Mar. Mar 19th, 2024

El veterano realizador francés Benoît Jacquot nos presenta al Casanova más enamoradizo y sensible.

Tras el descalabro que supuso su último filme protagonizado por Isabelle Huppert, “Eva” (2018), el veterano director galo Benoît Jacquot vuelve al cine de época en un intento fallido de presentarnos al famoso libertino veneciano Giacomo Casanova desde otro punto de vista. Jacquot coge la leyenda del seductor, del que se han contado mas de 130 conquistas amorosas, e intenta humanizarla, convertirlo en un incomprendido romántico incapaz de doblegar a una prostituta de la que se obsesiona. Desgraciadamente, esta desmitificación no solo resuena impostada y poco creíble, sino que hace que perdamos todo interés por la figura que intenta retratar. Al despojarlo de todo aquello que caracteriza al italiano solo nos queda un caprichoso viejo verde que babea y se humilla por una mujer que hace con él lo que quiere. Una tensión sexual que se estira y se repite mucho más allá de lo que da de sí. Una relación que no avanza y que se impone como motivo de una caída a los infiernos ridícula. Un estudio de un personaje que no aporta nada nuevo ni original sobre su figura ni sobre el estereotipo que representa. Tampoco se puede considerar una historia de amor porque no aparece en ningún momento. Tan solo una obsesión caprichosa de la que no sacamos más que hastío y desinterés.

Por otro lado, el retrato costumbrista que Jacquot empieza a dibujar de manera más o menos acertada de una sociedad rica aburrida donde el libertinaje es la norma simplemente como mero entretenimiento se ve abruptamente censurada por el propio pudor del realizador como tan bien plasma Albert Serra en “Liberté” (2019). Con un par de pinceladas, por otro lado muy interesantes en su concepción y puesta en escena, el realizador galo se ventila la puesta en contexto de la historia para no volver a mostrar nunca más nada tan pudoroso. Resulta pues inconcebible el motivo por el que el realizador decide contar esta historia si no quiere, o se siente incapaz de mostrarlo tal como es. Lo que empezaba con un muy buen sabor de boca se torna edulcorado tanto por la historia central como el cuadro que lo envuelve. Un cambio de registro inverosímil y una desmitificación de un personaje interesante por el morbo que crea su simple idea que solo un intento de expiación que nadie a pedido puede explicar la existencia del mismo.

Ahora bien, si nos centramos en lo puramente cinematográfico, “Casanova, su último amor” está solventemente realizada. Jacquot dirige de modo discreto, sin artificios ni alardes y siempre al servicio de la historia que cuenta. Por un lado hace que fluya orgánicamente pero por otro lado su clasicismo visual hace que sea completamente olvidable. Vincent Lindon en la piel del pícaro italiano y Stacy Martin interpretando a la prostituta que Casanova ronda están bastante correctos y se rodean de un elenco de secundarios que enriquecen un guion pobre que recae en diálogos maniqueos y plagados de clichés pero que, gracias a esta buena interpretación junto al carisma de los actores, hace que pasemos por alto.

Benoît Jacquot no está en su mejor momento creativo, y “Casanova, su último amor” lo demuestra. Una cinta obvia, sencilla y rebajada sobre el lado humano de un personaje del que no nos interesa lo más mínimo nada que no tenga que ver con sus legendarios escarceos sexuales.

Frases destacadas:

  • Casanova: ¿Se debe a su condición de isla a que la gente defeque en los parques enseñando el culo?
  • Marianne: Creo que lo mejor sería dejar de vernos por una semana.”
  • Marianne: Ha sido un pretendiente maravilloso.
  • Madame: Su dinero me provoca repulsión.

Tráiler de “Casanova, su último amor”:

Por Pablo Lujan

Doctor en Biología Celular por la Universidad de Heidelberg. Compagino la ciencia con mi otra gran pasión: el Cine.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.