Marvel demuestra que no tiene techo en la última, entretenidísima y apabullante visualmente aventura de su Universo, en esta ocasión con un nuevo personaje.
Stephen Strange apareció por primera vez en los cómics de Marvel en 1963, un neurocirujano melómano, egocéntrico y arrogante que, tras un accidente, sufre una dolencia nerviosa en las manos que le impide ejercer. Con la intención de curarse viajará al Tíbet, donde aprenderá artes místicas de la mano del maestro El Anciano, y, sin ser su voluntad, se convertirá en Hechicero Supremo: frente a los Vengadores, un grupo de origen más gubernamental (aunque finalmente casi siempre acaben enfrentados a los más altos cargos políticos), Strange será defensor del mundo ante las fuerzas sobrenaturales.
Es lógico que la adaptación cinematográfica actual de un personaje tan fundamental constituyera una de las entregias más esperadas del Universo cinematográfico Marvel, impulsada también por su protagonista, Benedict Cumberbatch, uno de los actores más importantes del panorama actual, que pasa con envidiable soltura y talento de los escenarios londinenses o del medio televisivo en la prestigiosa “Sherlock”, a participar en algunas de las sagas fantásticas y de ciencia ficción más importantes del nuevo siglo, como en las tres partes de “El Hobbit” aportando su peculiar voz, o en “Star Trek. En la oscuridad” (2013), dando vida al malvado Kahn. Tras la cámaras sin embargo puede sorprender la elección de Scott Derrickson, director que, aunque se ha hecho un nombre en el género del thriller de terror (“El exorcismo de Emily Rose” -2005-, “Sinister” -2012-, “Líbranos del mal” -2014-), posee una trayectoria más bien dudosa; sin embargo, Derrickson demuestra un gran pulso para conducir la monumental empresa a buen puerto.
La magia del cine
La principal diferencia entre el Doctor Extraño y los anteriores superhéroes de la editorial llevados al cine en el nuevo siglo es que el primero no posee superpoderes de manera natural, o adquiridos por alguna alteración genética o gracias a la ingeniería. Su historia nos habla de auténticos magos que realizan hechizos y conjuros y que aprenden con el estudio y la práctica. Y Derrickson sabe llevar este componente a la pantalla, con un despliegue de imaginería visual nunca visto antes; es cierto que, como se dijo en el momento en el que se vieron los primeros trailers, el montaje de entramados urbanos en movimiento recuerda al de “Origen” (2010) de Chistopher Nolan, si bien aquella, indudablemente bien realizada, dejaba mucho que desear en el terreno de la fantasía en su búsqueda del realismo. “Doctor Extraño” es un divertimento sin tregua que nunca olvida su carácter comercial, y que se lanza a un mundo psicodélico de universos paralelos que haría las delicias de Kubrick en la última parte de “2001. Una odisea del espacio” (1968). Incluso el uso del 3D, casi siempre innecesario, aquí está puesto al servicio de la narración y de los trucos que llevan a cabo los personajes.
En el terreno argumental el filme no nos cuenta nada nuevo: la historia de un (anti)héroe que solo piensa en sí mismo hasta que el destino le obliga a defender algo superior a él. Marvel nunca se ha caracterizado por la búsqueda de la trascendencia, y “Doctor Extraño” no es una excepción, fomentando esa naturaleza de producto muy ameno y con un humor inspirado (las apariciones de la Capa de Levitación son de lo más acertado), lejos de lo que parecía su primer tráiler. La mayor decepción del filme por tanto puede venir de mano de la música de Michael Giacchino, con un tema principal pegadizo, pero que alude demasiado a otras de sus composiciones, especialmente a las de “Star Trek”. Un trabajo sin duda grandioso pero lejos de la originalidad que una película de este calibre merecía.
Un intérprete a la altura
Como decíamos al principio, Benedict Cumberbatch es el actor ideal para dar vida a Strange (y a casi cualquier personaje), mostrándole a todas sus facetas, desde la soberbia hasta la vulnerabilidad o la dignidad paseando por su residencia oficial de Sanctum Sanctorum. Cumberbatch le aporta al protagonista la ambigüedad propia de todos sus compañeros de Universo, que se atreven a romper las leyes naturales por un bien mayor. En Marvel, los buenos ya nos son perfectos, y los malos tienen matices. En este sentido, la Anciana, maestra del doctor a la que se cambia de sexo e interpreta Tilda Swinton, debe abrazar la fuerza oscura para potenciar sus poderes. Menos destaca un Mads Mikkelsen relegado a ser de nuevo el malvado sin demasiada personalidad de las producciones de acción estadounidenses, especialmente frente a Chiwetel Ejiofor como Mordo, que se perfila mucho mejor como futuro villano potente.
Con una producción tan abundante (mínimo dos estrenos al año) podríamos pensar que Marvel ya no va ser capaz de sorprendernos, y sin embargo, “Doctor Extraño” vuelve a evidenciar la capacidad del estudio de reinventarse en cada trabajo sin perder su esencia. Además, esta nueva cinta, quitando alguna referencia y una de las escenas postcréditos, funciona perfectamente como trabajo independiente de la saga, por lo que quien no esté al día de la misma puede sumergirse en ella sin ningún problema. Una película para disfrutar en pantalla grande que sin duda ha alcanzado una cima, al menos a nivel estético, dentro del cine de entretenimiento.
Frases destacadas:
- Christine: Hay otras cosas que pueden dar sentido a tu vida.
- Dr. Strange: Volviste de un lugar del que no se puede regresar.
- Mordo: Olvida todo lo que crees saber.
- La Anciana: ¿Qué es real?
- Mordo: Lucha como si te fuese la vida en ello, porque algún día podría ser.
- Kaecilius: El verdadero enemigo es el tiempo. El tiempo lo mata todo.