Otro realizador español que hizo las maletas y fue en busca de su sueño presenta su primer largometraje, Aquí y Allá. Sensibilizado con la realidad del inmigrante mexicano, traza una ficción con amagos de documental en un entorno polvoriento e intimista.
Naturalismo en la frontera mexicana
Aquí y allá es un filme silencioso, naturalista, poco artificial y nada efectista que hace ficción de una realidad poco explorada como es la vuelta a casa del inmigrante. En la frontera mexicana, donde siempre late con energía el sueño de traspasar la frontera hacia Estados Unidos, miles de familias, entre el abandono y la esperanza, sufren calladamente la ausencia del padre o la madre que tiene que emigrar. El tiempo de separación con la familia genera no solo una distancia física, sino también sentimental que, a Pedro, el protagonista de la historia, le costará muchísimo esfuerzo reconstruir. Y en ese proceso de recomposición familiar, la lucha diaria por huir de la pobreza, por reencontrarse en un lugar que, de algún modo, se ha convertido en ajeno.
Hiperrealismo sin artificios dramáticos
La película tiene tintes de documento social tratado con una delicadeza extrema, fruto de la particular manera de ser concebida. Antonio Méndez Esparza, se aventura junto con su actor fetiche, a inmiscuirse con exquisitez en los espacios naturales de la vida de los personajes/personas sin artificios dramáticos, donde flotan los conflictos sin explicitarlos, sin encajarlos a golpe de estructura cinematográfica simplista y artificiosa. La cinta deja que fluyan los sueños y las esperanzas -convertirse de nuevo en una familia, rehacer los lazos, criar a sus hijas, formar un grupo de música…- pero también deja que la realidad destile su implacable arbitrariedad, capaz de ser cruel y caprichosa.
Aquí y Allá es una película de distancias. El relato, es íntimo sin adentrarse en la mirada cercana o el gesto. Construye pequeños belenes, sencillos bodegones, en la línea de los pintores hiperrealistas. Entre los personajes –interpretados por actores no profesionales- se generan multitud de espacios vacíos, de sentimientos que hay que recuperar, de un tiempo que hay que reconquistar; de un territorio, de una patria que ha perdido el orgullo. “Aquí y allá” pone precio al amor, un precio muy alto, el de la separación.
Frases destacadas:
Pedro, cantando: “A mí no me gusta ser pobre, y mucho menos ser rico, me gusta ser muy sencillo, con mi gente de verdad”
Heidi: «Le dijiste que no le echarías de menos, ¿te arrepientes?»