Michael Grandage debuta en el cine con un complejo híbrido entre drama y biopic en el que cuenta con la ayuda de un conocidísimo reparto.
Dos mentes brillantes
John Logan, guionista de grandes películas como “Gladiator” (Ridley Scott, 2000) o “El aviador” (Martin Scorsese, 2004), es el responsable de adaptar la novela de A. Scott Berg titulada “El editor de libros”, centrada en la relación entre el editor Max Perkins (Colin Firth) y el escritor Thomas Wolfe (Jude Law). Perkins era considerado como el editor más exitoso de su tiempo, tratando con grandes de la época como Ernest Hemingway (Dominic West) o Scott Fitzgerald (Guy Pearce). Después de que Wolfe publicara la obra “El ángel que nos mira”, tanto él como Perkins están en la cresta de la ola. Sin embargo, durante el proceso de publicación de “Del tiempo y el río”, las desavenencias entre ambos se hicieron patentes debido a los recortes hechos por Perkins en la obra.
Guiños a Fitzgerald
En el largometraje son constantes las referencias a obras como “El gran Gatsby”, versionada tantas veces en cine, así como a Scott Fitzgerald. La última versión se la debemos al megalómano realizador Baz Luhrmann que contó con un gran elenco integrado por Leonardo DiCaprio, Joel Edgerton o Carey Mulligan. Ambas historias tienen en común la presencia de tres personas y que dos de ellos están casados. A diferencia del filme de Grandage, que se centra en el dúo masculino, Luhrmann distribuía más el protagonismo entre su trío estelar.
Aunque “El editor de libros” es su primera película como director, Michael Grandage ya tiene experiencia dirigiendo en teatro o televisión, y no ha sido un obstáculo para contar con grandes estrellas como Colin Firth, Jude Law o Nicole Kidman. El director pone el foco de atención en la pareja masculina, relegando a la actriz australiana a un rol más secundario.
Personalidades opuestas
El filme juega casi desde el principio con las personalidades de Perkins y Wolfe. Las formas de ser de ambos se sitúan en las antípodas, siendo el primero más calmado y reflexivo y el segundo más impulsivo e inquieto. Colin Firth regresa al género del biopic, seis años después de ganar el Óscar por “El discurso del rey” (Tom Hooper, 2010), realizando una gran interpretación como bien nos tiene acostumbrados, pero en este caso dista un poco del excelente trabajo que le garantizó todos los premios habidos y por haber. No olvidemos que Firth es un gran profesional, por eso es capaz de establecer una buena compenetración con Jude Law, quien hace una interpretación a la altura del intérprete británico. Éste se entrega por completo a su personaje. Nos muestra a un Thomas Wolfe en todo su esplendor, obsesionado por la perfección en el trabajo y tremendamente expresivo en todo lo que hace. En algunos momentos nos hace recordar al Gatsby de DiCaprio.
A pesar que John Logan ha escrito una historia compleja y muy elaborada, el espectador podrá apreciar los distintos aspectos de la misma. El gran problema es que su narración carece de la fluidez necesaria para que podamos destacarla. Es necesario advertir que el filme posee momentos densos, donde la trama puede resultar ciertamente indigesta. De todos modos, consideramos “El editor de libros” una buena elección por el excelente trabajo del dúo protagonista, o si el espectador es un apasionado de la literatura estadounidense y el mundo editorial, en tal caso este largometraje le resultará toda una curiosidad.
Frases destacadas de “El editor de libros”:
- Tom: “Las raíces son profundas, Sr. Perkins, indescriptibles”
- Max: “Sr. Wolfe. Vamos a publicarlo”
- Tom: “Hasta que te conocí en la vida había tenido un amigo”
- Louise: “Para ver crecer a tus hijas, tan solo necesitas de esta vida”
- Aline: “No te imaginas lo que he tenido que pasar en esta vida para poder mirarte y no sentir nada”
- Max: “Los editores debemos permanecer anónimos”
- Max: “¿Los editores hacemos los libros mejores, o sólo diferentes?”