Mar. Mar 19th, 2024
Fotograma de la pelicula de Agnes Varda Caras y Lugares

Agnès Varda y el artista callejero JR configuran un documental ficcionado sobre la humanidad que reside en la clase trabajadora y rural

La casi nonagenaria Agnès Varda, pieza clave dentro de la nouvelle vague, se adentra de nuevo en unos de sus géneros más prolíficos, el documental, para inspeccionar lo humano desde el arte. Porque esta su nueva película se aleja de los mecanismos innovadores de la cinematografía y busca erigirse sobre unos cimientos sencillos y pautados. Varda desnuda el artefacto formal con tal de abrir su obra al gran público de forma accesible. Y para eso se junta con JR (Jean René), fotógrafo callejero de 33 años cuya finalidad artística es la de reflejar a las personas que habitan un lugar ampliando su imagen y empapelándola en muros o diferentes superfícies. En este aspecto, la cineasta parece adoptar este estilo a la película. Es decir, JR amplifica lo reflejado con tal de propagar esta imagen a cuantas más personas mejor, y de ese modo se elabora la cinta que refleja esta aventura. Su objetivo último es el de calar  fondo en el espectador, apostando por las sencillez de sus formas y la profundidad de su contenido.

Fotograma de la pelicula de Agnes Varda Caras y Lugares

Viajando por la Francia rural

«Caras y lugares» se sostiene sobre conversaciones y voces en off donde dialogan de manera guionizada Varda y JR. Ambos inician una especie de road movie bien intencionada donde la belleza de sus planos y la simpatía de sus notas musicales buscan invitar al público a unirse a su aventura. Esta consiste en visitar distintas zonas rurales del norte de Francia y escuchar las historias de sus gentes. A partir de ello JR toma fotografías de estas personas, de los protagonistas, o también toma prestadas las que le dan de sus antepasados, y gracias a su camioneta, las amplia y las sobreimpresiona sobre las casas. Algo que sirve a modo de homenaje y que dignifica a estos héroes anónimos del día a día. Se trata de reflejar con honor a los mineros, agricultores, camareras, desamparados, obreros, etc. Todo ello en un objetivo último de acercar el arte a las clases populares trabajadoras, de convertir el mundo en algo más humano y digno y reivindicar el carácter bondadoso y emotivo del ser humano.

No obstante, esta visión del arte transformador de la sociedad desde un enfoque tal parece no acabar de satisfacer a Jean-Luc Godard, cuya presencia continua en el pensamiento de Varda protagoniza los útimos compases del filme. Jean-Luc parece manipular mediante la sorpresa el final del filme, desbarajustando la escritura narrativa  de éste y dañando con maldad a su antigua colega. La referencia al fallecido Jacques Demy, el que fuera su marido, trastoca emocionalmente a un mujer que en última instancia se muestra fuerte. Pues una de las más auténticas reacciones del documental se muestra en su carácter ante la jugarreta de JLG. Ella se muestra dolida ante la cámara, pero acaba dibujando un corazón y admitiendo su afecto por él. La negatividad de esta broma de mal gusto no consigue malograr la actitud que Varda ha defendido durante todo el metraje y la cual fusiona a la perfección con el tono optimista y agradable de la película.

Frases destacadas:

  • «Hacemos fotografías de gente para luego ampliarlas y pegarlas en muros»
  • «Te quiero Jean-Luc, pero eres una rata».

Tráiler de «Caras y lugares»:

Por Luis Suñer

Graduado en Humanidades, crítico de cine y muerto de hambre en general.

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