Mar. Mar 19th, 2024

Segundo largometraje del aclamadísimo cineasta surcoreano Hong Sang-soo que se entrena en España

 

Plano secuencia y zooms

“Ahora sí, antes no” se abre con una toma estática de la puerta de un templo. En él, observamos una joven figura femenina alejarse. Una vez lo asimilamos, experimentamos un zoom out que reencuadra la escena con tal de que seamos conscientes de que un hombre la deja marchar, manteniéndose ligeramente volteado hacia nosotros, haciendo entrever que va a ser el protagonista de la película. Mientras éste emprende relajadamente su marcha, la cámara inicia un movimiento emulando el del cuello del espectador que inclina su cabeza hacia arriba. Nos percatamos de que el árbol que se muestra carece hojas. Hong Sang-soo no ha roto en ningún momento el plano, impregnando toda la secuencia de una sensación de verosimilitud temporal, sin embargo, hemos entendido a la perfección sus tres indicaciones, la chica rechazada, la livinianidad calmada de su personaje principal y la importancia que tendrá la estación en la que transcurre la acción, el invierno.

En otro de sus largos fragmentos, tres personajes se interesan por lo que pueda contarles el protagonista de la historia. La persona con la que tanto él como los espectadores hemos empatizado durante el metraje se mantiene callada, ocupando el centro de la imagen. El director surcoreano inicia entonces un seguido de cortos y delicados zooms que comprenden la gravedad de lo narrado por el ebrio personaje en cuestión logrando explotar su potencial aproximándose a la ligera evolución facial de la muchacha indirectamente interpelada. De nuevo, sin necesidad de ruptura alguna, comprendemos a la perfección los derroteros que tomará la película a partir de entonces.

Estos son tan solo dos ejemplos de la claridad con la que Sang-soo, quien logró el premio a mejor película en Locarno y Gijón el pasado año, consigue sublimar la fusión de forma y fondo dentro de su propio estilo con su nuevo trabajo. Y es que realmente es en “Ahora sí, antes no”, donde la embriaguez de los diferentes caracteres que deambulan por sus fotogramas son estudiados y reflejados fílmicamente con más inteligencia por parte de su director. No habrá lugar a planos y contraplanos, todo fluirá dentro de la fugacidad de un momento verídico, certero, que se valdrá de la validez técnica de quien sabe cómo y cuándo mover o no la cámara, abrir o cerrar un plano, introducir o no un nuevo elemento en pantalla.

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Hong Sang-soo sin esconderse

En una entrevista, Jonás Trueba, al reconocer su influencia por el cineasta coreano, admiraba la valentía habitada en su obra al focalizarse en gran parte acerca de directores de cine. No entiende a Hong Sang-soo como un ególatra sino como alguien sincero, una persona que se siente capacitada para hablar de lo que realmente conoce, siente o vive, un artista feliz de compartir sus experiencias vitales con su público. Y así es como él lo entiende, y escenas de “Ahora sí, antes no” como la que Chan analiza la vida privada de la pintora manifestada en su obra pictórica, nos advierten de esta sensibilidad. La tragicomedia de la vida, el ridículo existencial y la dificultad de abrirse emocionalmente, acompañado de la torpeza arrastrada por la ebriedad, nos muestra el corazón de un autor que se recrea en sus éxitos y fracasos, siendo consciente del abanico de posibilidades abierto en cada uno de estos sucesos.

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Escribiendo guiones por la mañana

En En otro país (2012), primer filme del director que hoy nos atañe estrenado en España, encontramos a una escritora que reformula de diferentes maneras un relato muy similar. En esta ocasión, sin embargo, ya no encontramos una figura que se erige como genio creador, Sang-soo decide eliminarse como demiurgo y mantenerse en todo momento detrás de la pantalla. Tan solo decide mostrarnos un encuentro explorando dos de sus posibles bifurcaciones. No nos encontramos ante algo que enfrente a los géneros cinematográficos como “Melinda y Melinda” (2004) de Woody Allen, sino ante los distintos caminos que puede llevar un mismo suceso. No podemos evitar pensar pues en aquella entrevista donde el director admitía llegar a la localización del rodaje de la jornada en cuestión e improvisar el guion horas antes de que llegasen los actores y el equipo técnico. Los diálogos no resultan para nada algo preconcebido con anterioridad, sino parecen jugar entorno a una idea. Y bien podrían tomar unos senderos u otros, pero la esencia de sus recitadores es similar. ¿Por qué en ocasiones funciona y en otras no? ¿Se debe a un capricho del destino o quizás es que Sang-soo se aproxima peligrosamente a lo aleatorio, azaroso, absurdo e incomprensible que resultan la interacción amorosa? Nos hallamos pues ante un filme con la clara intención de invitarnos a reflexionar sobre el porqué de las relaciones, de la vida, y de la imperiosa necesidad del cine por enfrentarse a este misterio.

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Frases destacadas:

  • Bora: “Eres el mejor director del momento”.
  • Heejung: “Nunca he visto a un hombre beber como tú. Eres un hombre de verdad”.
  • Chan: “El amor es el amor, ¿no?”
  • Kim: “A los hombres nos gustan las mujeres, ¿a quién le iban a gustar si no?”

 

Tráiler de “Ahora sí, antes no”:

Por Luis Suñer

Graduado en Humanidades, crítico de cine y muerto de hambre en general.

3 comentarios en «“Ahora sí, antes no”. Ahora más que nunca, pero antes también»

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