La segunda hornada de capítulos de Black Mirror ha llegado a su fin. Después de seis episodios, ¿podemos tratar de decir ya sobre qué va la última creación de Charlie Brooker?
AUNQUE NO TIENE INFORMACIÓN QUE DESTROCE LOS CAPÍTULOS EN SU TOTALIDAD, ALGUNO DE LOS DATOS QUE AQUÍ SE DAN PUEDEN PROVOCAR QUE SE CONOZCAN LOS PUNTOS DE GIRO IMPORTANTES DE ALGUNO DE LOS EPISODIOS.
VAMOS, QUE MEJOR NO LO LEÁIS SI NO HABÉIS VISTO TODO LO EMITIDO HASTA AHORA.
Sorprendió a finales de 2011. Nadie sabía muy bien qué esperar de esta extraña creación, pero todo el mundo estaba atento. Charlie Brooker, su creador, había ya revolucionado (y dado un renombre) a Channel 4 con Dead Set, una miniserie de temática zombie que se da en los estudios del Gran Hermano británico. La crítica a la sociedad típica del cine de zombies volvía en esa serie, a la par que criticaba también los nuevos reality-shows. Lo más curioso es que se atrevía a hacerlo en la misma cadena que emitía el GRAN reality: Big Brother (Gran Hermano).
Así pues, la atención del público a Black Mirror era máxima. No se sabía de qué iba a ir, pero se tenían ciertas indicaciones: hablaría de la tecnología y serían tres capítulos de temática independiente. Tras el chocante primer episodio (nada fortuitala elección de ese como primero, pues es el que más atrae la atención de toda la serie), las críticas fueron excelentes y la audiencia muy destacable. Se llegó a pedir una segunda temporada, a la que ahora nos hemos enfrentado de nuevo. Si bien, estos últimos tres capítulos han pasado sin pena ni gloria, cierto es que también han planteado cuestiones interesantes.
Pero, la verdadera cuestión del asunto es: vale, tenemos seis capítulos de Black Mirror. Cada capítulo es independiente en personajes y trama. Así que, ¿de qué va esta serie?
Black Mirror: Sociedad y tecnología
Aunque en todos los episodios se habla de la tecnología, Black Mirror trata realmente sobre los humanos. Se ha dicho muchas veces que es la visión pesimista de la sociedad y de los avances tecnológicos, pero yo nunca he llegado a verlo así. En ningún caso hay «final feliz», es cierto, pero no creo que Charlie Brooker se ponga a escribir pensando: «A ver, ¿sobre qué parte de la tecnología me voy a quejar hoy?». La serie lo que trata (en el camino que todo buen producto de Ciencia Ficción ha de tomar, y eso que en algún caso, Black Mirror no es Ciencia Ficción) es de estudiar cómo reaccionaría el Ser Humano frente a ciertas posibilidades ofrecidas por la tecnología.
Es crítico con la sociedad, pero no enfatiza en lo buena o mala que es, sino que la muestra como todos en muchos casos la vemos. Extrapone lo que día a día nos parece normal en otro contexto y entonces es cuando nos llama la atención, aunque la sociedad funcione por igual que lo hace en nuestro día a día.
Los seis episodios de la serie se han emitido en dos rondas de tres episodios y, en realidad, en esta segunda hornada se han tratado las mismas cuestiones que la primera, pero desde un distinto contexto.
THE NATIONAL ANTHEM (1X01) + THE WALDO MOMENTO (2X03)
En estos dos capítulos tenemos el mundo actual tal y como lo conocemos. No hay apenas cambios entre el mundo que vivimos y el que nos muestran. Y en ambos se habla de unas mismas cuestiones (aunque con distinto enfoque): política, redes sociales y el pueblo como masa.
The national anthem resulta chocante desde el inicio de su planteamiento. Suele ser el que mejores críticas se lleva, aunque opino que no es el mejor. Se trata de un episodio muy efectista, pero que sin embargo nos hace sentir exactamente como aquello que en cierta manera critica. Su planteamiento inicial es bastante conocido: Han secuestrado a la princesa del pueblo (una especie de Lady Di) y como rescate, el secuestrador, pide que antes de las 6 de la tarde el Primer Ministro británico aparezca en televisión teniendo sexo con una cerda. Así, el episodio se mueve siempre alrededor del Primer Ministro y sus intentos por liberarla antes de que se cumpla el plazo.
El capítulo critica en cierto punto la morbosidad de la sociedad que, a la hora convenida, para de hacer lo que sea que tiene que hacer para ponerse delante del televisor a ver cómo su mayor representante gubernamental comete un acto forzado de zoofilia. Y lo verdaderamente bueno de este episodio es que, si se sostiene durante sus 40 minutos de duración, no es por un guión excelente (que no quiere decir que no tenga buen guión), sino que lo que atrae más al espectador es el querer saber si el Primer Ministro cederá o no ante la demanda del secuestrados. Es nuestra propia morbosidad, al igual que a la de la sociedad que vive la historia, la que nos lleva a seguir viendo el episodio hasta el final.
Por otro lado, aunque un poco de pasada, retrata también la clase política y la idea de careta que todos tienen. Siempre ma ha impactado el momento en el que le dicen al Primer Ministro que mientras tiene sexo con la cerda tiene que vigilar cuánto tiempo dura el acto en sí mismo: si dura poco o demasiado podría parecer que lo ha disfrutado. Además, constantemente el equipo de gobierno mueve encuestas para saber qué opinará el público en caso de que haga una u otra cosa.
Aunque esta faceta de la falsedad política se trata más en The Waldo Moment. Aquí tenemos un cómico que mediante una máquina crea en tiempo real un dibujo animado para un programa de televisión (la sección de Waldo en dicho programa es preocupantemente similar a un capítulo de Go, Ibiza, Go). Siendo las elecciones comarcales, y en su búsqueda de criticar a un político conservador, deciden hacer que el personaje animado, Waldo, se presente como candidato. Lo que no tendrán en cuenta es el gran apoyo popular que el personaje comenzará a notar.
Este capítulo retrata muy bien la falsedad política, hace una crítica al sistema político actual, en el que los políticos son fachadas de pensamientos que vienen de lejos. En el que la única aspiración es superar al rival, imponerse, no lo que lo necesario para quienes les eligen. Y cómo, en muchos casos, la honestidad consigue mejor efecto. Waldo no es una persona, es un equipo, y ese punto es el que favorece en muchos sentidos a su popularidad. Waldo dice la verdad, no tiene afiliación política, sino que critica lo que todo el mundo piensa. Waldo es una especie de 15M jugando al juego contra el que trata de luchar.
Lógicamente, algo sale mal, pero la realidad de este capítulo es que Brooker marca cómo el sistema político actual no funciona del todo, aunque cierto es que es el único que lo hace de momento.
FIFTEEN MILLION MERITS (1X02) + WHITE BEAR (2X02)
Aquí tenemos los dos capítulos más flojos de la serie. Posiblemente porque son episodios que se mueven alrededor de una idea interesante más que de un desarrollo de ella. En ambos se habla de la sociedad también y cómo es capaz de actuar en masa ante lo dicho, de pararse y no hacer nada, de ver cómo suceden las cosas sin mover un dedo.
En Fifteen… tenemos una sociedad distópica en la que las personas generan energía mediante el constante uso de bicicletas estáticas. Según el tiempo que pasen en ellas ganan méritos, la especie de moneda que se usa. Con esos méritos tienes que pagar todo. Y parece ser que el objetivo máximo de aspiración es poder participar en una especie de Factor X que existe.
Una gran crítica a este tipo de reality-shows a la vez que a la alienación a la que nos vemos sometidos como sociedad y, sobretodo, cómo nos dejamos alienar.
En White Bear tenemos un planteamiento que parece muy distinto hasta el final del capítulo. Lo que en inicio parece un mundo post-apocalíptico extraño, con gente que graba con sus móviles sin que actúen; se acaba revelando como un juego macabro contra una chica que cometió un asesinato (aunque su memoria está en blanco y aún no lo recuerda). Un juego con espectadores que atacan a la chica hasta que acaba el día, le ponen un pequeño aparato, borran su memoria y hacen que todo vuelva a comenzar.
La verdadera y cruda revelación se encuentra en el final del episodio, en sus créditos, cuando se nos muestra qué es realmente eso: un «parque de justicia». Como castigo a la criminal, se ha creado un lugar en el que castigarla de forma de que la gente pueda ir a verlo y participar en parte en el castigo. La justicia se ha convertido en un espectáculo, en un parque de atracciones para el disfrute y entretenimiento de la gente. ¿Os suena de algo?
THE ENTIRE HISTORY OF YOU (1X03) + BE RIGHT BACK (2X01)
Por último tenemos los capítulos más intimistas y reflexivos de la serie. El de la primera temporada es, curiosamente, el único que no ha escrito Brooker y desde mi punto de vista el mejor. El de la segunda es más flojo que su antecesor, pero maneja ideas muy interesantes.
Ambos hablan de la obsesión, de cómo ciertas tecnologías pueden llegar a consumir al ser humano hasta destrozarlo de una u otra manera. Los protagonistas son muy distintos, pero de una forma u otra acaban en el mismo punto, aunque reaccionan de distinta manera (¿o no tan distinta?) ante la decisión final.
En el primero (protagonizado por un Toby Kebbell increíble) tenemos un mundo en el que mediante chips de memoria podemos recordar, revisualizar e incluso mostrar a los demás cada una de las cosas que hemos vivido. Un mundo en el que los raros y a los que se les mira mal son a aquellos que no tienen dicho chips, pues nunca se puede confiar en sus recuerdos. Son personas demasiado genuinas.
El personaje protagonista comienza a obsesionarse con esto. Durante una noche entera no para de ver una y otra vez la misma conversación, de notar cada pequeño detalle, de juntarlo a otro pequeño detalle de otro momento y mediante pequeños detalles unidos crear una gran imagen que le consume obsesivamente.
En Be right back tenemos dos obsesiones, las dos mucho más presentes en nuestro día a día normal. Por un lado la obsesión del novio de la protagonista por las Redes Sociales. Todo lo que hace, lo que dice, dónde está, etc. lo publica en redes sociales: facebook, twitter… todo.
Con su muerte, la obsesión que aflorará será la del personaje protagonista que se pone en contacto con una extraña empresa que tiene un software (y hardware) que permite poder hablar por el móvil (o tablet) con un programa informático que recopilando toda la información de la red simula ser el novio de una forma casi perfecta. La obsesión crece y crece hasta el punto de vivir con un robot que tiene le mismo aspecto que él y parece ser la propia persona que perdió.
En ambos casos los protagonistas llegan a puntos de obsesión máxima, aunque la respuesta de ambos a este punto es muy distinta. Si el personaje de The Entire… se acaba destrozando a sí mismo y una vez ha caído al pozo trata de comenzar a salir, el personaje de Be right back no lo consigue y, aunque vuelve a ser quien era, guarda oculta esa pequeña obsesión, aunque no sea realmente para su disfrute.
La ventana negra
Así, en definitiva, ¿podemos entonces definir de alguna forma bajo la misma frase de resumen todas las historias que refleja Black Mirror?
Yo creo que sí. Opino que Black Mirror habla sobre el Ser Humano, sobre nuestra naturaleza, sobre cómo está cambiando mediante las nuevas tecnologías y el camino al que vamos dirigiéndonos. Se muestra el punto al que llegaría si pasara tal o cuál circunstancia. Pero siempre, en última estancia, se nos muestra una persona representante de la masa en la que nos estamos convirtiendo. A veces, el personaje se sale de la alienación, a veces el personaje forma parte de ella o en alguna ocasión el personaje sufre por culpa de la masa alienada; pero siempre de una forma u otra está hablando de las personas.
¿En una frase? Black Mirror es una serie que retrata la sociedad actual y su comportamiento hacía diversas tecnologías existentes o que pueden llegar a hacerlo.
Esa es la visión de la ventana negra de Charlie Brooker que aunque en ocasiones falla en desarrollo, siempre resulta muy interesante en planteamiento.
Muy interesante y curiosa la asociación de capítulos. Cierra, con la misma idea que inicia la serie. Y que personalmente es la que más me atrae por ser la que más te hace pensar en el dilema y responsabilidad que supone el disponer de más información y capacidades por medio de la tecnología (y donde la moralidad parece no tener una posición decisora).
El resto, más críticos con nuestra actitud social y modo de relacionarnos, resultan algo menos curiosos pero cumplen su cometido.
Aunque esta segunda temporada no me ha parecido tan «genial» como la primera, estoy impaciente por una tercera entrega. Desde «más allá del límite», «misterio para tres», «historias de la cripta»… y algunos de star trek, echaba en falta una serie para darle al coco.
Por este tipo de proyectos sí invertiría. Que no se queden en el tintero por falta de fondos 😉
Tiene la gracia de que sean sólo tres capítulos al año y cuenten historias individuales. Hoy en día ya no se lleva esto en televisión.
Sólo los británicos podrían volver a hacer cosas «extrañas» como ésta.
Y se agradece mucho no, muchísimo 😉
Qué grandes con series como Misfits, IT Crowd incluso Being Human mucho más «humana» que la versión americana.