De Drive, me quedo con la primera mitad de película. Es esa en la que vemos a un tipo impedido socialmente hacer progresos, muy poco a poco, superando sus problemas para relacionarse con la gente (das el perfil, Ryan Gosling) gracias, sobre todo, a una joven y dulce madre (das el perfil, Carey Mulligan) que se cruza en su camino. La violencia desmedida de la segunda parte me da mucho más igual; no me interesa tanto como ver cómo el rubiales lucha por tener un hueco en el corazón de alguien.
Curfew se da un claro aire a Drive, también en la banda sonora y en la estética, pero sobre todo al retratar a un personaje que hace lo que puede para aceptar y ser aceptado, aunque le cueste sangre y lágrimas. Las porras de los Óscar la daban como una de las favoritas y la voluntad de muchos, finalmente, se cumplió. Curfew superó al resto de propuestas; entre ellas, la steampunk Death of a Shadow que ya comentamos aquí y que también nos gustó mucho… aunque, tal vez, no tanto como esta.
Shawn Christensen dirige y protagoniza, formando dúo con la joven actriz Fátima Ptacek (nacida en el año 2000 y conocida por ser la voz de la versión original de Dora la Exploradora). La niña protagoniza una escena de esas que nunca están de más: la música diegética sube de volumen hasta el 11 y aquello se vuelve casi un musical, con los extras arrancándose a bailar al ritmo pegadizo del sintetizador; el tema, por cierto, también fue compuesto por el director y actor.
Si tenéis la oportunidad de ver Curfew no lo dejéis escapar. Veinte minutos de humanidad, de superhéroes que son solo un ser humano. Merecedor ganador del Óscar al mejor cortometraje de la pasada edición de los premios de la Academia de Hollywood.