. Actores de la talla de Alan Alda, Robert Blake, Elliott Gould, Gene Hackman, Jack Nicholson o George Segal fueron considerados o hicieron pruebas para hacerse con el personaje. Scheider también se presentó, nunca había hecho un musical aunque había bailado o cantado en algunas producciones teatrales a lo largo de su vida profesional. Fosse le pidió estar una semana trabajando el personaje con él. El resultado es que Fosse se cerró en banda ante la gran productora y así, consiguió el papel de su vida. A partir de ahí comenzó una gran labor de preparación debido a que no era un bailarín profesional. Así es como comenzaron dos semanas y media intensivas de arduo trabajo.

Ann Reiking interpreta a la novia oficial del coreógrafo. Curiosamente, jugó este mismo rol en la vida real, y rompieron su relación íntima dos años antes del rodaje del filme. Irónicamente, Fosse le obligó a hacer dos audiciones para dar vida a Kate Jagger. La actriz y bailarina Leland Palmer se mete en la piel de la ex esposa de Joe Gideon, Audrey Paris. Este personaje está inspirado en la actriz y bailarina Gwen Verdon, tercera esposa de Fosse. La gran diferencia es  que Fosse y Verdon nunca se divorciaron y trabajaron juntos hasta el final de sus días. Esta relación también se explora en la miniserie de 8 episodios de FX titulada “Fosse-Verdon”. El gran público podrá recordar a Gwen Verdon porque aparece en musicales como “Cotton Club”, “Sgt Pepper”, o en largometrajes de corte fantástico como “Cocoon”.

La joven actriz y bailarina Erzsebet Foldi, que por aquel entonces contaba con trece años, se mete en la piel de Michelle, la hija Gideon. Comentar como curiosidad que nunca más volvió a trabajar en cine, a pesar de que hizo una audición para la película “El lago azul”, papel que obtuvo finalmente Brooke Shields. La hija del director del filme, Nicole Fosse, que tenía 16 años durante el rodaje, aparece en un momento muy concreto: es la joven que está estirando delante de una máquina de vending, y el músico Jonesy Hecht le dice: “¿Puedes hacer eso en otro sitio?” Esta escena tiene lugar justo antes del número musical «Take off with us».

John Lithgow, que venía de trabajar a las órdenes de Brian De Palma en “Fascinación” o compartir pantalla con Richard Dreyfuss en “Un investigador insólito”, da vida a Lucas Sergeant. Este personaje se basa en el director teatral Michael Bennett, creador de «Dreamgirls», con el que Fosse tuvo una larga rivalidad. Cliff Gorman consiguió ser el monologuista Davis Newman. Este es otro actor que había trabajado con grandes como William Frienkin en “Los chicos de la banda” o Paul Mazursky en “Una mujer descasada”. Este personaje está inspirado en el actor Dustin Hoffman, que protagonizó “Lenny” con Bob Fosse. Filme que estaba montando a la par que levantaba el musical “Chicago”, cuando tuvo su infarto de miocardio. El personaje del productor del filme “El fantasista”, Jonesy Hecht, está basado en su gran amigo y compañero Harold Prince. Eddie, el montador de Joe Gideon, es el montador de “Empieza el espectáculo”, Alan Heim. Fosse le pidió que apareciera a pesar de que este le reconoció que no tenía dotes de actor. Fosse le contestó que sólo debía hacer de sí mismo. Heim había editado “Lenny” y, ya tenía un nombre gracias a “Network, un mundo implacable” y el musical “Hair”. Ben Vereen había trabajado con Fosse en la adaptación de “Las noches de Cabiria” (Federico Fellini, 1957) al género musical. Acababa de recibir un gran espaldarazo al haber interpretado a George Moore en una de las series de gran éxito de la década de los 70’s, nos referimos a “Raíces”, la historia de Kunta Kinte y su familia. En este filme da vida a O’Connor Flood, un maestro de ceremonias de galas benéficas.

Así es como llegamos a uno de los personajes más importantes del filme, Angélique. Ese ángel de la muerte que recayó en las manos de una jovencísima Jessica Lange, que venía de saltar a la fama por haber dado vida a Dwan en la versión de John Guillermin del clásico de terror, “King Kong”. Su papel corrió un serio peligro de quedar tan solo en el guion. El motivo es que se dejó para el último momento del rodaje. En ese momento Fosse se había pasado de presupuesto y Columbia Pictures le pidió que se quedará fuera. Pero la insistencia de todo el equipo consiguió que se rodara a la carrera en las dos últimas semanas.

La dramaturgia de este singular musical

La película está inspirada en el intenso período de la vida de Bob Fosse. En 1975 tenía dos proyectos en activo. El primero era la edición del largometraje “Lenny” y simultáneamente preparaba el estreno del musical “Chicago” para Broadway. En ese momento tuvo un infarto de miocardio. Tras este hito en su biografía, según reconoció públicamente en una entrevista, se empezó a interesar por el significado de la vida y la muerte, y el comportamiento hospitalario de los profesionales.

Encontró, en aquel momento, la novela de Wilma Hollister titulada «Ending». Se trataba de la historia de una mujer que se está muriendo, a la par que está lidiando con los problemas conyugales, hijos, dinero, sexo, etc. El material era perfecto para lo que tenía en mente. Se sentó con su mano derecha, el guionista Robert Alan Arthur y empezaron a construir el guion. El resultado era tan bonito como ciertamente deprimente. Se vio incapaz de abordarlo porque era consciente que iba a tardar años en obtener algo con tono diferente. Fue entonces cuando decidió que tuviera un cariz más autobiográfico, y lo centró en el terreno del musical. Eso le facilitaba que fuera más ameno y conseguía una aproximación más lúdica.

La primera hora del metraje la dedican a la figura de Eros y la segunda a Thanatos. El punto de inflexión del filme es la secuencia de la primera lectura del guion del musical, momento en el que tiene el infarto.

Arranca con la rutina de un día cualquiera de trabajo acompañado por la «Primavera» de Vivaldi, que simboliza Eros. El atropellado montaje sigue el ritmo allegro del compositor italiano. A pesar de que este personaje está dotado de un gran carisma y una fuerza arrolladora, posee una clara personalidad patológica. Es un adicto nato. Le da igual que sea trabajo, alcohol o drogas. Es egoísta, mentiroso, narcisista, machista. Pero a pesar de todo ello, Robert Alan Arthur y Fosse hacen un magistral trabajo para que el espectador empatice con Joe durante esta primera hora de metraje. El espectador acabará conectado con algo de su poliédrica personalidad. Poco a poco nos irán mostrando su relación con la muerte. Único personaje al que Joe es incapaz de mentir. Es más, coquetea con ella a través de sus distintas adicciones. Con su hija, Michelle, posee una relación sincera, aunque le avergüenza que conozca sus continuos deslices y adicciones.

En general con el género femenino se relaciona de una manera patológica. Gideon es muy machista, y es más creativo cuanto más discute con Audrey Paris. Es ahí cuando exploran los guionistas el concepto de bloqueo del creador. El coreógrafo llega a un punto en que no sabe qué hacer con esa música. Eso le lleva a pagarlo con las mujeres que le rodean: la bailarina con la que se acuesta o su exmujer. Es incapaz de relacionarse de igual a igual, aplicando siempre un doble rasero con ellas. Eros también se verá representado en los deseos libidinosos de Gideon, en su adición al sexo y como este se representa en su trabajo claramente en el número musical «Take off with us». Asimismo, la saciedad de estos impulsos derivaba en la fecundidad y en el nacimiento de una nueva vida representados en la hija de Joe Gideon o en ese musical que está a punto de nacer.

En esta primera parte hay tres números musicales:

  1. Audición: el fondo musical de este número es la canción «On Broadway» del famoso músico de Jazz, George Benson. Se rodó en el Palace Theater en tan solo dos días. Fosse decide imprimirle un estilo que roza el cine documental pero de una manera muy estilizada. El objetivo es, según ha reconocido el prestigioso coreógrafo, que quería retratar su vida y su trabajo desde que tenía 25 años. Quería mostrar lo que ocurre de verdad en una audición, y él ha resumido años de experiencia y anécdotas en cinco minutos.

  1. Take of with us”: en este número suena la canción original homónima compuesta por Stanley Lebowsky con letra de Fred Tobias. La idea es que partiendo de lo que sería un jingle convencional de una supuesta aerolínea, Gideon y Fosse crean una coreografía que es una exaltación del eros. Hay toda una diversidad de tendencias sexuales representadas en este número de una manera muy sexy, con suma elegancia. Lo dice uno de los bailarines: «Bienvenido a Air Erotica. Volarás donde tus fantasias y deseos te quieran llevar«. Hasta el punto que en el Reprise el ritmo de acordes recuerdan a un bolero. La coreografía toma aires de danza clásica, de tal forma que los bailarines parecen estatuas griegas. Es posiblemente la coreografia de Fosse más compleja imaginativa y bella. los bailarines comienzan a desnudarse y estiliza el concepto de orgía, cuando en la letra y coreografía dicen: «y no olvide el divertidísimo plan de grupo«. Y el final resulta de lo más expresionista.
  2. Everything Old Is New Again”: es una celebración de la vida, del éxito. Con esta coreografia Fosse toma elementos clásicos del musical estadounidense para hacerlo nuevo. La amante, la hija y Gideon son una familia, la familia del teatro musical. Se divierten. Le demuestran ellas su amor con una coreografía heredera del musical clásico.

La segunda parte da comienzo con la lectura del guion con toda la compañía, y a partir de este momento los guionistas se adentran en el territorio de Thanatos. Al final, todos los personajes le acabarán perdonando. Todos, incluido el espectador, porque irán elaborando su particular duelo. Para ello, se sirve del personaje del fantasista y su monólogo para ilustrar las cinco fases por las que todo paciente que va a morir tiene que pasar. La doctora Kübler-Ross  las enunció y son: negación, ira, pacto, depresión y aceptación. Poco a poco, el gran público va pasando por las diversas fases hasta que acepta, como la única salida lógica del personaje, su muerte. Es en ese momento donde Fosse nos muestra su visión idealizada de ese crucial momento con un número musical que ha pasado a la historia del séptimo arte.

En esta hora de metraje están los dos números más trascendentes:

  1. Alucinación en el hospital: Esta tiene lugar en el despertar del bypass. Esta escena se rodó en los Estudios Astoria en Queens. Consta de cuatro tomas que se corresponden con tres canciones:
  • «After You’ve Gone» — Audrey canta y la arropan Kate y Michelle. El número le dice que cuando haya muerto todo seguirá, y echará de menos a sus amigos. Es muy compleja, como juega con los fondos donde se puede ver la intervención. La coreografía tiene ciertos aromas de danza clásica.
  • «There’ll Be Some Changes Made» — Kate canta en este número mientras Audrey y Michelle la arropan.La coreografía toma aires del cabaret. En ella le recriminan que tiene que cambiar sus hábitos de vida.
  • «Who’s Sorry Now?» —La línea de coro es quien interpreta esta toma. Fosse hace una coreografia que es un homenaje al genero musical de los años 50 como “Calle 42” o “Cantando bajo la lluvia”. Las bailarinas que integran la línea de coro simbolizan las erinias. Es su lamento por el estilo de vida que ha llevado.
  • «Some of These Days»: Este número lo lidera Michelle y la arropan Kate y Audrey. En este caso hace un homenaje al musical “Chicago”. En este caso explora lo que echará de menos a su hija, el único personaje al que respeta. Las erinias siguen en escena y acompañan a Michelle.

Entre ambos números Gideon canta con uno de los celadores una canción, «Sing, Sing, Sing». La letra de la canción dice mete todos los problemas en tu mochila. Sonrie a los chicos. Ese es el estilo. ¿Qué sentido tiene preocuparse? Nunca mereció la pena. Como se puede apreciar, Fosse pone de manifiesto que, en ese momento de la vida, en el que te estás muriendo solo te queda hacer una cosa, aceptarlo con todo el estoicismo del mundo. Es inevitable, no puedes hacer nada, así que despídete con una sonrisa. Así cobra un especial sentido el quinto y último número:

  1. Antes con una dulce melodía vemos como la muerte con toda la ternura del mundo le comienza a maquillar y a terminar de vestir a Joe para interpretar su último gran número en la vida: «Bye Bye Life«, versión de un tema de 1957 de Boudleaux Bryant y Felice Bryant que cantan Ben Vereen y Roy Scheider. Con él ilustran la muerte del coreógrafo, con un show singular e increíble donde se despedirá de todos los personajes. La batería cobra una gran relevancia porque imita latido cardiaco. La coreografía se sustenta sobre estos últimos latidos de Joe. Las palmas marcan el tempo. Y la canción es una variación de un blues. Este numero se rodó en el anfiteatro de Purchase en Nueva York. Joe Gideon va a conquistar finalmente el gran escenario de la vida.

Fosse para cerrar este tremendo espectáculo, este increíble musical, usa una canción mítica del show bussines, nos referimos a «There’s No Business like Show Business» interpretada por Ethel Merman.

Este largometraje contó con un presupuesto de 9 o 10 millones de dólares y Fosse se acabó excediendo en un par más. No hay nada como las personas que integran el mundo del espectáculo. Es una forma de despedirse cariñosamente de la gente que integra este particular mundo. Y a pesar de que él se muera, el show siempre tiene que continuar, y así ha sido.

La realidad siempre se impone a la ficción. A pesar de que el espectador está en un ejercicio donde el arte imita la vida, la muerte real de Bob Fosse fue en un banco en la ciudad de Washington. Fosse falleció súbita e inevitablemente de un ataque al corazón en 1987. El famoso coreógrafo iba paseando tranquilamente con su mujer Gwen Vernon. Estaban inmersos en el ensayo general del reestreno del musical “Noches en la ciudad”. Él le dijo: “me siento fatal”. Se sentó y falleció. Nada que ver con la muerte tan plástica que podemos ver en el filme.

Narrativa cinematográfica

La producción tuvo lugar durante 101 días y la postproducción durante 8 meses. Los encuadres en el cine de Bob Fosse suelen ser bastante inusuales, novedosos, el movimiento tiene lugar dentro del encuadre, de tal forma que la cámara suele tender a la pasividad. Los primeros planos suelen ser o muy altos o muy bajos rompiendo la narrativa convencional.

El estilo distintivo de sus coreografías está lleno de pitos y movimientos circulares de cadera, brazos y piernas. Estas se basan en vodevil, jazz o ballet español. Las poses de los bailarines suelen ser con los hombros caídos. Usaba sombreros porque perdió tempranamente su pelo. Y usaba los guantes para destacar las manos de los bailarines.

Hay que remarcar la importancia del uso del sonido y su montaje en la narrativa de “All that jazz”. La secuencia que mejor ilustra este concepto es en la primera lectura del guion. Vemos a todos reírse a mandíbula batiente, pero lo que el espectador escuchará no son las risas, sino un sepulcral silencio roto por distintos ruidos como el apagar de un cigarrillo con la suela del zapato, cómo rasca la barra de metal con las uñas o tamborilea los dedos sobre la mesa. Eso es para remarcar la angustia del personaje, su aislamiento a pesar de que está rodeado de gente, el sentimiento de soledad que le invade. Todo el mundo es ajeno a la situación, salvo la mujer, que le escudriña cada gesto con mirada fría y atenta. También, es impresionante ese punto y final de Fosse usando el sonido. Nos referimos al cierre de la bolsa en un silencio abrupto tras el último gran número musical.

También hay espacio para los homenajes. Concretamente al gran maestro, Stanley Donen y su trascendental filme “Cantando bajo la lluvia”. En este caso, Fosse intenta remarcar la soledad de Joe Gideon cuando está a punto de morir en esa secuencia que está bajo los efectos de la morfina y baila en los bajos del hospital que están encharcados de agua. Hace un exagerado plano general en picado y Gideon en ese momento mira al techo y se dirige a Dios para decirle: “¿Es que no te gustan las comedias musicales?”. Recriminándole su inminente muerte, que obviamente, provocará un gran vacío en la producción musical.

El arte imitando la vida

El montaje que realiza en la primera hora dedicada a Eros es totalmente speedico, está montado al corte, muy entrecortado, para mostrarnos la realidad bajo la sensación de las anfetaminas. En cambio, la segunda hora, la dedicada a thanatos es más clásico, más pausado. Nos muestra la realidad de una manera más natural. A la par que el montador hace un gran ejercicio para distorsionar los recuerdos de Joe. El montador usa el número del fantasista para vertebrar la historia y ayudar al público a realizar el duelo por el personaje que morirá al finalizar el metraje. Y en la primera hora iremos viendo trozos, para acabar de verlo por completo mientras Joe recorre perdido el hospital bajo los efectos de la morfina.

Frases destacadas:

  • Joe Gideon: “Estar en el alambre es vivir, el resto es esperar
  • Kate Jagger: “Si no fueras tan generoso con tu polla
  • Joe Gideon: “Creo en decir te quiero, ayuda a concentrarse”.
  • Jonesy Hecht: “Sexo, sexo sexo… es que no piensa en otra cosa que el sexo
  • Joe: “Nada de lo que hago es lo bastante bueno, ni lo bastante bello, ni lo bastante cómico, ni lo bastante profundo, ni lo bastante nada.”
  • Davis Newman: “Si yo fuera Dios, y a veces pienso que lo soy, depende de la mierda que fume. Si yo fuera Dios todo el mundo viviría eternamente.”
  • Joe: “¡Ay Dios! No me despidas ahora, ¿es que no te gusta la comedia musical?

El mejor número musical

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

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