Jason Hall, guionista de “El francotirador” o “El poder del dinero”, debuta en la dirección con este filme de crítica social apto para las frágiles conciencias estadounidenses.
El duro regreso a casa
Estados Unidos se siente muy orgulloso de su cuerpo de marines, de sus soldados, de sus máquinas de matar, pero tienen un serio problema, luego no saben qué hacer con ellas cuando regresan a casa. Varios cineastas han explorado este problema social en obras maestras como “El cazador” (Michael Cimino, 1978) o “El regreso” (Hal Ashby, 1978) y en filmes de acción como “Acorralado” (Ted Kotcheff, 1982). Todas ponen de relevancia que la sociedad estadounidense no sabe qué hacer con los veteranos de guerra que crea, máxime cuando se avergüenzan de los conflictos armados en los que sus políticos se adentran. Porque lo cierto es que los veteranos de las dos grandes contiendas o Corea han sido tratados de forma diferente a los que venían de guerras como Vietnam o Irak. David Louis Finkel, periodista del Washington Post y ganador de un Pulitzer, explora este tema en su obra “Thank you for your service” [Gracias por su servicio].
Adam Schumann sigue la estela de Michael, el mítico personaje encarnado por Robert De Niro en el clásico de Cimino. Este regresa a casa en compañía de sus compañeros Tausolo Aieti y Billy Waller. Los tres soldados tratan de reintegrarse con mayor o menor fortuna en su entorno social y familiar. Atrás debería quedar lo acontecido en la guerra de Irak, pero la sombra de los soldados Michael Emory y el sargento James Doster es más alargada de lo que parece. De esta manera, mientras tratan de adaptarse a la vida civil mientras deberán luchar por olvidar sus duros recuerdos de lo acontecido en el frente de guerra.
Hagan su trabajo
Este drama de los tres soldados posee una clara vocación de denuncia social, pero carece la fuerza y la valentía de los clásicos firmados por Cimino o Ashby. Jason Hall posee un serio problema, no entiende la diferencia entre cargar las tintas y ser reiterativo. Su narración es tan pobre en el plano cinematográfico, que llega a rozar la factura televisiva en algunos momentos. Su guion carece de frases o situaciones memorables. Y para colmo de males, desaprovecha completamente al joven actor Miles Teller, que nos conmovió en “Whiplash” o “Aquí y ahora”. Hall consigue elevar el largometraje de Ted Kotcheff a la altura de clásico. El principal problema de este novel realizador es que intenta jugar a ser Clint Eastwood pero carece de la clase y la profesionalidad del californiano. Esta ópera prima peca de ser muy autoconsciente y de hurgar en los sentimientos y valores patrióticos del espectador. Por ese motivo no creo que funcione con espectadores ajenos a las barras y estrellas.
La crítica social queda manifiesta en el filme con la selección de la canción «What Is Love» de Haddaway. La denuncia se aprecia en la letra de la canción que dice textualmente. “I don’t know why you’re not there. I give you my love, but you don’t care. So what is right and what is wrong. Gimme a sign” [No sé por qué no estás ahí. Te di todo mi amor, pero no te importa. Así que, qué está bien, qué está mal. Dame una señal.] Los marines lo dan todo a la población civil por amor a la patria, y no entienden el motivo o qué han hecho mal para que esta entrega no se vea recompensada. Esto es así porque la mayoría de las empresas no quieren contratar excombatientes, que en su mayoría son licenciados en Derecho, Ingenierías diversas, etc. Estos se tienen que conformar con migajas. Empresas como Starbucks, Dunkin Donuts o Wallmart en los últimos años coincidiendo con el día del veterano (11 de noviembre para más señas) han hecho una contratación temporal multitudinaria de veteranos de guerra. Aun así, es muy usual ver en la salida de los supermercados a veteranos haciendo colectas de dinero, más allá de la festividad conmemorativa.
El grave problema de Jason Hall es que tira la piedra y esconde la mano. Intenta criticar, pero no bucea en el problema. Eso ya pasaba en “El francotirador” que carecía de un discurso claro y sólido. “Deber cumplido” es un canto de gratitud a esos veteranos que regresan, carente de la gallardía que tienen esos marines, porque Jason Hall no se atreve a llamar a las cosas por su nombre y le puede el concepto de patria. La Meca del Cine le debe aún a la sociedad estadounidense un filme honesto, valiente y sincero que explore cómo una sociedad tolera meter en la trituradora de la maquinaria de guerra a toda una generación de jóvenes para destrozarlos y no resarcirles por ese esfuerzo realizado. Por ese motivo consideramos “Deber cumplido” una bala perdida, un cartucho de fogueo, una ocasión desaprovechada.
Frases destacadas:
- Adam Schumann: “Yo era un buen soldado. Tenía un propósito, y me encantaba.”
- Adam Schumann: “Estoy aquí con mis brazos y mis piernas. Es perfecto.”
- Saskia Schumann: “¿Recuerdas cómo éramos antes de todo esto?”
- Saskia Schumann: “No me subestimes. Aguanto mucho. Aguanto todo menos el silencio.”
- Adam Schumann: “Todavía noto el sabor de su sangre.”
- Coronel Plymouth: “Allí eras mi hombre más fuerte. No dejes que estos hombres te vean caer así”
- Tausolo Aieti: «No encajo aquí«
- Alea Aieti: “No puedo ayudarte Solo.”