Mar. Mar 19th, 2024
Crítica de la película Brooklyn

“Brooklyn” es algo más que una película romántica, aparentemente muy familiar, pero en realidad es una historia vigente con la que es fácil empatizar.

Buscando una oportunidad

El novelista irlandés, Colm Tóibín, ha visto como su éxito de ventas publicado en el 2009 titulado “Brooklyn” ha sido llevado a la gran pantalla. La historia nos lleva hasta la década de los cincuenta, a una Europa que tenía las heridas abiertas de la Segunda Guerra Mundial, donde el hambre y la precariedad laboral asolaban a todo el mundo. Nuestra protagonista es una joven irlandesa llamada Eilis Lacey (Saoirse Ronan), que al igual que muchos irlandeses se vieron obligados a emigrar a los Estados Unidos por las circunstancias laborales, dejando atrás todo. El padre Flood, un cura católico, vela por los intereses de la comunidad irlandesa en Nueva York. Este le consigue un puesto de trabajo a Eilis en Bartoccis, unos grandes almacenes. Así comenzarán las aventuras de esta joven en busca de una oportunidad en la vida.

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El desarrollo emocional de Eillis

El guion escrito por Nick Hornby es muy interesante, porque posee dos capas muy diferenciadas. En un primer nivel sitúa el básico motor dramático, integrado por dos países, dos amores, con matrimonio incluido, y obviamente la joven irlandesa teniendo que elegir al final. La grandeza del trabajo de Hornby, y motivo por el que aspira este domingo a una estatuilla dorada, es crear un segundo nivel que es el verdaderamente emotivo, y donde reside el gran interés de “Brooklyn”. En él explora como la joven irlandesa elabora lo que podríamos llamar «el duelo del emigrante». Y ese es el gran gancho para muchos de los que hemos disfrutado el filme, os prometo que lo de menos es el plano romántico folletinesco, que resulta ciertamente inverosímil, innecesario e impostado. Este gran guionista diferencia claramente las cinco fases psicológicas por las que el personaje discurrirá: negación, enfado, negociación, depresión y aceptación. Describiendo muy bien y de una forma totalmente natural ese proceso de maduración del personaje central, sobre el que se sustenta todo el largometraje. Es así donde se luce con total soltura creando un personaje para ser recordado la joven Saoirse Ronan, y ese es el claro motivo por el que la Academia de Hollywood ha nominado su excelente trabajo.

Paralelamente, Hornby juega a describirnos esa cosmopolita Nueva York. Concretamente los avatares de los distintos personajes que integraban la comunidad irlandesa, que se erigía sobre los valores de la fe cristiana. Cómo se apoyaban entre ellos, en unos delicados momentos donde todos esos emigrantes que había trabajado duramente para construir esa gran ciudad que es Nueva York, empezaban algunos a ser carne del paro y el alcoholismo, grave problema en EEUU en aquel momento. Cómo era su vida cotidiana, cómo era su relación con otras comunidades de emigrantes, que habían llegado hasta la Gran Manzana en busca de un sueño: una oportunidad en la vida, un trabajo.

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La elegancia como valor añadido

Cuando se hicieron públicas las nominaciones, un servidor ya había visto el filme, y fue inevitable preguntarse cómo ha conseguido colarse entre las candidatas a la mejor película en la próxima edición de los Oscars™. Pues pensándolo fríamente la respuesta es muy simple, Estados Unidos es un país erigido con la sangre de emigrantes, y eso cala muy hondo entre los que estamos aquí. A ello debemos sumar la gran labor del realizador John Crowley que ha sabido integrar certeramente esos dos planos que posee el guion, sacando lo mejor de un formidable reparto integrado por grandes talentos irlandeses y británicos (Domhnall Gleeson, Jim Broadbent o Maeve McGrath), a la par que nos ha brindado una excelente fotografía y diseño de producción. Aunque lo mejor, sin duda, es la elegancia formal del director de “Circuito cerrado”, de no buscar la lágrima fácil en el espectador, otorgándole un perfecto timing a los momentos más folletinescos, cómicos o muy dramáticos. Aunque que he de reconocer que al comienzo de los títulos de crédito, más de uno en la sala comenzamos a llorar amargamente al escuchar la mejor frase de todo el guion en boca de Eilis, porque es demoledora, contundente, está llena de sabiduría, y es una verdad como un templo.

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Frases destacadas de “Brooklyn”

  • Eilis: “I wish that I could stop feeling that I want to be an Irish girl in Ireland.
  • Eilis: “The next time you tell me you love me, if there is a next time, I’ll, I’ll say I love you too.
  • Eilis: “Yes. Even if the first date is a disaster, I’ll give it another chance.
  • Frankie Fiorello: “So first of all I should say that we don’t like Irish people.
  • Dolores: “That’s the thing, Mrs Kehoe. You’d never know, because they’d never say it to your face.”
  • Tony: “Home is home.”
  • Eilis: “I’d forgotten what this town is like.
  • Eilis: “You’ll feel so homesick that you’ll want to die, and there’s nothing you can do about it apart from endure it. But you will, and it won’t kill you… and one day the sun will come out and you’ll realize that this is where your life is.

Trailer de la película «Brooklyn»

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

Un comentario en «“Brooklyn” y el duelo del emigrante»

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