Mar. Mar 19th, 2024

Reflexión dialogada, que aboga por la incomodidad, para hablarnos del regreso a casa

El regreso momentáneo a España rondando la treintena es una temática cada vez más tratada en nuestra cine. Seguramente se deba a la fuga de cerebros que se dio en nuestro país a raíz de la crisis económica iniciada en 2008. «El arte de volver» parece querer hablarnos de nuevo de esto. La vuelta a casa de una actriz (Macarena García) que acaba de llegar de Nueva York tras pasar mucho tiempo sin tener noticias de su familia y amigos. Encontrarse perdida en la vida neoyorkina le lleva a enfrentarse la realidad de sus relaciones en España. Y es en la manera de enfocarlo que la cinta de Pedro Collantes se antoja distinta. Lejos de películas más complacientes y emocionales recientes, como la magnífica «Una vez más» (Guillermo Rojas), este filme se sustenta sobre el diálogo para llegar a sus propias conclusiones. «El arte de volver» se divide en seis tiempos para desentrañar las dudas de su protagonista en conversaciones de dos personajes. Lo hace sin maniqueísmos, dando lugar tan solo al espacio y la palabra. Declaraciones que van construyendo a medida que avanza la trama y que revela pensamientos que ni la propia protagonista se atreve a reconocer. Todo ello jugando y dilatando los tiempos hasta lograr una incomodidad que atenta en ocasiones directamente contra el espectador, quien ríe nerviosamente ante el incesante avance de la violencia verbal.

La cinta apela desde la palabra a la dureza de la pérdida, los estragos de la vejez, y como se vive estando a distancia. También sobre el crecimiento fraternal y la imposibilidad de entenderse con las viejas amistades abandonadas. Nos acaba mostrando a una mujer perdida en la vida, que busca una salida sin saber muy bien por donde empezar. Que no acaba de aceptar su fracaso en Norteamerica y que ya no goza del sustento emocional de su propia casa. Una chica que es incapaz de admitir sus errores sociales  y familiares y cuya única vávula de escape es la de hacer daño, como mecanismo de autodefensa, a lo que cree que son agresiones por parte de los demás. Un proceso vital a veces incomprensible, más sensitivo que racional. Y sin embargo, es aprendiendo sobre sus propias dudas que comprende la humanidad ajena, visto con otros ojos, adaptando un rol distinto. Aprovechando su faceta como desconocida y sus habilidades como actriz, es el último acto donde la emotividad de la otredad le golpea directamente. Un espejo donde temblar ante sus propias impresiones y que estallan de manera catártica en la última escena cuando aun no ha acabado de asimilar el dolor que supone regresar a su antigua vida.

Frases destacadas:

  • «Eres rara»

Tráiler de «El arte de volver»:

Por Luis Suñer

Graduado en Humanidades, crítico de cine y muerto de hambre en general.

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