Radiografía de la defunción de la política al baile siniestro de la casta que la representa. Análisis donde, desaparecidos los héroes, la lucha contra todo lo que se supone podrido, aún desde dentro, parece perdida.
El agotador y delirante trabajo de un ministro
Pierre Schoeller se pone los guantes de látex y decide hacerle la autopsia a los que nos dirigen. Y lo hace de una manera impúdica y clínica. Destripa mediante una sucesión de emocionantes golpes de ventura el agotador y delirante trabajo de un ministro de transportes que ha perdido el sentido de su propia responsabilidad. Arrastrado por los continuos golpes del escenario mediático, el ministro -un pusilánime, insubstancial, e insípido dirigente en la piel de un Olivier Gourmet impecable- tratará de ser una herramienta al servicio de los ciudadanos mientras el gobierno planea la privatización de las estaciones ferroviarias. Pero el protagonista tampoco es héroe que la sociedad demanda, atado, manipulado, presionado, insultado, humillado, su pequeño círculo de confianza –impresionante la síntesis de la generación del 68 personificada en el asesor del ministro- confía tan poco en él como en sí mismos.
Producción sobresaliente, quirúrgica
“El ejercicio del poder” es puro dinamismo en un ejercicio de complejidad narrativa. Ardua y sutil tarea porque, carente de un objetivo estructural preciso, el buen trabajo de dirección te envuelve. Siendo excesivamente crítico, ante la riada de secuencias que la moldean, algunas pueden exceder el metraje. Pero la película está arropada por una labor de producción sobresaliente. Es capaz de vestir cada detalle –poco habitual en una película de estas características a nivel europeo- y así, creer firmemente en la propuesta cinematográfica. Los escenarios donde se desenvuelven los personajes así como los ambientes, extremadamente complejos de resolver –accidente de autobús, manifestaciones, etc.-, están finamente tratados y lo que es más interesante: sin recrearse.
La cinta fue un clamor en Cannes, lo certifica el premio FIPRESCI –Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica- y mide el pulso a una casta política sin ideología, en una propuesta en la que incluso te sumas a la camarilla que mastica a uno de los suyos, carente del empuje que necesita una situación social que desborda la democracia europea, paranoicamente mediatizada.
Frases de El ejercicio del poder
El Ministro: “la política es una herida permanente”
Nota del ejercicio del poder: 9,2