La elegancia de una relación lésbica encubierta por la presión de los Estados Unidos de los años 50
Elegancia y clase
Hace dos años que los asistentes al Festival de Cannes quedaron maravillados ante esa relación lésbica sobre el descubrimiento y la pérdida amorosa que fue “La vida de Adèle”, un hito tan grande dentro de la cinematografía de este lustro que provoca ciertas reticencias a la hora de enfrentarse a un nuevo filme sobre un amor homosexual femenino posterior al estreno de la cinta de Abdellatif Kechiche. Y sin embargo, este largometraje de Todd Haynes ubicado en los Estados Unidos de los años 50 a medio camino Nueva York y Chicago, nos ofrece una visión muy diferente. Lejos de la visceralidad de la cinta gala y rehuyendo del naturalismo, “Carol” se abre de manera sofisticada, dejando en evidencia el mimo del director a la hora de cuidar la puesta en escena, otorgando un brillo propio a la imagen, dejándola brillar por si sola. Sumergidos en el artificio, Haynes utiliza armas de poeta, confabula todas sus herramientas con tal de introducirnos en la certeza de un sentimiento, en arroparnos para después embriagarnos contagiándonos de sus personajes la inevitable llegada del amor. Y es que la pareja protagonista es digna de todo elogio, convirtiéndose totalmente tanto Cate Blanchet (Carol) en una especie de femme fatale cuyo interior esconde los más libres sentimientos y Rooney Mara (Therese) en una joven acomplejada por sus miedos a ser rechazada por su entorno y que sabe aprender de la irrevocable necesidad de liberación de su compañera. Mientras en “La vida de Adèle” Emma pintaba a Adèle, en esta ocasión, Therese se vale de una cámara fotográfica para volcarla sobre Carol, fusionando el objeto de deseo personal con el nacimiento de la sensibilidad artística. El surgir del amor como sujeto poderoso de estudio parece ser también lo que busca hallar el realizador, quien sabe fusionar a la perfección la carga visual de sus imágenes con el delicioso sonido que irradia la majestuosa banda sonora de la que hace gala, derrochando pura poesía y estremeciendo al espectador que no ha podido deshacerse de la elegante red en la que nos atrapan las bellísimas secuencias del filme.
Mujeres
A parte de hallarnos ante un filme que nos sumerge en el descubrimiento de la sexualidad, “Carol” refleja de manera inevitable los entresijos de la sociedad de un momento. En plena normalidad de las relaciones heterosexuales y el papel sumiso de la mujer, dos mujeres, movidas por los sentimientos que albergan en su interior, deciden luchar contra el orden establecido. Viéndose abordadas por los tejemanejes jurídicos y psicoterapéuticos, así como el chantaje emocional con una hija de por medio, el filme acaba por erigirse en el irremediable hallazgo de una decisión final, la forma satisfactoria de entender la vida. Por el camino se hallarán con unos hombres, algunos que los pretenden, otros que las toman por su propiedad, que en algunas ocasiones serán caricaturizados en el arquetipo gruñón y abnegado, algo comprensible viendo el comportamiento de sus protagonistas femeninas en el contexto en el que se encuentran, pero que rompe la tónica tranquila y sosegada de una finura y saber estar del filme que se traduce incluso hasta en sus escenas más pasionales.
Frases destacadas:
- Carol: “Eres una chica peculiar, como caída del espacio”.
- Carol: “¿Qué muñeca te gustaba a los cuatro años?”
- Carol: “Estrictamente mi marido, nos estamos divorciando”.
- Carol: “Lo mío con Abby acabó antes que lo mío contigo, Harge”.
- Therese: “Un amigo me dijo que me interesara por las personas”.
- Carol: “Lo inmoral es querer quitarme a Rindy”.
- Abby: “Luego cambió. Todo cambia”.
- Carol: “Un ángel caído del espacio”.
[…] nominación al Óscar. Vamos, que si no hubiera estado nominada a mejor actriz protagonista por “Carol” (Todd Haynes, 2015), habría tenido opción de llevarse la estatuilla por “La […]