Mar. Mar 19th, 2024
Crítica de "Doble o nada" lo nuevo de Stephen Frears

Stephen Frears regresa con «Doble o nada» para apostar con los ojos cerrados a caballo ganador para ello cuenta con una historia curiosa y unos actores buenos

Buscando algo excitante en Las Vegas

A riesgo de ser categórico, se puede decir que las grandes fortunas se hacen de dos maneras: robando o por un golpe de suerte. Pero nunca trabajando. El dinero fácil no existe, siempre tiene un precio. Además, es muy volátil, tal como viene se va. Eso lo sabe bien Beth, el personaje central del nuevo trabajo de Stephen Frears. Se trata de una pizpireta chica, que está harta de ganarse la vida haciendo striptease o bailando con hombres. Ella tiene totalmente engañado a su padre, que se piensa que trabaja con mascotas. Un buen día decide dejar todo atrás y decide mudarse a Las Vegas para convertirse en camarera. El tema está en las voluminosas propinas que dejan los clientes de los casinos. Pero con la iglesia hemos topado, es una profesión sumamente sindicalizada, y es una ardua tarea entrar en ese sector. Así que sus sueños de hacer dinero fácil se rompen. Un día, hablando con su vecina Holly, le sugiere que vaya a conocer a Dick, un tipo que maneja el mundo de las apuestas de la famosa ciudad de Nevada a través de su casa de apuestas, Dink Inc. Rápidamente descubrirá el verdadero talento de Beth: es guapa, joven y posee gran rapidez mental con los cálculos matemáticos. Eso hará que se gane su confianza y la contrate. Pero, su mujer Tulip no verá esta acción con buenos ojos. Beth, por su parte, acabará descubriendo que hacer dinero fácil tiene un precio.

Doble o nada

Trabajo, suerte y dinero

Tanto Beth como Dick son dos pedazos de personajes, son dos caramelitos que cualquiera en Hollywood lo querría. Acertada ha sido la elección de actores para darles vida. Rebeca Hall a la que todos recordaréis de “Town, Ciudad de ladrones” o “Trascendence”, interpreta con suma frescura a la reina de los números, dándole ese punto justo de inocencia, candidez e inteligencia. Es una mujer que sabe jugar muy bien sus bazas femeninas, hasta el punto que intentará robar el corazón de Dink, ¿puede que para hacer dinero fácil? Eso lo tendréis que ver. Me cuesta ver en el papel de jugador cerebral a otro actor que no sea Bruce Willis, a pesar de que ya tiene sus sesenta años, pero no ha perdido ni un ápice de su socarronería, y puede que haya ganado en dulzura, se está convirtiendo en un venerable señor mayor, y en su larga trayectoria nos ha demostrado muchas veces que sabe componer como nadie este tipo de personajes. Catherine Zeta-Jones está genial haciendo de Tulip, se nota que hay un buen director detrás que saca lo mejor de esta actriz que nos tiene acostumbrados a trabajos bastantes mediocres.

Dick para poder sobrevivir a los timadores en la Meca del juego se ve obligado a dotar a su empresa de una serie de reglas: “Primero que todo, la responsabilidad de llegar a tiempo. La segunda, mantén tu cabeza en los números. Debes aprenderte los números. La tercera, no robes”. Obviamente la codicia hace que la gran parte de la gente acabe por trasgredir alguna de ellas. ¿Será Beth una de las personas que lo haga? Pues eso lo tendréis que ver. Lo que está claro es que este “Doble o nada” se podría decir que es la versión dulce y digestiva de “The Grifters” (1990), esa joya del séptimo arte y de la filmografía de Frears producida por el director italoamericano, Martin Scorsese. Dice el dicho que “la suerte es para el que se la trabaja”, y es en esta reflexión donde surge el vínculo psicológico, y en cierta medida personal,  entre Beth y Erin Brockovich(Steven Soderbergh, 2000). Ambas son mujeres que están en el momento justo conociendo a la persona indicada, que cambiará por completo su futuro. De esta manera la fórmula del éxito se compone en gran parte de don de gentes, una parte de empeño y un toque final de suerte.

Rebecca Hall	es Beth en Doble o nada

Apuestas de altura

Este “Doble o nada” se basa en las memorias de Beth Raymer, y a Frears le sirve para bucear en la idea de la asunción de la responsabilidad de las acciones, pero desde una vis mucho más amable, menos dramática y con un punto más cómico frente a “The Grifters”. Obviamente, aceptar tu responsabilidad es lo que más trabajo le cuesta al ser humano, asumir que cada uno somos responsables de las cosas que hacemos o decimos. Es el individuo quien tiene que asumir dicha carga, y que por lo general solemos verter en los que tenemos en frente o al que no se puede defender. Lo mejor es que el realizador británico huye de cualquier mensaje moralizante, ofreciéndonos un filme resuelto, de narrativa fácil, ameno, divertido y con buenas actuaciones. Frears y DeVincentis nos ofrecen un filme correcto. Lo malo que sus personajes apuestan mucho más que ellos dos juntos, luego no arriesgan nada. Este largometraje es toda una apuesta a caballo ganador, posee muchas bazas para captar espectadores y el resultado es grato y entretenido.

Joshua Jackson es	 Jeremy

Frases destacadas “Doble o nada”

  • Dink Heimowitz: “Sí, pero lo único que tengo que hacer es lograr un 55%, y entonces soy muy, muy feliz”.
  • Dink Heimowitz: “Cuando alguien te da dinero es señal de confianza”.
  • Dink Heimowitz: “Alguien apuesta mucho dinero para que el casino cambie las probabilidades. Gano mi dinero descifrando dónde se equivocan”.
  • Dink Heimowitz: “La bolsa es un fraude, y prefiero apostar a las apuestas profesionales”.
  • Tulip: “Lo único que tenía que hacer era cuidar de ti. Y tú cuidar de mí. Por eso te elegí. Ese fue nuestro trato”.
  • Tulip: “No te acuestes con mi esposo”.
  • Tulip: “Todos hemos huido de alguna mierda de algún lugar”.
  • Jeremy: “No me llames desde Curaçao, ¡la Meca de las apuestas del Caribe!”.
  • Dink Heimowitz: “¿Sabes cuándo dejas de necesitar que te cuiden? Cuando decides cuidar a alguien más”.
  • Beth: “Cuando pones tu dinero, no puedes elegir cuáles apuestas cuentan y cuáles no. Porque todas tus apuestas son tuyas. Todas. Ganes o pierdas”.
  • Beth: “Ah no, soy buena en matemáticas. Y soy mejor lidiando con degenerados”.
  • Beth: “No puedes apostar sentimentalmente. Tú me enseñaste eso”.

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

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