Merece la pena ver esta nueva adaptación de Carrie, es muy interesante por la pátina de realidad que le dota tanto Aguirre-Sacasa como su realizadora, Kimberly Peirce.
En EEUU se ha estrenado ya la esperada nueva adaptación de Carrie. Posiblemente este sea uno de los títulos que haya marcado a toda una generación y puede que sea de los más famosos del autor de Maine. Sorprende mucho la fidelidad de Roberto Aguirre-Sacasa (Glee, 2009) hacia el guión de Lawrence D. Cohen (Carrie, 1976) y su capacidad para actualizarlo. Es muy importante, llegados a este punto dejar las cosas claras. Debemos partir de la premisa de que estamos ante un thriller psicológico y no ante una película de terror. Esto es así porque la gran baza de esta revisión reside en su vertiente dramática: la soledad y las agresiones psicológicas a las que se ve sometida el personaje central. Y no en los sustos potenciales a los que pueda ser sometido el espectador.
Esta es la terrorífica historia de Carrie White (Chloë Grace Moretz). Todo un personaje marcado por su vida en el instituto y por Margaret (Julianne Moore), su madre ultracatólica. El día que tiene su primera menstruación y se convierte en toda una jovencita, también descubrirá que posee poderes telequinéticos. La joven, además, debe soportar las continuas bromas pesadas de sus compañeros de clase. Pero como cualquier joven, ella sólo quiere una cosa en la vida: ser y sentirse normal.
Explorando otros territorios
Aguirre-Sacasa construye un guión firme para traer al presente esta dura y cruel historia donde las principales protagonistas son las mujeres. Para evitar cualquier tipo de distracción y revitalizar la narración huye de la estructura epistolar literaria y basada en noticias de periódicos o extractos de libros. A partir de aquí surgen diferencias sustanciales con respecto a la anterior versión. Se trata de un largometraje valiente para los tiempos tan rancios que corren, sobre todo aquí en EEUU. El film trata de una manera muy realista temas muy delicados, dejando algunas partes del subtexto más claras frente a la versión de 1976, nos referimos a la pátina lésbica de un personaje concreto, que en su momento DePalma no supo o no le interesó darle demasiada importancia, cuando en realidad era vital para entender algunas decisiones de dicho protagonista.
Kimberly Peirce (Boys Don’t Cry, 1999) juega muy bien sus bazas. Se podría llegar a decir que es más respetuosa con la versión de Brian de Palma que con el libro original. De ahí que esté acreditado Lawrence D. Cohen en los créditos. Los que piensen, a priori, que es un film para las nuevas generaciones estarán errando. Esta revisitación apuesta por llamar a las cosas por su nombre y así veremos como Carrie es claramente sometida al bullying, y las nuevas tecnologías jugarán un papel importante en todo el proceso. Esa patina de realismo que le da Pierce al metraje es toda una plusvalía y hace que este remake tenga sentido.
Mujer contra mujer
Las actuaciones de Moretz y Moore no tienen nada que envidiar al duelo interpretativo de Sissy Spacek y Piper Laurie. Moretz está perfecta dando vida a una chica que tan sólo quiere una madre y que lo único que quiere en la vida es ser una chica corriente, estudiar, tener un novio e ir al baile de graduación. Moore, una vez más esta magnífica como desquiciada madre ultracatólica que es incapaz de entender a su hija. Llega a ser aterradora cuando la ves con las tijeras en la mano, está magnífica. Me ha encantado como radicalizan la maldad del personaje de Chris Hargensen interpretado por la actriz Portia Doubleday (Youth in Revolt, 2009), y que en la versión de 1976 recayó en Nancy Allen. Al igual que hay pequeñas modificaciones en los personajes de Tommy Ross y Sue Snell que hacen que sus decisiones sean más comprensibles, coherentes y verosímiles frente a la versión de De Palma. De esta manera en el guión de Aguirre-Sacasa todos acaban haciendo, más o menos, lo mismo pero por distintos motivos. Estamos ante una nueva adaptación que gustará mucho a las nuevas generaciones, y que a los más veteranos puede que no le defraude, porque perfecta no es. Los motivos sobran: grandes interpretaciones, guión redondo, revitalizado, sin fisuras y que avanza con paso firme. Una narración correcta aunque carece de los alardes de Brian de Palma, y no olvidemos que obviamente se han mejorado los efectos especiales. Todo ello hace que la trama sea profundamente más realista frente a la versión de 1976. Aunque , obviamente, echamos mucho de menos la carga sexual implícita y explicita que funcionaba muy bien en el relato del italoamericano, y que en este caso hubiera sido la guinda del pastel.
Frases destacadas de Carrie 2013:
Chris Hargensen: “Plug it up”.
Carrie White: “Please, talk to me”
Carrie White: “I don’t want to be different”.
Margaret White: “Go to your closet and pray. Pray little girl. Pray for forgiveness”
Carrie White: “I know this scares you, but it scares me too.”
Carrie White: “I’m not a witch. Witches doesn’t exist.”