Supone el regreso del director alemán afincado en EEUU, Roland Emmerich. Todos tenéis en mente películas como «Godzilla» o «El día de mañana» Cuatro años ha tenido que esperar la blogosfera para ver el nuevo y ambicioso proyecto, que se estrena este próximo viernes. Rodado en localizaciones tan sugerentes como Namibia, Nueva Zelanda y Ciudad del Cabo, supone el regreso de uno de los pocos directores megalómanos que quedan en la industria norteamericana, le gustan las películas a lo grande, como a lo Cecil B De Mille, con muchos extras, grandes batallas, historias épicas, con un trasfondo, pero en este caso no consigue alcanzar todos sus objetivos.
La leyenda comienza cuando el joven cazador D’Leh, que vive en una remota tribu de las montañas, ve como llega la joven y bella Evolet que es la única superviviente del asalto a su aldea por una banda de misteriosos guerreros. Años después, estos guerreros que han domado caballos, la volverán a encontrar y asaltarán la aldea donde se refugia y acabarán llevándose a Evolet a los confines del mundo. D’Leh decide liderar un pequeño grupo de cazadores para perseguirles y salvarla. Cuando por primera vez se aventuran en tierras desconocidas, el grupo descubre que hay más civilizaciones que la suya y que el alcance de la humanidad es mayor de lo que suponían. Al grupo se le unen en cada encuentro otras tribus que han sido atacadas por los cazadores de esclavos, convirtiendo el grupo de D’Leh, antes pequeño, en un ejército. El destino conducirá a estos insólitos guerreros a luchar contra depredadores prehistóricos mientras desafían las más duras condiciones climatológicas. Al final de su heroico viaje descubren una civilización perdida y averiguan que su destino final se encuentra en un imperio inimaginable, en el que enormes pirámides se elevan hasta el cielo. Aquí se enfrentarán a un dios tiránico que los ha esclavizado brutalmente, y es aquí donde D’Leh comprende finalmente que ha sido llamado a salvar a Evolet y a toda la civilización.
Uno de los requisitos indispensables de toda leyenda es que tenga epicidad, es decir, que tenga lugar una batalla que traspase las fronteras del espacio y del tiempo, para perdurar en la mente y en los escritos del colectivo, de la que se hagan cánticos que puedan ser recitados a los cuatro vientos. Así que nos vemos inmersos en un mundo lleno de emociones y sentimientos, que se polarizan en torno a buenos y malos, carentes de escalas de grises. Pero toda leyenda con batalla incluida precisa de un héroe. Así que hilo narrativo del film se centra en la historia del primer héroe, que se llama D’Leh. Así que ya tenemos todos los elementos, una historia a lo grande, grandes efectos, grandes batallas, muchos extras, pero la historia tiene grandes agujeros conceptuales, que hasta un niño de primero de la ESO encontrará. La relación pueril entre el hombre y la naturaleza, que se supone debe ser hostil, ya que no es capaz de dominar, o por ejemplo esas pirámides que aparecen con 8.000 años de adelanto, o esos peinados con rastas, falta que exista una tribu de engominados. Eso por no hablar de la domesticación de los Mamuts o los traductores cogidos por lo pelos en el guión. Uno pensaba que iba a ver un largometraje al estilo «Hace un millón de años» o «En busca del fuego» Pero, esta cinta dista mucho de ambos ejemplos, está en sus antípodas tantos formales como conceptuales, al introducir el supuesto elemento extraterrestre, como si estuviéramos ante una historia creada por el esotérico autor Charles Berlitz, del que recordaréis su gran éxito de ventas «El triángulo de las Bermudas», que pobló las estanterías de toda España en la década de los 70 y parte de los 80. Llegando a rizar el rizo con su propia filmografía, os recuerdo que realizó en 1994 «Stargate». Por no hablar que todo film que pretenda ser épico debe tener una banda sonora que sea recordada y tarareada por todos, y esa labor pertenecía a Thomas Wander, pero al salir del cine se me olvidaron lo acordes. Recapitulando, estamos ante una película inclasificable, podríamos decir que es fanta-paleo-historia, que a los niños podrá resultar entretenida, porque está llena de acción, de Mamuts y bichos a lo grande, en la que no hay descanso, luego les prometo que saldrán del cine encantados, pero a los adultos puede que nos les deje un buen sabor de boca su visionado.
¡Uf! Segunda crítica negativa que leo de la película (y de hecho segunda que leo) con lo cual ya me estoy precayendo de cara a no tener muchas expectativas cuando la vaya a ver el próximo fin de semana. Igual así aún consigo que me guste y todo…
Ni siquiera se muestran los pechos de la protagoniasta, cosa que habría mejorado notablemente el film. Nada destacable. De acuerdo con tu crítica al 10.000 %
Sin embargo con más despiporre, y en plena Edad Hibórea, podrá haber quedado bien. Lo malo es cuando además se lo quiere tomar uno en serio.
Ya sé que a veces se me critica por ello, pero creo que además titularla así es pretender un historicidad insultante. Mejor la llamas Mamuts lanudos asándose vivos en el desierto y tíos cachas depilados, y acabas antes.
Chacal: ve con la nariz tapada, luego no digas que no te lo dijimos, ve a hacer deberes, es bueno ver lo malo para apreciar lo bueno, ¿no crees?
Jesús: Pero quillo que es una película infantil, es norteamericana, y tu quieres que haya sexo, pero quillo, deja las sustancias toxies ya, es importante 😉
SuperSantiEgo: ya sé que no hacemos caso a Papa, somos un poco indisciplinados, por eso ahora nos flagelamos con cada fotograma que hemos visto, con esos Mamuts a la brasa.
Es que sólo con recordar a los pobres huskies que lo pasan muy mal en verano, imagínate un mamut en medio del desierto, preparados como estaban para no pasar frío con un abrigo de pieles y muchos centímetros de lorza.
Ya te digo, después de rodar esas escenas acabaron deshidratados y en los huesos por eso se extinguieron, ¿no lo sabías? 😉
¡¡Colegas, que hoy ueves empieza la muestra!! ¡¡Espero veros por ahí!!
Te llamamos al móvil cuando lleguemos a la Muestra
cochinos asquerosos morbosos
[…] Camilla Belle, que era lo más impactante de ese gran desastre de largometraje que era “10.000 B.C.“, que uno ya tiene en la papelera de reciclaje del hemisferio derecho. Obviamente son la […]
Como entretenimiento la película es maravillosa. A pesar de todos los desarreglos arqueológicos y anacronismos, está muy bien lograda técnicamente, y visualmente es espléndida. Ojalá el actor principal fuera físicamente (negro amulatado) como el personaje. El maquillaje es perfecto, parece ser realmente el personaje y no la persona que es el actor. Rompecorazones.
Hace muchísimo que visioné este largometraje. Tengo un recuerdo bastante malo. No he tendio la oportunidad de revisitarlo. La inverosimilitud es el poso que me quedó.