«Clash» busca enfrentar en un espacio claustrofóbico los distintos elementos concentrados en las protestas egipcias de 2013
En el contexto de la Primavera Árabe de 2011 y la principal influencia de la revolución tunecina, surgieron fuertes protestas en Egipto que conllevaron la dimisión del líder de Estado Hosni Mubarak. Retransmitida a todo el mundo y siendo conocida sobre todo por la dureza de la brutalidad policial, el conflicto en El Cairo se prolongó viviendo un nuevo auge de violencia en 2013. Mientras el poder lo afianzó el partido islamista Los Hermanos Musulmanes, miles de manifestantes salieron a las calles para apoyar al ejército en su represión hacia los simpatizantes del gobierno. La cinta que aborda Mohamed Diab, abarca un día en estas protestas concentrando el alcance de esta guerra casi total en un solo espacio en movimiento donde obligar a coexistir a los diferentes elementos que protagonizaron aquellos días de violencia.
Represión
En 2015 Jafar Panahi se llavaba el Oso de Oro por su excelente película «Taxi Teherán» (2015). En ella realizaba un recorrido por la capital iraní grabando íntegramente el filme desde dentro del vehículo, dibujando así una metáfora sobre la represión que sufre por parte del Estado a la hora de ejercer como director de cine. El mismo cineasta firmó «Offside (Fuera de juego)» en 2005, la cual en su tramo final se desarollaba dentro de un furgón policial donde recluían a las jóvenes cuyo delito era intentar acceder a un estadio de fútbol solo permitido a los hombres. La cinta del egipcio Diab parece ir en sintonía con ambos filmes. Grabada en su totalidad dentro de un furgón policial, nos aventuramos en un recorrido por El Cairo donde apreciaremos el mal oficio de la impunidad policial y su manera de combatir contra los disturbios concentrados en distintos puntos de la ciudad. La idea principal del realizador es la unir en un solo punto en movimiento a más de 20 personas que ofrecen un estudio de la sociedad del momento. En sus inicios vemos como encierran a dos periodistas imparciales para después introducir a simpatizantes del ejército a los caules la policía toma por islamistas. Instantes más tardes, son miembros de los Hermanos Musulmanes quien acaban siendo recluidos también, originando una feroz batalla interna entre unos y otros y teniendo que ser la amenaza de muerte policial la que calme los ánimos. También encontramos mendigos o policias insurrectos como piezas distintivas que dan diferentes matices a la realidad del momento .
Mohamed Diab busca obligar a estas personas a convivir y trabajar juntos en pos de la supervivencia. Y acierta en algunos aspectos, como por ejemplo a la hora de mostrar la jerarquía existente entre los Hermanos Musulmanes o la inevitable humanidad que une a las personas que temen por su vida y las de sus familiares, aunque se antoje algo forzado ciertos reproches entre los periodistas o la subtrama del DJ enamorado de la hermana de su amigo. No obstante, si por algo destaca el filme es por la fuerza y veracidad por la que se viven sus escenas más crudas. Los tumultos, las manifestaciones y la violencia se perciben con miedo desde dentro del furgón, algo logrado gracias a una dirección de actores que alcanza grandes cotes de realismo y un montaje frenético que evidencia la visceralidad de lo ocurrido. Y es que Diab sabe infundir esa sensación de desconcierto, temor y descontrol que se basa sobre los cimientos de una realidad todavía muy cercana. El resultado de todo ello es un testimonio fílmico que desde la ficción nos deja entrever de manera muy veraz el horror vivido aquellos días de 2013.
Frases destacadas:
- «Nosotros jugamos a la guerra con Los Hermanos Musulmanes. Los ejecutamos».
- «Nosotros lo hacemos con el ejército»
- «No quería pedirte la mano de tu hermana porque estoy en el paro»
- «Yo soy simpatizante de los Hermanos Musulmanes. Siempre os he votado»
- «En la última semana han habido 37 muertos en furgones como este»