Mar. Mar 19th, 2024
Crítica de la pelicula Bone Tomahawk

Tras dejar huella en el Festival de Sitges de 2015, «Bone Tomahawk» vuelve para deleitar al público con su cóctel de géneros.

La ópera prima del director S. Craig Zahler, ganadora del premio al mejor director en el festival catalán de cine fantástico, no es un filme de terror que pretenda pasearnos por situaciones macabras sin sentido, sino un calculado ejercicio de creación de tensión y suspense que juega con el miedo a lo monstruoso mientras respeta las convenciones de los géneros con los que trabaja.

Kurt Russell interpreta al sheriff de Bright Hope, un pequeño y apacible pueblo del oeste americano que parece tener totalmente controlado a pesar de la presencia de algunos bandidos. Pero cuando una tribu de indios caníbales raptan a su ayudante y a una mujer que desempeña tareas médicas, el sheriff Franklin Hunt reunirá un grupo de hombres con el fin de rescatarlos y acabar con la amenaza que perturba el territorio.

Personajes y espacios arquetípicos del western, indios convertidos en seres monstruosos… Este podría haber sido un largometraje extravagante y poco convincente. Pero no. «Bone Tomahawk» crea un imaginario innovador que dejará satisfecho tanto a los amantes del cine de terror como a los del western.

BONE TOMAHAWK

Innovación y respeto hacia la tradición

A lo largo de la Historia del Cine, el western ha destacado por ser un género con una larga tradición que, a pesar de haber modificado sus formas con el tiempo, siempre se ha mantenido dentro de unos límites muy marcados respecto a su iconografía y sus tramas argumentales. No obstante, no podemos pasar por alto que, en ocasiones, la solidez de este género cinematográfico se ha visto invadida por otros que han incluido componentes ajenos para dar nuevos enfoques, corriendo el riesgo de desvincular al género de sus conveciones. Este es el caso, por ejemplo, de filmes como «Cowboys & Aliens» (2011, Jon Favreau), que han llevado el western hacia el territorio de la ciencia ficción al incluir un componente fantástico. En ese sentido, Bone Tomahawk» es un largometraje que, además de respetar la faceta visual, se mantiene dentro de una temática que evita cualquier desvinculación respecto a las directrices de una trama que se desarrolla en el contexto del lejano oeste a pesar de trabajar con elementos del cine de terror.

En lo que al western respecta, «Bone Tomahawk«, como ya se ha mencionado, hace uso de, en primer lugar, escenarios y espacios muy habituales en el género, que permiten contextualizar el filme a priori dentro de un tiempo y un lugar determinados. Por otro lado, la presencia de personajes arquetípicos como el sheriff, defensor del bien ante las adversidades, también mantienen el filme dentro de unos límites familiares. Pero no es sólo en cuestiones de iconografía que el filme se permite hacer un uso libre del género, pues la trama argumental de «Bone Tomahawk», a pesar de incluir elementos propios del terror, recupera hilos argumentales del western clásico que le enlazan con toda la tradición que el género tiene a sus espaldas: En el filme, la mujer de uno de los protagonistas es secuestrada por los indios de la misma forma que le sucede a la sobrina de John Wayne en la célebre «The Searchers» (1956) de John Ford. De este modo, Craig Zahler trabaja con cuestiones temáticas que reflejan el respeto hacia la tradición del western.

Pero este trabajo no destaca por ser un western convencional, sino por incluir un componente fantástico efectivo que condimenta las tensiones propias de la trama. Dicho de otro modo, el filme no se conforma con hacer uso de una temática propia del western (en este caso el secuestro por parte de los indios) sino que va más allá convirtiendo a los antagonistas convencionales en bestias, dentro de unos límites que suprimen la posibilidad de que el largometraje se pierda en la falta de identidad genérica.

Llegados a este punto, muchos se preguntarán si el fiel tratamiento que Craig Zahler le da al filme en clave de western bien puede, por otro lado, suprimir las virtudes del terror en la cinta. Pero de la misma forma que el director de esta ópera prima ha trabajado con las formas del cine del oeste, también lo ha hecho a la hora de manifestar el horror (y no por una cuestión de caracterización del enemigo o de un uso abusivo de la violencia explícita). A lo largo de la película, el espectador es consciente de la amenaza que se cierne sobre los protagonistas, pero la imagen que éste tiene de ella se construye de forma superficial mediante las deducciones que surgen del uso de planos que trabajan con el fuera de campo y los sonidos que incrementan la inquietud del receptor respecto a lo que no se puede conocer. De esta forma, el filme -en clave de terror- trabaja con lo desconocido para aumentar su importancia y conseguir un efecto mayor en su descubrimiento: el espectador ve denegada la posibilidad de conocer lo que rodea a los personajes para, más tarde, asistir en primera persona al horror que les aguardaba.

«Bone Tomahawk», en definitiva, es un largometraje que destaca en su planificación y ejecución teniendo en cuenta que trabaja con dos géneros a la vez. Y el resultado es un largometraje que nos invita a una experiencia cinematográfica cautivadora que nace del uso de una faceta visual bien cimentada y una trama cuya tensión acentúa el poder de la narración sobre el espectador.

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Frases destacadas

  • Samantha O’Dwyer: “Esta es la razón por lo que la vida en la frontera es tan difícil. No por causa de los indios, sino por causa de los idiotas.”

Trailer de «Bone Tomahawk»

2 comentarios en ««Bone Tomahawk»: una experiencia cinematográfica cautivadora»

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