Mar. Mar 19th, 2024

El conservadurismo y un reparto acomodado conforman una comedia romántica sin nada que aportar al género.

El tema de la vejez se ha llevado a la gran pantalla innumerables veces, algunas con más éxito que otras, tratándolo ya sea de forma cómica («Ahora o Nunca«), dramática («Amor«) o ambas («Arrugas«). Las mejores de ellas suelen enfocar la idea desde una perspectiva naturalista y bastante universal: el protagonista debe afrontar una situación a la que no está acostumbrado, ya sea porque no puede trabajar, ha perdido a un ser querido o su familia lo ve como una figura frágil que ya no puede valerse por sí misma. Las mejores de esas películas demuestran que la edad de una persona no es lo importante, que lo que realmente importa es lo que esa persona puede aportar al mundo y sobretodo, que la vejez no tiene por qué ser el final del camino.

«El Becario« apuesta por una de esas ideas universales, donde su protagonista, Ben (Robert de Niro), tras quedarse viudo y haber hecho lo posible por llenar el hueco que dejó su difunta esposa en su vida, decide ocupar un puesto como Becario Sénior en una empresa de venta de ropa online, capitaneada por la emprendedora Jules (Anne Hathaway).

Robert De Niro en El becario

Desaprovechando oportunidades

Nancy Meyers escribe y dirige esta comedia partiendo de un concepto interesante y con muchas posibilidades que desgraciadamente no aprovecha su potencial y se refugia en una serie de clichés mil veces vistos en el género y cuyo uso resultan ya agotadores. En primer lugar, nos encontramos con un primer acto realmente perezoso, en el que se nos presenta a Ben Whittaker, quien mediante exposición puramente verbal nos pone al tanto de su situación salpicándola ocasionalmente con tópicos sobre ancianos que no se adaptan a las nuevas tecnologías. A lo largo del film, Ben será blanco de ciertas burlas y comentarios desafortunados sobre los clásicos achaques de la edad como son la sordera o la senilidad.

Lo más curioso es que, paulatinamente, su personaje deja de ser el protagonista, ya que ese puesto lo acaba ocupando Jules, la dueña de la empresa y la cual se ve obligada a tener a Ben como ayudante. Y es con su personaje donde entra el concepto de «aparentemente transgresor». Jules es una mujer hecha a sí misma, no sólo dueña de una empresa, sino que además es esposa y madre. La película hace mucho hincapié en que ella es «una mujer del siglo XXI» y se nos hace ver muy claramente esa idea. Demasiado claramente.

Anne Hathaway es  Jules Ostin en El Becario

Esta película ya la hemos visto

En ningún momento la película nos permite ver que sus protagonistas se definen por sus acciones o inacciones, sino que gran parte de lo que sabemos es porque nos lo han dicho. Resulta curioso como un género que debería tener tan superado el tema del feminismo se quede tan atrás en ese aspecto. «El Becario» es una película que desaprovecha grandes oportunidades para destacar en un género que lleva sin estrenar nada especialmente destacable desde «Love Actually», y han pasado 11 años desde entonces. La película carece de la garra necesaria como para perdurar en el recuerdo del espectador, tantea el terreno docenas de veces, pero nunca se atreve a ir más allá. Esto afecta negativamente al ritmo de la película, el cual decae bastante en cuanto sobrepasa su segunda mitad y, aunque parezca que en ciertas ocasiones va a dar un pequeño giro para sorprendernos, ese momento nunca llega.

Resulta especialmente triste ver en lo que se ha convertido Robert de Niro en estos últimos quince años. Un actor con una carrera tan mítica que ha dejado de arriesgarse justo en el momento donde más podría permitirse tomarlos. Aquí nos brinda una actuación sin nada que destacar, ya que salvo un par de momentos dramáticos, su papel no tiene prácticamente nada que aportar. En el caso de Anne Hathaway no resulta tan grave, ya que es una actriz que desde el principio de su carrera se ha curtido a base de protagonizar películas de este tipo con mayor o peor éxito. Y aunque en «El Becario» esté más que correcta, la mala construcción de su personaje no le permite brillar como podría hacerlo.

«El Becario» es una película que solamente podrá satisfacer a los más acérrimos al género y quienes estén más dispuestos a perdonar ciertos errores y toda falta de riesgo. Es un producto para ir a lo seguro, pero quien no arriesga no gana, o eso tengo entendido.

Frases destacadas de «El Becario»

  • Justin: «¿Dónde te ves dentro de diez años?»
  • Ben: «¿A los ochenta años?»
  • Justin: «Vale, mejor omitamos esa pregunta.»
  • Ben: «Hay que ir elegante. La camisa siempre por dentro. ¿Por qué ya nadie la lleva por dentro?»
  • Ben: «Nunca en mi vida he tenido algo así. Algo tan grande y fascitante como lo que has creado tú. Recuerda quién lo ha logrado.»
  • Becky: «Yo tengo 24 años. Sí, sé que parecezco mayor, pero es por culpa de este trabajo. Lo cual no en tu caso no te va a ir muy bien… Lo siento.»

 Trailer «El Becario»

Por Imanol De Frutos

Graduado en ESCAC y montador de profesión. Siempre hambriento de ficción.

3 comentarios en ««El Becario»: nada nuevo bajo el Sol»
  1. De una situación muy común hoy en día la directora ha sido capaz de no solo entretener si no de dejarnos una moraleja muy simple si!!! La edad con la experiencia , claro es un plus para muchos profesionales y no tan profesionales.
    Las películas básicamente están para entretener al público la inmensa mayoría y obras maestras , elevadas a tal categoría por ustedes los críticos son eso una mínima parte .
    Ya quisiéramos que las películas nacionales que gastan y gastan presupuestos iguales o inferiores a estas » películas » que no arriesgan , según usted entretuviesen una décima parte que esta.
    Como comprenderá hay opiniones para todos los gustos pero ustedes que tanto saben ya podían haber filmado varisa obras maestras con esos conocimientos de los que hacen alarde en sus críticas.
    La película «El becario » es buena , si porque tiene un buen guión y entretiene y además refleja una situación muy común hoy en día sobre todo por eso. Tiene actores buenísimos que no se reservan a la película magnifica sino que trabajan en todas las que consideran , por eso son buenos profesionales por su amplio abanico .

    1. Hola Belén, primero de todo gracias por leer mi texto, es la primera crítica que escribo para esta web y está escrita con mucha ilusión. Es una pena que mi opinión sobre la película no acompañe.
      Por otra parte, me alegro que hayas disfrutado de la película, porque como ya mencioné al principio de la crítica no soy el público al que va destinado este film, pero iba con la esperanza de llevarme una pequeña sorpresa y por desgracia no he tenido esa suerte.
      También le puedo asegurar que el cine nacional juega en presupuestos MUY inferiores a los que maneja el cine americano y no por ello nuestro cine es peor. Es más, una de las películas que menciono al inicio del texto, «Arrugas», no sólo trata el tema de la vejez, la pérdida y la senilidad con maestría, sino que además es española. Comparar el cine nacional con el americano como si lo que se produce aquí no tuviese ni punto de comparación es MUY del 2005, le recomiendo ponerse al día en ese aspecto.
      Actualmente ni Robert de Niro ni Anne Hathaway tienen que demostrarnos que son buenos actores, tienen docenas de films que lo prueban, especialmente de Niro, pero en su caso hace casi una década de aquello.
      Y por último, la cantinela de que los críticos de cine son cineastas frustrados está un poco gastada, algunos escribimos sobre cine porque nos encanta y queremos ver algo más allá del: entretiene o no entretiene. El cine no necesariamente tiene la obligación de entretener, su objetivo real es que sea visto por un público y que éste sienta las emociones que el director quiere transmitir. Yo lo único que sentí con «El Becario» fue indiferencia.

  2. La vejez es necesariamente el final del camino salvo que la muerte lo evite, pero lo que sí puede intentar uno es que se trate de un buen final. El veterano becario de la película decide intentarlo aprendiendo mejor que enseñando, pero termina por ser él quien enseña porque tiene mucho que enseñar. Tal vez se le pueda sacar más partido cinematográfico a eso, pero el mensaje queda bien transmitido. Hasta ahí lo bueno de El Becario, incluyendo la actuación del viejo de Niro.
    Por su parte, la joven emprendedora de éxito fulgurante realiza sus dos sueños. Uno, crear una empresa exitosa y hacerla crecer en valor a base de quince horas de trabajo al día, viajes a parte. Vender ropa por internet (ni diseñarla ni fabricarla, solo venderla) no parece un objetivo tan trascendental como para dedicarle media vida, pero si lo que importa es la empresa en sí misma y no lo que la empresa hace todo queda justificado. ¿Cuál es pues el objetivo?: el éxito y el dinero, no puede percibirse otro. El segundo, tener una familia y ser madre. En realidad, para lograr ambos objetivos a la vez la chica devora una parte de los sueños del hombre a quien dice amar, que asume un papel que parece hoy en día meritorio si lo ejerce un hombre pero denigrante si lo ejerce una mujer. Por un esperanzador instante parece que la película va a entrar a debatir eso, pero su desenlace la alinea sin más, y bastante de sopetón, con ese pensamiento unidireccional y políticamente correcto cuando el marido infiel se reconoce culpable. «Me perdí», confiesa desolado mientras suplica otra oportunidad. El veterano becario se muestra de acuerdo con esa interpretación, y se supone que la mayoría del público también lo hará. Veo en todo eso demasiada corrección política como para no opinar que es en esta otra historia donde está lo peor de El Becario, y no me parece que la actuación de Anne Hathaway le ponga mucho remedio.

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