Mar. Mar 19th, 2024

Veinticinco años después de su estreno en cines llega de nuevo a las carteleras estadounidenses este filme de Ridley Scott.

El 24 de mayo de 1991 se estrenaba rodeada de una enorme controversia en Estados Unidos lo nuevo del director de obras míticas como “Blade Runner” o “Alien”. Aún tengo un perfecto y vívido recuerdo de la primera vez que la vi. Fue en los Cines Ideal de Madrid en compañía de unas amigas y compañeras de trabajo del hospital 12 de Octubre. ¡Cómo nos conmocionó ese magnífico desenlace! Nos dejó literalmente tirados en la butaca. Éramos incapaces de articular palabra básicamente porque las lágrimas las ahogaban. Ahora, veinticinco años después, me encuentro en una enorme sala de cine con seis estadounidenses y un español. El resultado es el mismo, este largometraje no ha perdido un ápice de su capacidad de emocionar al espectador y hacerle olvidar el mundanal ruido durante dos horas.

reposición en EEUU del clasico de Ridley Scott

En la cresta de la ola

Hubo un momento en la historia del cine en el que Scott tenía mucho que aportar y decir. Era valiente y creativo. Transgredía géneros sin pudor, no exento de su cierta dosis de miedo a las repercusiones en la taquilla, motivo por el que siempre ha edulcorado sus finales más míticos para acabar reelaborándolos en venideros final cuts o ediciones en DVD o Blu ray™. Este no es el caso, porque con motivo del 25 aniversario se ha reestrenado la versión comercial intacta que pudimos disfrutar en su momento, sin añadidos o sutiles transformaciones, que son tan del gusto de este realizador. Eso sí, el final alternativo aparecía como extra en la edición digital del largometraje.

Final alternativo

Lo cierto, es que “Thelma & Louise” marca, sin temor a equivocarnos, un claro punto de inflexión en su filmografía, hasta el punto que podemos afirmar que a partir de este momento se volvió un director acomodado en la industria de Hollywood. Irónicamente la calidad de sus trabajos está en caída libre desde ese instante, a la par que rompe inexplicablemente el box office una y otra vez, sirva como ilustrativo ejemplo el desastre dePrometheus. Por méritos propios, esta cinta es una obra maestra y un clásico a revindicar hoy más que nunca. El filme se alzó con diversos premios que se centraban básicamente en laurear el magnífico trabajo de tres mujeres: Callie Khouri (guionista y productora), Susan Sarandon y Geena Davis (protagonistas de la cinta).  La máxima bendición de la Academia de Hollywood, (que nominó la obra en seis distintos apartados: fotografía, montaje, mejores actrices y director), fue un Oscar al mejor guion original. Tanto Sarandon como Davis, a pesar de estar nominadas en la categoría de mejor actriz principal, perdieron ante Jodie Foster que lo obtuvo por su excelente papel de Clarice Starling. Hay que reconocer que fue un año de grandes papeles femeninos. El resto de los reconocimientos que obtuvo el largometraje básicamente recayeron merecidamente en el dúo protagonista y vinieron de la mano de grandes festivales como Venecia, Valladolid o premios de la crítica estadounidense y británica. De todo el elenco masculino tan solo Harvey Keitel fue laureado gracias a la National Society of Film Critics que le premió en la categoría de Mejor Actor de Reparto. Hay que reconocer que todos están formidables. Todos cuidaron mucho un acento rural, imposible para audiencias de habla no inglesa.

El iconico selfie de Thelma y Louise

Controversias a un lado…

Curiosamente los estrenos de las grandes obras de este cineasta han estado rodeados de gran controversia, a saber “Alien”, “Blade Runner” y este caso no iba a ser menos. Esta vez venía servida de la mano del sector de la crítica aquí en Estados Unidos. Básicamente se polarizó entre los que apreciaban que era un ataque al status quo social, llegándola a tachar de fascista, y los que pensaban que era un genial largometraje feminista. Personalmente creo que es una obra tan reivindicativa como perfecta, a la que no le sobra y ni le falta nada porque lo tiene todo.

Los grandes trabajos de este director surgido del campo publicitario se caracterizan por ser perfectos híbridos. “Thelma & Louise” es algo más que una road movie, es algo mucho más complejo que dos mujeres que hacen un viaje en coche. La cinta arranca como una buddie movie cualquiera salpicada con ciertos toques de comedia.  Tenemos a dos amigas que deciden irse de pesca durante un fin de semana. Paran en un bar de carretera a cenar y tomar algo. Cuando mejor se lo están pasando viene el primer gran giro dramático: Harlan Puckett, uno de los habituales del bar, intenta violar a Thelma en el aparcamiento. A partir de aquí se abre el género policiaco, porque entra en escena el detective Hal Slocumb que quiere averiguar la verdad de los hechos. Es aquí cuando la bola de nieve poco a poco se irá haciendo más grande gracias a la intervención de personajes como J.D. y convierten a la pareja femenina protagonista en dos auténticas forajidas del Lejano Oeste, sin olvidar en ningún momento que estamos ante algo como la vida misma, llena de momentos cómicos y dramáticos. Poco a poco las claves del western se irán adueñando del trabajo de la guionista de Kentucky, hasta el punto que podemos afirmar que el marco referencial del desenlace es «Dos hombres y un destino» (George Roy Hill, 1969).

El trabajo de Khourie hurga eficazmente en los clics machistas que todos tenemos porque, suerte o desgracia, todos nos vemos sometidos al mismo proceso de socialización primaria y secundaria. Con gallardía los pone sobre la mesa para que sean objeto de reflexión y discusión, sirva de ejemplo el momento en que Louise se deja llevar por ellos cuando tras la secuencia de la violación para en otro bar y le viene a decir que se lo estaba buscando. Tampoco duda en describirnos personajes varoniles certeramente estereotipados, para ir un paso más allá en la comedia y la crítica social, ridiculizándolos sin el menor pudor.

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La grandeza de este viaje emocional

Los títulos de crédito de apertura, al igual que hiciera con Alien, son una declaración de intenciones de lo que veremos a continuación. El responsable es Anthony Goldschmidt, diseñador de títulos de crédito de películas como “El jovencito Frankenstein”, “Black rain”, “La rosa” o “Jóvenes ocultos”. Es un trabajo conciso, efectivo, tan simple como alegórico. Nos muestra la localización donde tendrán lugar el desenlace del filme. Es una panorámica horizontal descriptiva del lugar, en el sentido habitual de lectura. De fondo podemos escuchar «Thunderbird», tema original creado por Hans Zimmer con fuertes aromas del lejano oeste, por el uso de la armónica y el banjo. La fotografía vira poco a poco del blanco y negro a un poderoso colorido cuando está centrado el paisaje. Una vez alcanzados este punto, comienza una sutil panorámica vertical que abre al cielo y centra completamente la localización para acabar con un lento fundido a negro. Con ello Goldschmidt nos adelanta que estamos ante un viaje donde los personajes evolucionaran de un modo lógico, de ahí el paneo de izquierda a derecha, y que acabará mal, porque el negro es símbolo de luto, todo ello aderezado por los melancólicos acordes de Zimmer.

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Scott narrativamente hace un uso ejemplar de las elipsis, rehúye de sobrescribir la acción en todo momento. Opta por hacer una gran descripción de la situación, llegando a ser sumamente brillante en la presentación de los dos personajes principales. Tan solo necesita de dos secuencias para dejarnos claro cómo son psicológicamente. Louise es una mujer metódica, ordenada, clásica, frente al torbellino de Thelma, que es insegura, no sabe qué meter en la maleta para dos días y acaba metiéndolo todo desordenadamente. Además, Scott da libertad al espectador para que rellene los huecos, requiriendo un cierto grado de actividad al pedirle que deduzca y entienda por lo que pasan los personajes. Por eso, una vez más en su carrera prefiere sugerir frente a mostrar. Por ejemplo, se intuye que Louise en el pasado fue objeto de una violación en Texas, pero nunca lo dicen abiertamente, se deduce de sus líneas de diálogo y de su comportamiento lógico. Del mismo modo, con una sola conversación y una taza de café nos queda claro que Thelma es objeto de violencia doméstica por parte de su marido Darryl Dickinson. Por ese motivo, la guionista carga tanto las tintas sobre ese personaje, ridiculizándolo todo lo que está a su alcance.

El empoderamiento

Thelma es como una niña llena de inocencia. Es un personaje que se mueve por pulsiones básicas, y es ahí donde Khourie encuentra un punto de anclaje para desatar la gran tragedia. Tragedia que adquiere tintes clásicos gracias al personaje del detective Slocumb, marcado por el mito de Casandra. Intuye la catástrofe que se cierne sobre la pareja protagonista y lucha con toda su inteligencia, recursos y paciencia contra la deriva inevitable de los acontencimientos. A medida que progresa esta particular road movie, los arcos de Thelma y Louise irán evolucionando, hasta que acaben viendo con toda claridad la vida, tal y como es. Eso lo resuelve Scott con una secuencia simple y hermosa rodada de noche en el Gran Cañón de Colorado. Encadena primeros planos de ambas fundiéndolas al maravilloso paisaje. Y lo refuerza con una línea de diálogo en el que Thelma reconoce que ha llegado al final de su viaje psicológico diciendo “I feel really awake. I don’t recall ever feeling this awake. You know? Everything looks different now. You feel like that? You feel like you got something to live for now?” [Me siento realmente despierta. Nunca he sentido esta lucidez, ¿y tú? Todo me parece realmente diferente ahora. ¿No te sientes así? ¿No sientes que tienes algo por lo que vivir ahora?].

Ahí es cuando ambos personajes desfavorecidos adquieren toda la fuerza del mundo para enfrentarse a ese grupo de hombres que van tras ellas. Hasta ese momento, han luchado con las “armas” de los hombres y solo les ha traído malas consecuencias. Es ahí donde funcionan muy bien las claves del género del Far West en el filme. Ellas son dos forajidas enfrentadas al séptimo de caballería que las persigue con toda la artillería del mundo. Y en un momento de lucidez será Thelma, que hasta el momento siempre se ha dejado llevar por la cadena de acontecimientos y la lógica de Louise, y al ver que esta sigue en la espiral de violencia y que no se da por vencida porque está recargando la pistola (se oyen los clics en off), quien encuentre la única salida llena de libertad frente a la violencia psicológica y las armas de los hombres. Es donde la acción se torna en un claro, triste e inevitable drama de donde todos tenemos algo que aprender.

Thelma y Louise 05

Este empoderamiento viene remarcado por el formidable y sutil trabajo de la diseñadora de vestuario Elizabeth McBride. El filme arranca con una Thelma que lleva un precioso y sencillo vestido blanco, que refuerza la inocencia del personaje. Frente a ella, Louise viste de una manera clásica, con pañuelo para el pelo incluido, que remarca su fuerza e inteligencia. Poco a poco, irán perdiendo a lo largo del viaje todos sus atributos y símbolos femeninos. Esto queda patente en la secuencia en la que Louise se despoja del anillo de compromiso que le entrega Jimmy, los pendientes y el reloj a cambio del sombrero tejano del abuelo, que la mira lleno de perplejidad. Y en que Thelma toma como trofeo la gorra del camionero. Llegados a este punto de la película ambas visten literalmente como unos vaqueros. Y cuando ha abierto los ojos Thelma, se pone una camiseta negra con una calavera, dejándonos claro que a partir de este momento luchará hasta el final contra la violencia física y psicológica de los hombres. Todos estos pequeños cambios pondrán a prueba los micromachismos del espectador a la salida del visionado, de tal forma que la vigencia de este largometraje es incuestionable.

Final real de la película

Es aquí donde nace y se ancla el mito lésbico alrededor del filme. Dos mujeres que se empoderan para defender su libertad. Esto acabará por retroalimentarse con el beso final. Esa misma escena se puede leer en clave heterosexual, y lo que se obtiene es que Louise ama más que nunca la vida y la libertad, y luchará hasta la muerte contra el abusivo y desproporcionado uso de la fuerza de los hombres. Llegados a este punto a Scott solo que queda rentabilizar el eficaz score de Zimmer con el bello paraje del Gran Cañón y fundiéndolo a un blanco que remarca la inocencia de esas dos mujeres que se han visto empujadas poco a poco por los hombres a situarse al margen de la ley.

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Frases destacadas:

  • Louise: “In the future, when a woman’s crying like that, she isn’t having any fun!
  • Darryl Dickinson: “Thelma has lost your mind
  • Louise: “I’m not ready to go to jail
  • Louise: “You finally got laid properly, I’m so proud
  • Thelma: “Darryl, you’re my husband not my father
  • Thelma: “Louise, no matter what happens, I’m glad I came with you
  • Thelma: “Oh! my God! Looks like the army!”
  • Louise: “I’m not giving up!
  • Thelma: “Ok! Then, listen. Don’t get caught Let’s keep going!
  • Louise: “You’re sure?”

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

2 comentarios en «“Thelma & Louise”: En la carretera de nuevo»
  1. Que buena critica. Era un momento importante de las mujeres para seguir escalando y consolidar derechos. En su momento me emociono mucho y me identifique con esa ama de casa subyugada por su marido, posesivo, celoso, controlador. Un asqueroso. Aunque es cierto que toda relación implica un toma y daca, pero cuando es siempre toma, toma…..Debemos mantenernos alerta. Por cierto, no ha sido mi experiencia personal, sino lo que he vivido con otras personas. Yo soy mas de acción. La pelicula vista ahora sigue teniendo una buenisima factura y produce la misma controversia. El salto al vacio, me sigue produciendo vertigo

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