Cinta finlandesa que narra desde una dirección fresca y desenfada la preparación del combate más importante en la carrera de Olli Mäki
Con el premio a mejor película dentro de la sección «Un certain regard» del pasado Festival de Cannes, nos llega desde Finlandia esta sencilla cinta dirigida por Juho Kuosmanen. Se trata de un acercamiento a un hecho real, la historia de Olli Mäki, un boxeador que en 1962, tras disputar tan solo diez combates como profesional, tuvo la oportunidad de enfrentarse en su país natal contra el vigente campeón norteamericano y disputarle el título. El filme alberga las semanas previas al combate hasta su resolución final, tomando cierta forma de biopic que obvia todo lo acontecido hasta el momento así como su trayectoria final. No obstante, no estamos para nada ante un biopic al uso, pues si el filme destaca por algo es por su ausencia de academicismo y la libertad de sus formas.
¿Olli Mäki personaje público, deportista o persona?
La película que hoy abordamos puede rememorarnos en algunos aspectos dentro de su evolución narrativa a «Rocky» (John G. Avildsen, 1976) o en su estética en blanco y negro a «Toro Salvaje» (Martin Scorsese, 1980). No obstante, la dirección del cineasta finlandés desenvuelve su propia obra lejos de terrenos ya explorados en otras cintas de temática similar al impregnar un halo de originalidad y alma propia sobre su historia. Kuosmanen se introduce en el interior del alma del personaje que nos presenta convirtiendo su mirada de cineasta en la representación fílmica de los sentimientos interiores que su protagonista encarna. Un ejercicio complicado a la hora de abarcar tantas emociones desde la sencillez, siguiendo a Olli sin respiro durante sus 92 minutos de metraje y desentrañando junto a él un seguido de pensamientos y pasiones internas que el espectador acaba por descubrir a su lado. Se respira en los rápidos movimientos de cámara y su fluidez desde la cercanía de su protagonista unas ansias de libertad incontroladas que provocan la incertidumbre de un hombre cuyo momento vital se le escapa de las manos. Así pues, gracias a la fantástica labor de su realizador, la película, lejos de centrarse en el mero deporte del boxeo, investiga las inquietudes personales de un ser humano. Aborda su presión, el entramado interesado en su triunfo profesional entendiéndole a él como mera mercancia y nos revela su hastío hacia esta situación. La película acaba por hablarnos del circo televisivo y publicitario, el poder de un dinero que él nunca ve. La simple realidad acaba siendo distorsionada por unos anhelos que se alejan de sus raíces, que le violentan como ser individual y cuyo funcionamiento no acaba de comprender. Sin embargo, las verdades del corazón acaban siendo el motor de búsqueda de un futuro mejor, una complejidad interior que le ayuda a desplazarse movido por sus instintos más sinceros y que celebra la vida obedeciendo sus propios deseos lejos de manipulaciones foráneas.
Frases destacadas de «El día más feliz en la vida de Olli Maki»:
- Olli Máki: «Creo que estoy enamorado. Me he dado cuenta durante la rueda de prensa».
- Elis: «Es el peor momento para estar enamorado»
- Olli Mäki: «Me concentro más cuando no está todo el día encima mío».
- Raija: «Si ganas el campeonato del mundo, sí».