La idea de dos amigos desesperados por cambiar sus vidas a priori parece jugosa, pero David Dobkin no consigue llevar a buen puerto este proyecto.
Cambiar de cuerpo y vivir una vida que no es la tuya, es uno de los temas más antiguos y recurrentes en la industria hollywoodiense, véase “ViceVersa” protagonizada por Judge Reinhold que permutaba su vida con la de la incipiente estrella catódica Fred Savage, en “De tal astilla, tal palo” cambiaban las suyas el televisivo Kirk Cameron y el cómico Dudley Moore y en versión femenina tenemos “Ponte en mi lugar” donde la veterana Jamie Lee Curtis permutaba con Lindsay Lohan. Estos son algunos ejemplo, porque hay más. Por lo general, los guiones se plantean como un ejercicio de empatía y hasta que padre e hijo no se ponen uno en los zapatos del orto no vuelven a la situación de partida. Ahora, los guionistas de “Resacón en las Vegas”, Jon Lucas y Scott Moore, tratan de llevar el género del cambio de cuerpo a un nivel nunca alcanzado antes.
Para ello, no nos cuentan la historia de padre e hijo, sino que en este caso son dos amigos inseparables desde la infancia, Dave y Mitch, interpretados respectivamente por Jason Bateman y Ryan Reynolds. Con el paso de los años, se han alejado. Dave es un abogado enganchado al trabajo, se ha casado y tiene tres hijos, pero Mitch sigue soltero, es un hombre niño que trabaja esporádicamente y que nunca se ha atado a nada ni a nadie. Mitch cree que Dave lo tiene todo, y Dave cree que vivir como Mitch, sin estrés ni presión, sin obligaciones, es un auténtico sueño hecho realidad. Después de compartir una sonada borrachera, la fortuna les sonríe e intercambiarán sus vidas. A partir de ese momento nada volverá a ser igual.
El primer problema es que a la película le sobra un poco de metraje, se hace un poco indigesta. A pesar de que la evolución de ambos personajes está bien descrita Dobkin no le otorga un timing adecuado a las situaciones cómicas, tanto verbales como físicas, algunas realmente escatológicas como la protagonizada por Bateman y los gemelos, y que podemos calificar de no apta para estómagos blandos, que les podrá parecer ciertamente vomitiva. Esto acaba teniendo un humor cercano al del programa “El hormiguero”, es decir, de caca, culo, pedo, pis, nunca mejor dicho. Además, la historia promete ser transgresora y acaba siendo muy conservadora, con lo que las expectativas del público se ven defraudadas, sobre todo porque en el tercio final del filme lo pueblan de momentos de marcado cariz emotivo, y la historia se transforma en toda una lección de amor y amistad, ciertamente edulcorada.
En cuanto al reparto queda claro que son dos grandes cómicos tanto Jason Bateman como Ryan Reynolds. Tiene momentos muy logrados, aunque sean aislados. Desaprovechada queda la figura del gran actor Alan Arkin, en este caso sólo sirve de pared donde pivota el personaje de Mitch dándole un cariz más dramático en lugar de cómico. Al igual que le pasa a los personajes femeninos. Olivia Wilde, acepta una vez más el papel plano de chica guapa, careciendo de cualquier escena dramática o cómica. Y Leslie Mann, que da muy bien la réplica a Bateman, su rol posee más relevancia en las situaciones dramáticas que en las cómicas.
En resumidas cuentas esta es la típica bienintencionada comedia que sin dudarlo llevaría a mi abuela a ver, sé que disfrutaría un horror, porque tiene todo lo que le pide al cine, en teste caso chicos guapos en situaciones límite y no es muy transgresora, encima los personajes masculinos tienen que lidiar con bebés, y eso para ella es siempre una plusvalía. La única que le encontré yo fue escuchar este tema de Coldplay del álbum “MiloXiloto”.
Coldplay- Every teardrop is a Waterfall
Frases destacas «El cambiazo»:
- Mitch y Dave: “Ojala yo tuviera tu vida”
- Mitch: “Resuelve tus problemas con violencia”
- Jaime: “Cómo se puede estar casado con alguien que no puede ser feliz”
- Mitch: “No soy un puto rajado”
- Sabrina: “Al final del día estoy harta de preguntarme por las cosas”
- Mitch y Dave: “Quiero recuperar mi vida”
Calificación: 4