Entre múltiples referencias cinematográficas, la ópera prima de Matt Ross se alza como un canto optimista a la vida y a los valores familiares.
Añadiéndo corazón al estilo Wes Anderson
Ben (Viggo Mortensen) es el patriarca de una familia de lo más peculiar. Él y sus hijos viven en el bosque, cazan para sobrevivir, celebran el nacimiento de Noam Chomsky como si fuera Navidad y su rendimiento físico e intelectual está a un nivel muy superior al del americano medio. Sin embargo, son considerados bichos raros por el resto de su familia. Un trágico acontecimiento les hará abandonar el bosque una temporada para enfrentarse al mundo americano consumista y presentarse como los seres “racionales” y “saludables” que son.
“Captain Fantastic” empieza con un adolescente camuflado matando a un ciervo con sus propias manos y con un padre recibiéndole en la vida adulta. Sólo con esa escena, miles de referencias se han cruzado por nuestra mente: “The kings of Summer” ( Jordan Vogt-Roberts, 2013), el bueno de Wes Anderson e incluso “Crepúsculo” (Catherine Hardwicke, 2008). Sí, la opera prima de Matt Ross, vista en la sección “Un Certain Régard” del festival de Cannes se gesta en el seno de la tradición indie americana. Y para qué negarlo, su planteamiento, tono y humor bebe fuertemente de algunos títulos de Wes Anderson como “The Royal Tenenbaums” (2001) y “Moonrise Kingdom” (2012). Sin embargo, bajo esa capa de excentricidad cómica, ropajes coloridos y situaciones absurdas se esconde una profundidad dramática mucho más complicada de encontrar en la filmografía del protegido de Coppola. Esa fuerza interna de los personajes, sus conflictos con el mundo externo debido a su comportamiento y cómo una tragedia es asumida de forma optimista y vital (que no cómica) es lo que confiere el rasgo distintivo a “Captain Fantastic”.
Los locos personajes de Wes Anderson viven en un mundo de locos, los excéntricos de Ross viven en uno de verdad.
Entre la sonrisa y la lágrima
“Captain Fantastic”, con su rara pero entrañable familia, se convierte en la feel-good movie que el espectador sin miedo a emocionarse estaba esperando. El maravilloso equilibrio entre drama y comedia que Ross logra mantener durante toda la cinta nos recuerda al que también poseían dos de las mejores dramedias de los últimos tiempos: “Nuestro último verano en Escocia” (Andy Hamilton, Guy Jenkin, 2014) y “Pequeña Miss Sunshine” (Jonathan Dayton, Valeire Faris, 2006). Las tres muestran esa dicotomía tan fuerte que existe entre la rabiosa alegría de vivir y el dolor inabarcable de la pérdida.
En “Captain Fantastic” los protagonistas sufren un fuerte choque emocional, pero su deseo por hacer aquello que ellos consideran correcto es lo que verdaderamente les empuja, y su entusiasmo es lo que se contagia al espectador, que sale de la sala con una sensación de lo más agradable.
Matt Ross no nos da espacio para odiar a esa familia de bichos raros capitaneados por Viggo Mortensen. Sin embargo, sí que nos confiere un tiempo para reflexionar sobre las convenciones sociales. ¿Es ese hombre un loco por criar a sus hijos de esa forma, o un visionario? Ross decide trasladar ese conflicto a la inversa en la mente del padre. Este acérrimo defensor de su método verá como se tambalea al ver el rechazo de la sociedad hacia su familia. Sus hijos le siguen allá donde va… pero ¿es esta su mejor manera de enfrentarse al mundo? “Captain Fantastic” no pretende dar lecciones de moralidad ni hacer una radiografía de la sociedad estadounidense, sin embargo, no puede evitar que el espectador se pregunte “¿y sí…?”
Mortensen y MacKay, padre e hijo de altura
Una vez más, Viggo Mortensen se deja la piel en su actuación, dotando a su personaje de una veracidad digna de admirar. El que fue Aragorn sigue en plena forma y demuestra su buen hacer y amabilidad dando la réplica a jóvenes actores entre los que destaca George MacKay. Si bien es cierto que cualquier actor está mejor al lado de Viggo Mortensen, pues su nivel sube automáticamente, el joven Mackay lo borda como Bo, el primogénito que nunca ha rechistado pero al que se le llenan los ojos de estrellas al pensar que podría dejar a su familia, ir a la universidad y llevar, finalmente, una vida normal. Su amplio registro del drama lacrimógeno a la comedia absurda le convierte en digno “replicante” y a su vez, contrapunto ideal, de Mortensen. El chico que empezó con “Amanece en Edimburgo” (Dexter Fletcher, 2013) y “Pride” (Matthew Warchus, 2014) asciende meteóricamente en la industria cinematográfica, però, tras ver su papel en “Captain Fantástic” lo justificamos plenamente. ¡Queremos más papeles para Mackay!
Con su regusto indie y su toque fuertemente personal, “Captain Fantastic” se convierte en delicatesen a los ojos de los modernos y en plato de muy buen gusto para los amantes de las feel-good movies. Una cinta que invita a la sonrisa, a la lágrima, a la reflexión y sobre todo, a mirar la vida de forma optimista y a luchar por aquello en lo que crees y por todo aquello que te hacer ser quien eres.
Frases destacadas de «Captain Fantástic»:
- Vespyr: «¿Dónde está mama?»
- Ben: «Mamá necesita estar en el hospital ahora.»
- Kielyr: «Tú dijiste que los hospitales son sitios fantáaasssticos a los que ir si estás sano y quieres morir»
- Zaja: «Y que los americanos son unos analfabetos sobremedicados»
- Ben: «Sed buenos, monitos salvajes»
- Ben: «No nos dejan ir al funeral de mamá… así funcionan el mundo. Es injusto y e inmoral. Los poderosos controlan la vida de los indefensos… pero ¿tenemos que callarnos y aceptarlo? ¡Y una mierda! (Pone música a tope) ¡Para que sepan que vamos!»
- Niños: «¡¡BIEEEEN! ¡ Misión rescatar a mamá!
- Nai: «¿Qué es la cola?»
- Ben: «Agua envenenada»
- Dave: «Los niños necesitan estabilidad, tienen que ir a un colegio de verdad»
- Ben: (refiriéndose a su familia) «Lo que hemos creado aquí quizás sea único en la historia de la humanidad, hemos creado el paraíso».
- Ben: (a Bo) «Cuando hagas el amor con una mujer escúchala, cuidala y respétala, aunque no la ames».
- Bo: «No sé nada sobre la vida, amenos que esté escrito en un puto libro».
- Jack: «Me dijiste que iban al colegio».
- Ben: «Y así es. Leslie y yo éramos sus profesores».
- Jack: «Aunque los niños sobrevivan a lo que les estés haciendo, nunca estarán preparados para el mundo real».
- Ben: «Yo pienso exactamente lo contrario. Ellos sabrían sobrevivir en el bosque con sólo un cuchillo»
- Ben: «¡Feliz día de Noam Chomsky!»