Christopher Nolan otorga su visión del cine bélico en esta gran apuesta cinematográfica.
El director inglés nos trae, tres años después de «Interstellar» (2014), un filme que reúne las características que le han convertido en uno de los realizadores más reconocidos de los últimos años pero que al mismo tiempo dista en ciertos aspectos de lo que nos tiene acostumbrados. «Dunkerque» es una película intensa, grandiosa y poco convencional si la comparamos con otras producciones de similares características, especialmente las que suelen colmar los estrenos veraniegos.
En 1940, ante el avance de las tropas nazis en Francia, más de 300.000 soldados fueron evacuados a Gran Bretaña desde las costas francesas en todo tipo de embarcaciones inglesas que fueron a rescatar a sus compatriotas.
Todos a una
«Dunkerque» apuesta por una trama coral para recrearnos la evacuación de las costas francesas desde diferentes puntos de vista. Soldados de infantería, pilotos, capitanes y civiles voluntarios son los protagonistas de la cinta, gente con intenciones muy humildes que se ven sobrepasadas por los acontecimientos que ocurren a su alrededor. Es por ello que las diferentes tramas que se desarrollan en apenas una hora y cuarenta y cinco minutos de metraje pueden parecer puramente anecdóticas, ya que nada más comenzar la película Christopher Nolan está decidido a meternos de lleno en el ojo del huracán. El primer acto es casi inexistente, al igual que la presentación de sus personajes, ya que éstos se van definiendo poco a poco según sus acciones y las decisiones que van tomando a lo largo de la historia. Quien puede destacar por encima del resto es el Sr. Dawson, interpretando magistralmente por Mark Rylance, quizás el personaje con más dimensión de todos y cuyo carácter se nos va definiendo con algunas pinceladas y breves diálogos según nos vamos acercado al final y que le otorgan un trasfondo trágico. Sorprende Fionn Whitehead en el papel de Tommy, quien se encarga de iniciar la película y cuyos pasos seguiremos durante gran parte de ésta; su rostro poco familiar al ser su primer papel para la gran pantalla, permite que la inmersión del espectador sea bastante directa y que compartamos la tensión e inquietud de su personaje en los momentos clave.
La perfección visual de esta película alcanza cotas de calidad poco habituales gracias a la perfecta armonía entre la dirección de fotografía -con un inspiradísimo Hoyte Van Hoytema-, el diseño de producción y los efectos especiales. El despliegue de medios y la sensación de escala se encuentran a la altura de las mejores producciones, con el añadido de que no encontraremos prácticamente ningún elemento o plano generado por ordenador, algo muy característico del cine dirigido por Christopher Nolan. El conjunto formal de la película es impecable, lo que la convierte en una cinta que debe ser presenciada en pantalla grande para ser disfrutada en todo su esplendor. La banda sonora de Hans Zimmer prácticamente se ve relegada a un segundo plano ya que, a diferencia de lo que pudimos escuchar en filmes anteriores como «El caballero oscuro» (2008), aquí se limita a reforzar momentos de tensión y a ayudar a que el ritmo no decaiga, por lo que no deslumbra con una partitura demasiado destacable.
Puro lenguaje visual
Nolan, quien no sólo dirige sino también escribe «Dunkerke«, apuesta por reducir a la mínima expresión la exposición oral y dejar que la planificación y la puesta en escena hablen por sí solas. Una táctica muy similar a la que pudimos ver en «Mad Max: Furia en la Carretera» (George Miller, 2015) y con la cual comparte más de una característica, aunque en esencia son cintas prácticamente opuestas. Nolan tiene bastante claro en muchos momentos lo que quiere transmitir al espectador y a pesar de que casi no conozcamos a los personajes, llegamos a empatizar y a preocuparnos por ellos. Es una pena que en un par de escenas puntuales el director peque a la hora de querer subrayar ciertos conceptos y temas que trata en la película, por lo que en ocasiones notaremos cómo a través de algunos diálogos innecesarios los personajes prácticamente nos estarán hablando directamente a nosotros, cosa que puede acabar con la tensión conseguida previamente. Está claro que es uno de sus tics más graves y más difíciles de superar del Nolan guionista, pero no hay duda de que si sigue por este camino su evolución será recibida con los brazos abiertos por muchos de nosotros.
«Dunkerque» es una de las películas imprescindibles de este verano, puede que incluso de este año; toda una experiencia sensorial que merece ser vista y que con toda seguridad complacerá a los admiradores de Christopher Nolan, al igual que a todos los apasionados del cine bélico y de los grandes espectáculos visuales.
Frases destacadas de «Dunkerque»:
- Tommy: «Seguiremos hasta el final. No nos rendiremos.»
- Coronel Winnant: «Tienen que enviar más barcos, cada hora que pasa nos acorralan más.»
- Soldado a la deriva: «Sois marineros aficionados, no la maldita Armada.»
- Comandante Bolton: «Hay 400.000 hombres en esta playa.»
- Mr. Dawson: «No tenemos escapatoria, hijo. Tenemos una misión que cumplir.»