Mar. Mar 19th, 2024
El nuevo trabajo de Pedro Almodovar

La cinta más personal de Pedro Almodóvar

En un momento dado de «Dolor y goria», Salvador, alterego de Pedro Almodóvar al que da vida Antonio Banderas, le dice a un antiguo actor suyo que tiene más mérito en su trabajo el hecho de contener el llanto al de desatarse en sus lágrimas. Una declaración de intenciones que nos habla de viraje hacia la última etapa del cine del director manchego. Y es que con «Julieta» (2016), asistimos al abandono de su tan personalísimo estilo de melodrama para dar paso al mero drama en si mismo. Y con «Dolor y gloria», ya no utiliza esta herramienta como fin, sino que logra integrarlo dentro de un historia muy autobiográfica que aborda desde el drama, pero también desde la comedia seca, las incesantes preocupaciones del cineasta. Todo ello desde la contención, elaborando una historia bifurcando sus emociones por distintos derroteros que nos llevan a una conclusión tan humana como personal.

El nuevo trabajo de Pedro Almodovar

Su peculiar Ocho y medio

Cuando afirmamos que estamos ante la cinta más personal de su director, lo hacemos porque la película aborda la vida de un director de cine, un hombre que ha superado los sesenta años, al cual Almodóvar no duda en perfilar una personalidad creadora donde arrastra con orgullo el pasado manchego y rural tan común en su filmografía. Antonio Banderas, adapta incluso el mismo look que el cineasta, y además, logra potenciar su emotividad con infinidad de gestos y miradas que cohesionan la confección del personaje con un actor totalmente acomodado a su rol. En este contexto, el filme buscará introducir en esta etapa perdida del protagonista distintas regresiones al pasado, que en su parte están ligadas con el presente pero también con el futuro. La utilización del flashback, acaba siendo una herramienta metacinematográfica, donde se narra el peso de la tradición en la concepción de la obra artística. La inspiración personal como elemento primordial a la hora de enfrentarse contra el mundo. Así pues, «Dolor y gloria» se retrotrae a los inicios cinematográficos de su autor, a la movida madrileña de los años ochenta, el peso de la droga, la relaciones amorosas fallidas o los problemas con sus actores. También a un pasado más remoto, el surgimiento de una pasión por el saber que se abre en un pasado en un lugar remoto, en el pozo, en la cueva. Una situación compleja, donde el poder de la Iglesia se muestra como el enemigo, y el papel de la maternidad, juega un papel esencial en el crecimiento emocional del niño. Y es que es en la infancia donde se hallan las primeras impresiones de un joven Salvador que descubre la desigualdad, las influencias y el deseo. Un deseo que ha sido una constante en toda su obra posterior, y que en esta cinta Almodóvar decide íntimamente contarnos sus inicios.

El triunfo del color

Pero el filme no funciona tan solo por su incesante y comedido acercamiento a todas estas pasiones humanas. Todas ellas abordadas lejos del melodrama desatado, como comentamos anteriormente, y vistos desde una manera lúcida y sosegada. También destaca por la peculiar composición formal que el director imprime en todas y cada una de sus películas. En esta ocasión, cabe destacar el tratamiento del color, abiertamente pop, que se aprecia dentro del domicilio de Salvador. Un compendio de la cinematografía almodovariana, echando la vista al pasado, pero otorgando un visionado fresco y dinámico, totalmente adaptado a nuestro días. El inteligente uso de los acordes musicales de Alberto Iglesias, compositor habitual del cineasta, acomodan por su parte las tensiones dramáticas, manteniendo el tono relajado y tranquilo de la función, vistiendo con elegancia las escenas más cruciales del metraje. El envoltorio con el que Almodóvar viste de gala esta especie de todo sobre mi (madre) demuestra la valía de un narrador capaz de entregarnos lo mejor de si y que desde luego logrará una gran cosecha de premios a nivel tanto nacional como en el extranjero.

Frases destacadas:

  • «El actor interpretaba a un cocainómano divertido y durante el rodaje estaba enganchado a la droga contraria, al caballo»
  • «Soy el Marcelo de la obra»

Tráiler de «Dolor y gloria»:

Por Luis Suñer

Graduado en Humanidades, crítico de cine y muerto de hambre en general.

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