Premio del Público en el Festival de Málaga, «321 en Míchigan» nos habla de la vida carcelaria de forma tierna y sin caer en dramatismos exagerados.
En «321 en Míchigan» lo importante son los sentimientos, no las razones
Antonio (Chico García) hace creer a sus compañeros que ha sido aceptado en un máster en Míchigan cuando en realidad tiene que ingresar en prisión. Su novia Lola (Maggie Avantos) acepta ayudarlo con la farsa subiendo fotos de su estancia ficticia a un blog, pero pronto olvida su promesa. Mientras tanto, Sara (Virginia De Morata) debe lidiar con una compañera con instintos suicidas (Virginía Muñoz) a la vez que estudia para aprobar el examen que la reunirá con sus hijos.
De estas historias solo una resulta real e interesante, pero el director, Enrique García, no parece darse cuenta de ello desde un principio. Ésta no es la película de Antonio por mucho que lo coloquen en casi todo momento en pantalla o lo relacionen con la mayoría de las subtramas. Ésta es la película de Sara, la historia de Sara. Ella se hace con toda la atención con tan solo moverse con el fondo, infunde ternura con cada palabra, sus diálogos resultan naturales y su miedo y dolor reales. Con una mirada y un sollozo la actuación de Virginia De Martos sirve para devolver la humanidad a un personaje al que apenas hemos escuchado una vez. Ella es el corazón de «321 días en Míchigan«, y únicamente cuando la cámara se percata de ello puede despegar la película.
Los secundarios luchan por encontrar su hueco en «321 días en Míchigan»
Juani (Salva Reina) es el compañero de celda amable y algo bobalicón que sirve para ayudar a Antonio en su nuevo entorno. Su personaje no evoluciona, pero tampoco es que lo requiera. Sirve como alivio cómico cuando se lo necesita, y es fácil que el público se encariñe con él. El problema viene con su momento dramático, el cual aparece de la nada y se esfuma sin ni siquiera obtener importancia.
A su lado está Lamís (Virginia Muñoz), otro secundario que no logra encontrar su equilibrio. Al principio de la película se nos explica que tiene instintos suicidas, y por eso termina bajo los cuidados de Sara. A la hora de la verdad, sin embargo, su personaje se derrumba sin sentido, con una reacción que roza lo ridículo y que, como en el caso de Juani, se resuelve de manera poco satisfactoria. Su triángulo amoroso, si es que se lo puede llamar así, tampoco ayuda en la trama.
Y finalmente está Carmona (Héctor Medina), quien carga sobre los hombros el personaje peor dibujado de todos. Parece como si su presencia en la película se deba a una necesidad de conflicto en la historia, algo a la larga completamente innecesario. Es en sus escenas más familiares donde puede demostrar esa humanidad, pero esto queda en un segundo plano durante todo el metraje, sobrepasado por los enfrentamientos a otros personajes aún más caricaturizados.
En conclusión, «321 en Míchigan» es una película que debería confiar más en su propio potencial en vez de crear falsos conflictos para hacer avanzar la trama. Una historia sencilla y tierna que no necesita apoyarse en artificios para hacer reír o emocionar, y que muestra en pantalla a unos actores y actrices que lo han dado todo por otorgar alma a los personajes que interpretan. Resulta complicado mostrar la vida entre rejas sin caer en tópicos o historias ya antes contadas, pero la película de Enrique García consigue salir airoso de la prueba.
Frases destacadas de «321 días en Míchigan»:
- Lola: «Tranquilo cariño, que nadie se va a enterar.»
- Juani: «No se preocupe, que lo voy a cuidar tan bien que no querrá ni irse.»
- Amigo de Antonio: «Qué mala cara tienes, macho, ni que estuvieras en Bangkok y no en, en,… ¿dónde se supone que estás?»
- Juani: «Aquí cada uno se busca las habichuelas como puede.»
- Madre de Sara: «¿Parirlos? ¿Y eso qué es? Pero si eso sale solo. Criarlos es lo difícil.»
Premio del público por jugar en casa, pero el director no ha hecho buen trabajo, no aporta nada nuevo y está montada sin ritmo. Aún siendo de Málaga, no me ha llegado a emocionar, me ha pareció aburrida.
Jo! Sentimos que no te haya gustado nada. La cosa es que para nosotros tiene un aprobado raspado. Tiene sus cosillas rescatables Mari. Pero entendemos que no te haya gustado.