Mar. Mar 19th, 2024

El superhéroe más menospreciado del universo DC protagoniza una de las adaptaciones más delirantes, horteras y fascinantes a partes iguales que se ha visto en mucho tiempo.

Han pasado pocas horas desde que he engullido las casi dos horas y media que dura la primera cinta protagonizada por uno de los superhéroes al que tengo en más alta estima, y aun así no tengo del todo claro cómo voy a abordar esta crítica. Arthur Curry tuvo un papel anecdótico en ese extraño pastiche llamado «Liga de la Justicia» (Zack Snyder, 2017), por lo que la decisión de estrenar esta cinta poco después y no un par de años antes es, cuanto menos, extraña. Estamos ante un título deliberadamente ambicioso, con una elaborada etapa de post-producción y bajo la batuta de un director que, hasta donde podemos intuir en sucesivas declaraciones y entrevistas, ha hecho lo que ha querido. James Wan ha creado una película machacona, visualmente abrumadora y narrativamente obvia que muy difícilmente deja indiferente al espectador.

Cuando Arthur Curry (Jason Momoa) descubre que es mitad humano y mitad atlante, emprenderá el viaje de su vida en esta aventura no sólo le obligará a enfrentarse a quién es en realidad, sino también a descubrir si es digno de cumplir con su destino: ser rey, y convertirse en Aquaman.

El todo por el todo

Si algo hay que reconocerle a «Aquaman» es que, como diría el gran John Hammond, no han reparado en gastos. Estamos ante una apuesta que lo da todo desde sus inicios en lo que a imaginación estética se refiere. Atrás quedaron los tonos apagados y el contraste de la primeras producciones dirigidas por Zack Snyder, aquí nos encontramos ante una abrumadora paleta de colores que nos coge de las solapas y nos grita: ¡ESTO ES UN CÓMIC! Esto se traduce en que, probablemente, los que busquen una cinta de superhéroes medianamente sosegada y con una dirección clara saldrán decepcionados, mientras que aquellos dispuestos a desconectar y recibir estímulos sin parar durante más de dos horas serán complacidos en cantidades industriales.

Pero con un diseño de producción y efectos visuales tan ambiciosos, la probabilidad de cometer errores aumenta. Mientras que el mundo submarino de Atlantis es sobrecogedor y ciertas set pieces destacan por su belleza, algunos elementos del vestuario, como las armaduras de los villanos y sus armas, se quedan a medio camino entre la serie B y una superproducción de Hollywood. Aun así, no debemos negar que, por lo menos estéticamente, James Wan y su equipo han optado por ser lo más fieles posible a la fuente original, especialmente a sus etapas más modernas.

James Wan desatado

Aunque podríamos decir que el estudio dejó volar a Patty Jenkins para dar lo mejor de sí en la estupenda «Wonder Woman» (2017), con James Wan parece haber pasado lo mismo. Lejos de los reshoots injustificados y palos de ciego que sí podíamos detectar en «Escuadrón Suicida» (David Ayer, 2016), aquí nos encontramos ante una decisiones formales que sólo pueden ser propias de un director que se comporta como un niño con juguetes nuevos. Según se van desarrollando los acontecimientos, el desbarajuste tonal y estilístico es tal que parece que hemos visto ocho películas en una: aventuras, fantasía épica, comedia romántica, incluso terror en algunas escenas. Los excesos han acompañado al director desde sus inicios, y sólo hay que echarle un vistazo a «Fast & Furious 7» (2015) para darse cuenta de ello.  Esto no hace más que avivar el fuego del desconcierto propiciado por el anteriormente mencionado diseño de producción y un guion que poco llega a aportar al género superheroico.

David Leslie Johnson-McGoldrick y Will Beall son quienes firman un libreto escrito a cuatro manos (o por lo menos eso indican los créditos de la película) atropellado, predecible y plagado de lugares comunes. Los diálogos expositivos se condensan claramente en la primera hora de la película, dando lugar a escenas forzadas y poco orgánicas, en parte debido a la cantidad de personajes y elementos que se van sucediendo a lo largo de la película. No solamente Arthur debe hacer frente a su hermanastro Orm (Patrick Wilson) y recuperar el trono de Atlantis, también deberá viajar por todo el globo para recuperar un poderoso tridente que podría ser la clave para evitar la guerra inminente entre la superficie y el reino subacuático. El clásico villano de Aquaman, Black Manta (Yahya Abdul-Mateen II), también hace aparición en esta historia, dando como resultado una sub-trama que podría haber dado mucho más de sí de haberse aparcado para una segunda entrega. El que mucho abarca, poco aprieta, que se dice.

El show de Jason Momoa

Si algo no se le puede negar a «Aquaman» es que Jason Momoa ha conseguido hacer suyo al personaje, aunque para eso hayan tenido que adaptarlo al carácter y comportamiento del hawaiiano. Similar a lo que pasó con Chris Hemsworth en «Thor Ragnarok» (2017), lejos queda el monarca autoritario y estoico de los tebeos; aquí tenemos un protagonista con aires macarriles y despreocupados que por el camino deberá aprender a afrontar sus responsabilidades como mestizo y heredero al trono, un carácter casi más propio de un antihéroe del cine de acción de los ochenta.

Por otra parte, parece que Momoa es el único del reparto que sabe realmente dónde se ha metido, por lo que a uno le queda bastante claro desde el principio que el intérprete está ahí para lucirse y pasarlo bien, mientras que otros como Patrick Wilson o Willem Dafoe cumplen con sus papeles sin más, sin encarnar unos personajes que estén demasiado a la altura de las circunstancias. Aun así, merece mucho la pena destacar el papel de Amber Heard como Mera, princesa de Atlantis y, cómo no, principal interés amoroso de Arthur. Mera se convierte en el secundario de lujo que toda película de superhéroes necesita, a pesar de que su rivalidad con Aquaman vaya convirtiéndose muy torpemente en amor. La química entre Heard y Momoa cumple sobradamente y además la princesa no está exenta de momentos en los que lucirse y desatar sus poderes.

«Aquaman» es quizá uno de los blockbusters más alocados y confusos de los últimos años, toda una experiencia que merece ser vivida en pantalla grande y que nos demuestra que no hay nadie al volante del Universo DC, tanto para bien como para mal. No puedo esperar a verla de nuevo.

Frases destacadas de «Aquaman»:

  • Orm: «A war is coming to the surface. And I am bringing the wrath of the Seven Seas with me.»
  • Arthur Curry: «My parents made me what I am. I am the protector of the deep.»
  • Queen Atlanna: «Legend has it that one day… a new king will come. Who will use the power of the trident to put Atlantis back together again.»
  • Mera: «Your half-brother, King Orm, is about to declare war upon the surface world. The only way to stop his war is for you to take your rightful place as King.»
  • Arthur Curry: «I’m no leader. I’m not a king.»
  • Queen Atlanna: «A king fights only for his own nation. You fight for everyone.»
  • Arthur Curry: «You killed innocent people! Ask the sea for mercy!»
  • Manta: «I plunder the seas, and you’re the Aquaman. We were bound to meet sooner or later!»

Trailer de «Aquaman»:

Por Imanol De Frutos

Graduado en ESCAC y montador de profesión. Siempre hambriento de ficción.

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