“Black Coal”, Oso de Oro en Berlín, concilia el cine noir americano con el ritmo contemplativo de Jia Zhang-ke y los romances estilizados de Wong Kar-Wai.
El referente clásico
Las primeras escenas de “Black Coal” están ambientadas en 1999: el año más traumático de la vida el inspector Zhang Zili (Fan Liao). Su esposa lo abandonó y todos sus compañeros murieron en un tiroteo cuando investigaban el caso de Liang Zhijun (Xuebing Wang), un empleado de una cantera cuyo cuerpo fue mutilado y esparcido por todos los rincones de Manchuria. Cinco años después, el protagonista de esta crónica de negra se ve envuelto en un caso similar al que le obligó a sustituir su profesión por el alcohol. Una misteriosa mujer llamada Wu Zhizhen (Lun Mei Gwei), la viuda de Liang Zhijun, está vinculada con dos homicidios que han tenido lugar en la misma región donde su marido fue asesinado. A pesar de estar retirado del cuerpo de policía, Zhang Zili se acerca demasiado a la hipnótica femme fatale que idolatra. La fascinación por poseer ese cuerpo y conocer la verdad que quedó sin resolver años atrás, lo arrastran hacia un espiral de perdición del que no podrá escapar. Con una trama clásica del noir de los años treinta o cuarenta, Diao Yi’nan (“Night Train”) engaña vilmente al espectador ofreciendo una propuesta más contemplativa y estética, fuera de los campos del género.
Hibridación entre el thriller y la contemplación
Rodada simultáneamente a “Black Coal”, la paisana “Un toque de violencia” es un retrato de la China devastada por el hastío existencial, en la que la impotencia o la ira de sus habitantes provoca crímenes inhumanos. Tanto el largometraje de Diao Yi’nan como el de Jia Zhang-ke, ofrecen la misma visión de su país, centrándose en la figura del antihéroe moderno. No obstante, si algo tienen en común ambos films es la perfecta hibridación entre el cine contemplativo chino y los argumentos acelerados que ostentan, propios del thriller. El ritmo pausado no es un rival con el que deba luchar la trama. Los dos elementos conviven en perfecta armonía, creando una situación que aniquila cualquier tensión formal e invita a la ensoñación. “Black Coal” es un sueño eterno. Se concibe como si fuese un acompasado y doloroso recuerdo traumático del protagonista que el director se niega a narrar. Durante todo el metraje, Diao Yi’nan se recrea con sutil belleza en los laberínticos senderos de dudas y respuestas que conducen al personaje principal hacia su destrucción.
Los neones de Wong Kar-Wai
El pilar que sostiene la arriesgada película que le arrebató el Oso de Oro a “Boyhood” (Richard Linklater) en la pasada edición del Festival de Berlín, es su inquietante puesta formal y la deslumbrante fotografía. La ambientación de “Black Coal” es fiel al género al que pertenece la película. Las escenas detectivescas o del romance platónico entre la femme fatale y el ex-policía atormentado se envuelven en un halo de misterio, el gran cliché del cine negro. En este sentido, Diao Yi’nan no se interesa en dar profundidad a la dimensión psicológica de sus personajes o en exhibir la denuncia social que emanaría inconscientemente de la mísera situación que describe en su obra. El propósito del cineasta es adaptar sus referentes clásicos e introducirlos en el paisaje chino industrializado, invadido por el frío, el humo y la niebla, lleno de bares donde los rostros pálidos de la pareja se tornan verdes, rojos o azules, dependiendo del color del neón que les esté alumbrando, como si se tratara de otro film de Wong Kar-Wai.
Frases destacadas de «Black Coal»:
-Detective Wang: Nevó justó después del asesinato, no hay pistas.
-Jefe de la lavandería: Ella no es mi tipo, ni yo soy el suyo.
-Jefe de la lavandería: Cuando abrimos la lavandería estropeó un abrigo de piel y luego murió su marido. No podía echarla por principios.
-Zhang Zili: Te he traído medicamentos y vendas para la mano.
-Wu Zhizhen: Yo te enseñaré a patinar. No importa si no sabes.
-Zhang Zili: ¿Crees que alguna vez se gana en esta vida? Mi vida es un completo desastre.
-Zhang Zili: Hoy vi a un hombre arrojar los trozos de mi amigo desde el puente en un cruce de vías.
-Zhang Zili: ¿No era tu marido el encargado de la báscula de camiones en el 99?.
-Zhang Zili: Tu marido consiguió engañarnos a todos.
-Zhang Zili: Los recuerdos buenos, igual que los malos, nunca desaparecen.
-Wu Zhizhen: Quiero escapar de él, pero no puedo. Asesina a todos aquellos que se enamoran de mi.
-Dependienta de la lavandería: Si un hombre decide irse con otra mujer por qué iba a denunciar su ‘desaparición’?.
-Wu Zhinzhen: Mi marido lo sacrificó todo por mi y yo lo traicioné.
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