La novela de Jeff Green es plasmada en la gran pantalla en una adaptación que solo por su historia debería estar entre las mejores películas del año.
Margo, una chica misteriosa
El libro «Ciudades de papel» tiene finalmente su versión en la gran pantalla. Al igual que en la novela, Quentin (Nat Wolff) y Margo (Cara Delevingne) se conocen desde hace años desde que ella se mudó a la casa de enfrente de él. Enseguida se hicieron amigos, aunque con el paso de los años se han ido distanciando. De repente, ella se presenta en el cuarto de él vestida de ninja para reclutarle para una misión de venganza. Al día siguiente de concluir la misión Margo desaparece misteriosamente dejando una serie de pistas. Quentin deberá seguirlas si quiere encontrarla.
Quentin se enamoró de Margo desde la primera vez que la vio. Hicieron amistad muy rápido, pero un día Quentin no quiso unirse a ella a uno de sus peculiares planes y se distanciaron a partir de ahí debido a la forma de ser de ella. De repente, cuando ella le convence para poder cumplir su venganza, él la sigue por el amor que siente por ella. Por esto, cuando ella desaparece sin ninguna explicación, él va tras ella por las pistas que la joven le va dejando.
Pero, ¿por qué hace esto? Porque se siente mal consigo misma. Se siente como una ciudad de papel, es decir, algo falso, que existe pero que no existe. El viaje que emprende es por buscarse a sí misma. Salvando las distancias, “Ciudades de papel” recuerda a las dos partes de la saga “Fuga de cerebros”, aunque se acerca más a la primera.
Una película mágica
Desde los primeros instantes del largometraje, éste causa una impresión en el espectador de ser algo muy especial lo que está viendo. No es sólo el hecho de que se cuente una gran historia, sino también la forma en que está planteada y la magia que desprende por sí misma. Trata con gran realismo las inquietudes de los jóvenes de 17-18 años como el gran baile del instituto, la pérdida de la virginidad, o el hecho de aprovechar todo el tiempo posible con los amigos antes de la marcha a la universidad, que normalmente significa el final de una etapa y el comienzo de otra. Igualmente, también se trata el caso de las mujeres acomplejadas por su estado físico, porque temen que solo se les valore por eso y no por otras virtudes como la inteligencia. Estas últimas cuestiones no son nada nuevas en el cine, como ya se vio por ejemplo en la primera entrega de la saga “American Pie” (Paul y Chris Weitz, 1999).
Nat Wolff realiza un gran trabajo al sacar adelante un papel complejo y con matices. Igualmente, el resto de actores secundarios también cumplen con su cometido de apoyo a los personajes y ayudan a que la historia suba de nivel. Hemos dejado al final a Cara Delevingne porque su papel es más complejo y “especial”. Su interpretación es algo irregular porque alterna momentos de brillantez con otros en los que está más floja. Sin embargo, la polifacética artista británica tiene un gran potencial, y algo que refrenda esto es la química que tiene con Wolff a lo largo de la película.
Las sensaciones que se tienen con “Ciudades de papel” son muy buenas. El ritmo es muy bueno, y tiene momentos de un nivel muy alto. Es una tragicomedia donde las situaciones divertidas dan balones de oxigeno al espectador para afrontar las más dramáticas haciendo que sea más amena. Sin duda, a nivel de historia está a la altura de las mejores películas del año, y perdurará en la mente de los espectadores durante bastante tiempo.
Frases destacadas de “Ciudades de papel”:
- Quentin: “A Margo le gustaban los misterios y se convirtió en uno de ellos”
- Margo: “Es una ciudad de papel”
- Margo: “No he conocido a nadie que le importe realmente lo que de verdad importa”
- Margo: “Como te has sentido hoy deberías sentirte toda la vida”
- Radar: “Vamos a buscar a Margo”
- Margo: “Primero debes perderte para encontrarte a ti mismo”
- Quentin: “Nada de esto habría pasado sin ti”
- Quentin: “Lo importante es darte cuenta de lo que tienes antes de que sea demasiado tarde”