La adolescencia es un territorio problemático en el plano existencial y es donde bucean los guionistas del filme para encontrar un variado ramillete de situaciones divertidas.
Nada como lo prohibido
El ser humano suele anhelar lo prohibido, que se lo cuenten a Adán y Eva, los míticos personajes de ese cuento inolvidable que es “La biblia”. Paul Brickman, en 1983 revolucionó el cine para adolescentes con “Risky Business”, llevando el concepto de lo prohibido a otro nivel. En ese caso teníamos a Joel que se queda solo en casa. Sus padres antes de irse, pero antes le dejaban claro que tuviera cuidado con el huevo de Fabergé. Gene Stupnitsky juega la misma carta para construir su ópera prima como realizador. En “Chicos buenos” será un dron, en lugar del mítico huevo de Fabergé, el elemento que jugará un papel relevante en la trama, y protagonizará una de las secuencias míticas de esta comedia.
Ayudado por el guionista Lee Eisenberg construyen una historia donde Max, su personaje central, tiene más de un paralelismo con Joel. Ambos poseen un gran ingenio, proceden de familias burguesas, no les falta amigos, dinero y, ambos, viven bajo la revolución de las hormonas. Max también se quedará solo en casa. En su vida cotidiana juegan un papel importante Thor y y Lucas, sus compañeros de clase. Son amigos desde la infancia, pero la vida y sus diversos gustos están comenzando a separarles. Ellos son amigos porque sus progenitores son amigos. El distanciamiento se verá acelerado cuando los tres se vean inmersos en una odisea loca donde se verán perseguidos por la policía y unas adolescentes que quieren recuperar su alijo de droga. Todo ello pondrá en tela de juego la relación entre los tres jóvenes, y sentará las bases de esta irreverente y desternillante comedia NO APTA para niños. Dejamos claro este aspecto para que ningún padre se lleve a equívoco al ver el cartel del filme y piense que esta comedia se dirige al público infantil. Todo lo contrario.
La fuerza del destino
Producen el filme Seth Rogen y Evan Goldberg, puede que sus nombres no les digan nada, pero si hablamos de “Supersalidos” o “Superfumados”, puede que centremos un poco por dónde van los tiros. Rogen y Goldberg se caracterizan por financiar y crear humor fuera del marco de lo políticamente correcto. Donde el sexo y la vergüenza ajena se convierten en elementos esenciales, sin olvidar la gran tradición del slapstick estadounidense. Al igual que hicieran en “La fiesta de las salchichas” juegan a crear situaciones chocantes, de tal forma que tenemos en este filme a niños diciendo barbaridades con un lenguaje exquisito.
El resultado es una comedia muy corrosiva, llena de ingenio y multireferencial. Tan irreverente como loca, que acaba por sorprender en algún momento al espectador. Obviamente, en su estructura no falta el chiste recurrente, esta vez basado en una famosa franquicia de terror. Los personajes se enfrentan a dilemas existencialistas al igual que les pasaba a las salchichas. A medida que avancen en sus aventuras irán descubriendo la inexorable fuerza del destino. Al igual que “Super empollonas”, una de las mejores comedias del año, los personajes están muy bien definidos y descritos, son ricos matices, por lo que el espectador a la salida del cine podrá generarles un posible futuro. Es un curioso manjar que merece ser disfrutado. Advertimos, una vez más, que este filme no es apto para menores y todos los paladares. Ya lo deja claro el propio Seth Rogen en el tráiler que podéis ver a continuación.
Frases destacadas:
- Benji: “¡Ey! Stranger Things. Que os folle un pez”
- Lucas: “Ahora somos fugitivos”
- Thor: “Soy un puto alcohólico”