El próximo viernes 12 de marzo se estrena en la plataforma de streaming Filmin «Amigo«. Una visión un tanto negra de la amistad y bastante pesimista sobre la atención primaria. La redención y los errores cometidos en el pasado desempeñan un juego de espejos fundamentalmente onírico.
Después de un choque de automóvil, David, decide (pese a la culpa interior) ocuparse de su mejor amigo, Javi. En el fatal accidente la esposa de Javier perdió la vida y se lo está reprochando a David en cada instante. . El director Óscar Martín («Full of Empty», «Bonsai») de origen madrileño une fuerzas para co-escribir esta fábula a seis manos junto a Javier Botet y David Pareja.
Un proceso creativo bastante cómodo
No es baladí que la pareja ficticia se llamen por el mismo nombre que sus personajes. Lo que al principio podía parecer una dulce historia. Pero cuando el personaje de Pareja comienza a tener sueños con el doppelgänger de Botet todo se vuelve más oscuro. Momentos de terror al puro estilo del maestro del suspense. La paranoia comienza a visualizarse más adelante en las formas de hablar y vestir de David, las charlas (irreales) con Javier, sus paranoias, etc.
Las características de los personajes se difuminan en los decoros de una casa rural que bien podría pertenecer a Pareja en la vida real. Martín usa los fuera de como un maestro del suspense. «Amigo» nos recuerda a Misery, «¿Qué fue de Baby Jane?» o incluso la patria Mar Adentro. A todos los efectos esta película que comienza siendo un drama pata acabar siendo la mayor dignificada del género. Sabiendo que sus cabezas pensantes se conocen desde hace 24 años, su afinidad y la química que desprende el tándem Botet–Pareja sobre la pantalla está asegurada. La versatilidad como actores se hace palpable y la «verdad» llega con fuerza hasta el corazón de los espectadores que sienten y padecen al otro lado de la pantalla.
Es bonito ver reflejado en pantalla años de compartir experiencias en la vida real que, en esta ocasión, son llevados con la misma pasión al celuloide, porque así nos damos cuenta de que un frame de rodaje equivale a un trocito de «esa» vida que jamás llegaremos a ver pero que la podemos sentir a través de los gestos, miradas, en la actuación de ambos actores.
Homenajes a la televisión pública
Las incursiones de Chicho Ibáñez en la televisión pública española, la serie animada de «Mortadelo y Filemón», las películas de Naschy o Salomé poniendo banda sonora a la parte final de la película, etc. El audiovisual de la España cañí entre finales de los sesenta y principios de los setenta estaba en el momento de mayor apertura del país. A mediados de los setenta ya se veía que ese esquema televisivo funcionaba.
Este largometraje hará de las delicias de fans del género y del actor manchego. Pues, a pesar de ser su primera incursión en la escritura de un panfleto pensado para ser visto directamente en la gran pantalla, el (imprevisto) largo recorrido de promoción de la película ha servido, a consecuencia de esta pandemia, como reclamo de un gran número de cinéfilos que todavía sigue en aumento.
Dos amigos que sufren por el otro
Hablar, pues, de Amigo es hablar de amistad. Hablar de paciencia. Hablar de apoyo entre compañeros de vida. La suma de dos es igual a infinito y el infinito lo alcanzan dos actores cuando dan lo mejor de uno mismo. Una oda a la amistad que vale su peso en oro si analizamos las claves del terror patrio, pues pocos lo han conseguido si no contamos con el legado de Jesús Franco, Jorge Grau o Paul Naschy.