Tom Cruise y Emily blunt protagonizan «Al filo del mañana»: Una perfecta mezcla de testosterona e inteligencia muy cerca de alcanzar el Olimpo de la sci-fi.
Doug Liman: Músculo y cerebro perdidos y recuperados.
Desde que pusiese patas arriba el cine de acción con esa espectacular mezcla de músculo y cerebro que resultó ser “El caso Bourne”, la filmografía de Doug Liman ha sufrido un letargo de doce años en los que su labor como realizador ha permanecido constantemente a la sombra de la calidad alcanzada por el filme protagonizado por Matt Damon. Los jugueteos de Liman con el género, lejos de caer en la reiteración, abrazaron tonos y subgéneros tan dispares como la comedia romántica, la ciencia ficción o el thriller político, pero no consiguieron, ni de lejos, atesorar esa complicada mezcla perfecta que hizo de la primera cinta de la saga Bourne un referente entre los largometrajes de su especie… hasta la fecha. Porque el retorno del cineasta neoyorquino a la sci-fi tras la mediocre «Jumper» (2008) con “Al filo del mañana” posee todos y cada uno de los ingredientes necesarios para convertirse no sólo en el nuevo estandarte de su filmografía, sino también en el rotundo vencedor de la batalla entre blockbusters estivales.
Competir por alzarse con el puesto de “la película del verano” exige a todo largometraje el cumplir con unos estándares de calidad y una capacidad de entretener muy superiores a la media, pero, a su vez, esa aspiración se convierte en un arma de doble filo que obliga al equipo creativo a tomar espinosas —y, seguramente, dolorosas— decisiones para hacer el filme más asequible al mayor espectro de público posible. Por desgracia, lo evidente del suavizado al que se ha visto sometida “Al filo del mañana” para hacerla encajar en los márgenes de una calificación por edades para el público juvenil logra empañar en cierto modo la brillantez que desprende secuencia a secuencia, consiguiendo que la cinta se quede a las puertas del olimpo de la ciencia ficción.
Alma adulta, ejecución adolescente.
El espectáculo bélico sci-fi que ofrece Liman podría ser alabado durante párrafos. Su acertadísima premisa, herencia directa de la obra más icónica de Harold Ramis y elemento catalizador a la hora de dotar a la historia de una vis cómica necesaria y refrescante, así como de un cariz dramático concentrado en la necesaria pero contenida subtrama, constituye la primera de las no pocas bondades con las que “Al filo del mañana” obsequia a su público. La coherencia con la que se da explicación al eterno deja-vu que sufre el protagonista, la química que desprende la pareja compuesta por Emily Blunt y un Tom Cruise al que se le nota estar pasándoselo genial rodando el filme, las secuencias de acción, sólidas y capaces de dejar mandíbulas colgando en más de una ocasión… La lista de alabanzas es interminable pero, tras conseguir obnubilar al espectador más escéptico con todo el encanto que desprende, un tercer acto de lo más complaciente y absurdamente blanco logra que caigamos en la cuenta de que el filme no ha llegado a dar rienda suelta a sus instintos por completo
Una vez el largometraje ha entrado en materia y observamos al aguerrido batallón de militares enfundados en sus exoesqueletos combatiendo las hordas alienígenas, se antoja complicado no evocar el buen hacer que Paul Verhoeven demostró con la igualmente genial y controvertida “Starship Troopers” (Paul Verhoeven, 1997). En gran parte del metraje de “Al filo del mañana” puede percibirse el espíritu adulto de la obra del realizador holandés contenido de una manera tan forzada que torna evidente la necesidad de los personajes por soltar alguna que otra palabra malsonante, y la de Doug Liman por mostrar, con su pericia moviendo la cámara entre trincheras, más de una —y de dos— amputaciones y mareas de sangre inundando el campo de batalla. Por desgracia, la taquilla manda, y de donde podría haber salido un nuevo —y adulto— filme de culto al nivel de la epopeya espacial de Verhoeven, “tan sólo” ha quedado el, probablemente, mejor filme de acción y aventuras que podamos disfrutar en cines durante estas vacaciones, lo cual, pensándolo bien, tampoco está tan mal.
Frases destacadas:
Cage: «Lo que voy a contaros os parecerá una locura, pero tenéis que escucharme.»
Cage: «Ojalá no te conociera, pero te conozco.»
Sargento: «¡En pie, gusano!»
Cage: –«¡No soy un soldado!»
Rita Vrataski: –«No, eres un arma.»
Rita Vrataski: «Ven a buscarme cuando despiertes.»
Farell: «¡Es un nuevo día!»
Rita Vrataski: «¡Otra vez!»
¿Está el personaje de Tom Cruise omnipresente a lo largo del metraje?
Lo pregunto con temor porque sus taquillazos precedentes precisamente se resienten por este hecho. Por un lado porque el pobre sólo tiene un registro (cabreado) y por otro porque roba cámara al resto del reparto.
Jmongil, ve tranquilo: aquí le vemos también en su faceta cómica y no sabes cómo se agradece!
No me convenció en absoluto. Mucha pretenciosidad para un simple film de acción.
Yo tengo muchas ganas de ver esta suerte de Día de la marmota, que está polarizando a la peña. Félix tras leer tu comentario iré con más miedo que verguenza