Los medios de comunicación y los grandes comentaristas del momento como Matías Prats bautizaron este duelo de altura protagonizado por Björn Borg y John McEnroe como el partido del siglo.
Tardes para el recuerdo
Los aficionados al tenis recordamos dos fechas con gran nitidez. Fueron dos tardes donde pudimos ver gran TENIS, sí, con mayúsculas. La primera es el 10 de junio del año 1984. Esa domingo pasamos toda la tarde pegados al televisor viendo en TVE1 lo que parecía un partido interminable. Dos grandes raquetas del mundo se batieron en un duelo para el recuerdo. Estas pertenecían al John «Big Mac» McEnroe y el checoslovaco Ivan «El terrible» Lendl. Los aficionados moríamos por ver derrotado al estadounidense. Tras un 6-3 y 6-2, todo parecía que el norteamericano iba a acabar con el checo limpiamente en su tercer set, pero sacó a pasear su insoportable temperamento, que exasperaba a todos los aficionados, y el checo supo sacar partido a esos momentos para darle la vuelta literalmente al partido manteniéndose frío como un tempano. De esta manera, el que parecía ser el eterno segundón destronó en la catedral parisina al enfant terrible de las canchas de tenis. McEnroe nunca más volvió a jugar este torneo.
Este fue el comienzo de su lento declive, pero toda historia tiene un comienzo, para ello nos tenemos que remontar al 5 de Julio de 1980, concretamente al torneo de Wimbledon. A su final llegaba el número uno mundial, Björn Borg, que tenía que verse las caras con un niñato insoportable, que se estaba haciendo muy famoso por sus salidas de tono y continuas quejas. Borg quería obtener su quinto título británico. El objetivo del jugador alemán nacionalizado estadounidense destronar al rey de hielo sueco, tras sus intentos en años previos. “Borg/McEnroe” bucea en los bastidores de este gran duelo, donde Borg llegaba desanimado, desgastado y devorado por la ansiedad. Mientras que el ambicioso veinteañero llegaba con toda su ira y rabia para acabar con él.
Borg: Caballero y rebelde
Recomendamos este largometraje a todos los aficionados al tenis porque Janus Metz destripa con suma sencillez y eficacia las bambalinas de este deporte, la dureza del mundo del ATP. Nos demuestra que el tenis se juega tanto dentro como fuera de la cancha. Nos describe muy bien como los jugadores deben encontrar sus estrategias psicológicas para dominar sus nervios y controlar la situación. enseña muy bien dos tipos de jugadores muy distintos, uno más voleador frente a otro con un carácter más defensivo, jugador de fondo y el de red. Así es como se enfrentaron el frío y calculador Thor contra el temperamental Capitán América.
Es todo un acierto que el guionista Ronnie Sandahl decida narrarnos todo este encuentro desde la perspectiva del jugador sueco, al que todos le conocíamos comúnmente como Iceborg. Sabe sacar partido del personaje John McEnroe, convirtiéndole en el villano solvente de la función. La cámara de Metz se mueve con soltura y agilidad por la cancha de tenis para ofertarnos perspectivas sorprendentes de las voleas. Además, sabe mantener y dosificar la tensión de la narración, máxime teniendo en cuenta que todos sabemos cómo acabó este partido para el recuerdo.
Frases destacadas:
- Björn Borg: “Nadie recordará que gané cuatro veces Wimbledon”
- Seleccionador nacional USA: “El tenis no es un deporte para todas las clases sociales”
- Lennart Bergelin: “Sólo tiene un buen servicio. Quédate atrás.”
- John McEnroe: “Las palomas me desconcentran”
- Lennart Bergelin: “No pienses. Quiero que todo ese miedo y pánico lo descargues en cada golpe”
- Mariana Simionescu: “No quieres estar cerca cuando caiga”
- Björn Borg: “Soy una persona normal, no soy una máquina”
- Björn Borg: “Solo un partido. Un punto cada vez.”