«Un gran Liam Neeson y una insustancial aproximación al mito del detective privado son las principales señas de identidad del noir «Caminando entre las tumbas.»
Durante una conversación ubicada en el tramo inicial de “Caminando entre las tumbas”, uno de los interlocutores nombra, haciendo alarde de un sonrojante exceso de evidencia en lo referencial, a Sam Spade y Philip Marlowe; personajes que serán recordados per saecula saeculorum por haber trascendido a su naturaleza novelística y representar la quintaesencia del detective privado cinematográfico encarnados por Humphrey Bogart en “El halcón maltés” y “Sueño eterno”. No hace falta, sin embargo, remontarse a la época dorada del film noir para caer en cuenta de que uno de los principales reclamos de tan nutrido género es la sombría y considerablemente compleja psique de sus protagonistas.
Tanto las aproximaciones de Huston y Hawks sobre los personajes de Bogart, como el tratamiento que, por ejemplo, Polanski y Ridley Scott dieron a sus Jake Gittes y Rick Deckard en “Chinatown” y “Blade Runner” respectivamente, demuestran que, más allá de la necesaria intriga de sus investigaciones, lo que hace grande a toda pieza de cine negro que se precie, independientemente de la esencia de su acercamiento al género, es ir más allá de la simple descripción y ahondar en las filias, fobias de sus protagonistas. Es precisamente en este punto clave donde la nueva película de Scott Frank falla al no saber rascar más allá de la superficie de un personaje principal y una pareja de antagonistas que, de no haber quedado en el simple tópico desdibujado, hubiesen podido terminar siendo rememorados entre sus congéneres más destacados.
“Caminando entre las tumbas” cumple a rajatabla los cánones del noir detectivesco, aunque nutriéndose de la forma de los thrillers de acción contemporáneos para desarrollar su trama criminal y la historia de redención de su protagonista; un detective privado sin licencia llamado Matt Scudder cos fantasmas del pasado le sirven de gasolina a la hora de enfrentarse a un caso más intrincado de lo que parecía en un principio. De este modo, Scudder, y la interpretación de Liam Neeson del mismo, en el que es el mejor trabajo del actor irlandés en mucho tiempo, consiguen salvar a la película de la quema aún al estar construida sobre un cliché con tan buena base como escasa profundidad.
La superficialidad del filme se acentúa aún más si cabe al hablar de la pareja de antagonistas; un dúo de psicópatas que consiguen helar la sangre con su simple aparición en pantalla gracias a su genial caracterización, y a una labor actoral sobresaliente —tremendo David Harbour—, pero cuyas motivaciones —o mejor dicho, la ausencia de ellas— les alejan del que hubiese sido un merecido reconocimiento como notables villanos del thriller contemporáneo.
Esta falta de detalle, sumada a controvertidas decisiones de dirección, ensombrecen grandes momentos —genial la secuencia en la azotea— que salpimentan la apreciable trama policiaca, desarrollada con precisión y haciendo alarde de una gestión de la información que presenta la destreza suficiente como para mantener el interés sobre una cinta con obvios problemas de ritmo.
Es una verdadera lástima que un ejercicio tan bien interpretado y con una atmósfera envidiable, generada mediante un uso ejemplar del maravilloso plató natural que es la ciudad de Nueva York, haya quedado reducido a una manida revisión del mito del investigador privado con más intenciones que alma. De haber escudriñado un poco más en los retorcidos cerebros de sus personajes, y haber centrado sus esfuerzos en potenciar la sólida base sobre la que trabajaba, Scott Frank podría haber hecho de “Caminando entre las tumbas” uno de esos filmes que terminan siendo referentes tapados de sus cintas análogas, y de Matt Scudder un nombre a recordar en el Olimpo detectivesco.
Frases destacadas
- Scudder: «I was off duty one day in this bar in Washington Heights. The cops didn’t have to pay for their drinks. A couple of guys came in to rob the place.I chased them into the street, shot two dead… and the third one in the leg.»
- Jonas: «These guys are monsters. They’re not human.»
- Ray: «People are afraid of all the wrong things.»
- Kenny: «You’ve dealt with situations like this?»
Scudder: «Not like this.»