Mar. Mar 19th, 2024
Fotograma de amante por un día

Philippe Garrel se inmiscuye en las sinrazones emocionales de las relaciones amorosas desde su característico y estilizado blanco y negro en 35mm

Philippe Garrel regresa a sus particulares cuentos morales con «Amante por un día». El veterano cineasta francés, como en el resto de su filmografía, busca desnudar el arte cinematográfico, regresar a su esencia más pura, para abordar con total frontalidad la fragilidad emocional de las relaciones humanas. Para ello se vale de su particula fusión de forma y fondo. A partir del rodaje en 35 mm en blanco y negro Garrel se aproxima desde el granulado grisáceo de su oferta visual a la instrospección de sus tres personajes principales. El plano secuencia y el primer plano se funden con las caras de éstos, mientras que la introducción de una voz en off a modo de narrador emocional, sustentan la estructura de este particular relato. Al modo del coreano Hong Sang-soo, el cineasta francés busca ahondar en la absurda tragedia y fragilidad de las relaciones amorosas. En este caso, la historia aborda la ruptura que sufre una joven estudiante con su primer novio y su refugio a la casa de su padre, un profesor universitario divorciado que vive con su novia, una joven de su facultad de la misma edad que su hija.

Fotograma de amante por un día

Fidelidad, celos y pérdida

La intención del galo en sus escasos 76 minutos de metraje es adentrarse de manera aparentemente simple en las complejas incomprensiones emocionales de las relaciones amorosas. Lo logra sin juzgar a sus personajes, basándose en las cortas sentencias en off de estos y en la frialdad cotidiana de sus acciones. Acercando la cámara al rostro desolado de estos hasta que la imagen se convierte en mero sentimiento. A partir de estas premisas la película se inmiscuye en una constante del cineasta, la relación amorosa lastimada por los celos y la desconfianza. Aunque al contrario de «La sombra de las mujeres» (2015), aquí estaríamos ante una relación abierta consentuada. Una pareja que parece querer erigirse sobre unos cimientos maduros y racionales, fruto de su metodología intelectual, pero que se desmonta ante cualquier imprevisto de forma infantil e inmadura. En muchos sentidos, el trío protagonista se caracteriza por no saber enfrentarse a su propia fragilidad, temiendo ser dañados por los demás, y en ocasiones obligados a cerrarse en ellos mismos. No obstante, este temor en muchas ocasiones origina el conflicto, la desconfianza y la necesidad en volcarse en la recepción del otro. Se establecen vínculos afectivos, se comparten secretos y se discuten las culpas. Garrel interpela y enfrenta a sus miedos y errores a los personajes tanto entre sí como de cara al espectador, aunque adoptando para ello cierto moralismo. Un moralismo que nace de manera naturalista desde sus propios personajes. La cinta se antoja en última instancia como cuento moral al estilo de Éric Rohmer sin entrar en filosofías sesudas, viviéndose de manera más ligera, liviana, acorde al modo de vida que desea retratar en su modesta cinta.

Frases destacadas:

  • «Algunas personas le son fieles a cosas que a otras le son indiferentes»

Tráiler de «Amante por un día»:

 

Por Luis Suñer

Graduado en Humanidades, crítico de cine y muerto de hambre en general.

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