Amena, irónica, desvergonzada así es El dictador, filme con la que una vez más Sacha Baron Cohen nos sorprende con otra bofetada a la cultura de lo políticamente correcto. Lo curioso del asunto es que sus dos últimos trabajos “Borat” y “Bruno” arremetía contra sociedad norteamericana, y por extensión el mundo occidental, realizando falsos documentales. Lo sorprendente de “El dictador” es que la realiza desde el campo de la ficción, al crear un personaje perfectamente anclado en la realidad y reconocible por la problemática que le rodea, por eso es tan divertido. Se llama General Almirante Haffaz Aladeen. Dirige con mano férrea el estado norteafricano de Wadiya. Desde que accedió al poder absoluto, el consejero de más confianza de Aladeen es su tío Tamir, quien ejerce de Jefe de la Policía Secreta, Jefe de Seguridad y Proveedor de Mujeres.
Occidente ha comenzado a meter las narices en los asuntos de Wadiya, y las Naciones Unidas han sancionado repetidas veces al país en la última década por intentar crear armas de destrucción masiva y enriquecer uranio. Así que decide acudir a la ONU para negociar, pero lo mejor es que EEUU se encontrará de cara con sus múltiples enemigos que todos tienen un objetivo en común acabar con la tiranía en Wadiya, acabando con el líder.
Alec Berg, Cohen, David Mandel y Jeff Schaffer hacen una de las críticas más lúcidas y irreverentes al tocar diversos aspectos, como por ejemplo el lenguaje. George Orwell en su célebre novela “1984” nos relataba que para oprimir a un pueblo hay que transformar el idioma. Aladeen no puede obviar este aspecto, y con ello generan momentos francamente delirantes en el primer tramo de esta comedia. Llevándolo al extremo al coger el tema “Everybody hurts” de la mítica banda de Georgia, REM, y lo traducen al Wadiyani. Es antológico este momento.
“Everybody hurts”-REM
Pero tampoco dudan en introducir chistes basados en el mundo del séptimo arte, así podréis encontrar un claro y evidente homenaje “El guardaespaldas” de Mick Jackson. Otros basados en simples cameos como el de Megan Fox, pero hay que reconocer que es brutal el del actor Edward Norton. Obviamente no huyen de criticar el mundo de la diplomacia, con esos personajillos Mr Lao o el ejecutivo de Gazprom, con lo que os podéis hacer una idea de que aquí hay para todos, y nadie sale indemne. Y finalmente tiene sus momentos un poco más subiditos de tono, como cuando airea una vez más su miembro viril.
La gracia y el salero se la da Larry Charles, al darle el perfecto tempo a la comedia y al dosificar la labor de los actores. Así, Sir Ben Kingsley crea un personaje que a pesar de estar en la segunda línea de juego no deja de llevar el peso de los avatares de Aladeen, al igual que Anna Faris que da vida a Zoey, sobre el que rebota Cohen sin ningún problema, y obviamente para el recuerdo de todos los cinéfilos quedará ese parto en la tienda. Encima Paramount, sabiamente, ha confiado en el proyecto y le han dado un buen presupuesto que les ha permitido transformar la Plaza de España de Sevilla en el Palacio de Aladeen, sacándole más rendimiento que George Lucas en su “Amenaza fantasma”. Por todos estos motivos, “El dictador” se convierte en una gran propuesta para acudir al cine, las risas están más que garantizadas.
Frases destacadas:
Aladeen: Estamos a dos meses de enriquecer uránio.
Aladeen: Democracia. Nunca.
Allyson: ¿Dónde están las bases rebeldes?
Aladeen: Grande Aladeen. Por fin, oprimido.
Allyson: Mi padre estuvo en la primera yihad civil americana.
Nadal: Tu eres un actor terrible
Allyson: Él no es el líder legítimo.
Mr Lao: Todo el mundo tiene un precio.
Tío Tamir: Le recuerdo que su único trabajo es que le disparen a la cabeza.
Aladeen: ¡Oh! América. Levantada por los negros y comprada por los chinos.
Calificación: 8
«Del inconveniente de haber nacido», un Pinocho made by Wollner
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No deja de ser desconcertante ver que el trailer está plagado de escenas que no están en la peli, probablemente descartadas en el montaje final. Y que salga la Plaza de España de Sevilla a pelo, es decir, que se vea rodeada de la propia ciudad de Sevilla, mientras que en la peli está en medio de un desierto.
Oiga, todos los temas vocales están versionados en árabe; no sólo la de REM, también 9 to 5 de Dolly Parton. Ese tío es la monda.
Lástima que la trama en el que se asientan los gags (algunos geniales, otros en cambio…) sea de lo más convencional. Es decir (SPOILERS), un poquito de El Príncipe y el Mendigo, otro poquito del Principe de Zamunda, y los habituales enredes de comedias románticas de adolescentes:
-Chico conoce chica y la larga una milonga
-Chica se traga la bola y se enamora
-Chico se enamora y se arrepiente de su mentira
-Chico confiesa y chica se rebota
-Chico se deprime y muestra su lado sensible
-Reconciliación, besote y aplausos de terceros que no pintan nada.
Mi estimado Javier, que se vea la ciudad de Sevilla obedece a que cuando se hizo el trailer los efectos de postproducción no estaban integrados. Si vemos la película ha quedado genial. Le han sabido sacar rendimiento a la localización. Tiene razón, y de paso le recuerdo que no es árabe es wadiyi, el idioma que se crea este tirano, todo un gran acierto crítico. Y no es falso lo que dice, pero está muy bien hecho y el timing de comedia es acertado y dinámico. Es un fiilme muy recomendable ¿o no?
Yo creo que Baron Cohen es un buen comediante, pero en la larga distancia flojea. Tiene momentos buenos y con mala leche, como el discursito que les larga al final, y los cameos de Megan Fox y Edward Norton, que es cosa de tener amigos con ganas de cachondearse de sí mismos. Algo parecido pasa en la serie 30 Rock, con muchas estrellas parodiándose de forma salvaje.
Aunque hace gracia, el mismo tono de disparate resiente el tono final de crítica, o el hecho de que no se llegue a saber si es mejor el aislacionista Aladeen o su tío que quiere «modernizar» el país. Para que el personaje pueda redimirse, es completamene idiota e incluso se le exime de los delitos de sangre que podrían haber convertido el final en puro cinismo. Dedicar la película a Kim Yong Il tiene su gracia, pero no se atreven a construir un personaje malvado de verdad. Pasa algo parecido con Iron Sky: para que algunos nazis terminen siendo aceptables y nos caigan bien, resulta que son básicamente tontos del culo.
Los chistes escatológicos a mí me sobran, la verdad.
No me gustó, muchos chistes malos y en realidad poco humor ácido, salvo en algunos momentos. Decepcionante, en mi humilde opinión.