Mar. Mar 19th, 2024

Esta es la emocionante historia de un hombre corriente y de una amistad que cambió el rumbo de los acontecimientos históricos y evitaron una crisis mundial.

El buen amateur

Muchos son los directores que se han adentrado en el marco de la Guerra Fría y, más concretamente, han puesto su foco en la crisis de los misiles de Cuba. Uno de ellos fue el mago del suspense, Sir Alfred Hitchcock, que en 1969 y con ayuda del escritor Leon Uris adaptaron la novela de Samuel A. Taylor titulada “Topaz”. Thriller brillante por antonomasia donde los colores tenían un papel muy importante. Más contemporáneo es el trabajo del gran realizador Roger Donaldson que en 2000 adaptó el libro «Las cintas de Kennedy Tapes – Dentro de la Casa Blanca durante la Crisis de los Misiles Cubanos». Le brindó a Kevin Costner una oportunidad para demostrar su valía tras los sucesivos fracasos de taquilla. En este caso, Donaldson opta por hacer un fresco historicista mostrando los entresijos políticos.

Así llegamos al tercer nivel, el que nos plantea el director inglés Dominic Cooke al que todos recordaréis por su anterior trabajo “En la playa de Chesil”. En este caso decide colaborar con el guionista Tom O’Connor,  al que todos recordaréis por su comedia El otro guardaespaldas 2. O´Connor construye un fascinante guion original con dos personajes históricos: el empresario Greville Wynne y el miembro del politburó Oleg Penkovsky. Llevan al espectador al 12 de agosto de 1960, Nikita Khrushchev está determinado a ganar la Guerra Fría y decide apostar por llevar misiles a Cuba. Penkovsky es consciente que una guerra atómica es un juego de suma cero donde todos pierden, y por eso decide cambiar el curso de los acontecimientos. Para ello manda un mensaje a la CIA, la agente Emily Donovan tras recibirlo se reúne con su homólogo del MI5, Dickie Franks, del servicio de inteligencia británico. A ellos se les ocurre mandar a un delegado de comercio para establecer lazos con el sector duro del comunismo para que en el fondo sea usado como un correo de los mensajes secretos que Penkovsky desea filtrar a Occidente para evitar una catástrofe.

La voluntad del héroe corriente

Se trata de un filme de corte clásico, perfectamente construido. Evita cualquier estridencia o salida de tono. Su gran acierto es que siguen la filosofía de menos, es más. No hay grandes e imposibles escenas de acción trepidantes, pero el espectador debe saber que tendrá el corazón en un puño. El filme posee mucha tensión, el suspense se genera por los increíbles diálogos, que hacen brillar a estrellas como Benedict Cumberbatch, Merab Ninidze y Rachel Brosnahan. Sus interpretaciones son sobrias, rebosantes de verosimilitud. A diferencia de “Juegos de espías” donde la intensidad del largometraje se acababa diluyendo en un filme más de juicios, aquí es todo lo contrario. Dominic Cooke porque el espectador empatice con la pareja protagonista, que sufrirá con ellos. “El espía inglés” es una estupenda historia que pone de manifiesto que las cosas se pueden cambiar si uno quiere apostar por un futuro mejor.

Frases destacadas:

  • Greville Wynne: “¿De verdad estoy cenando con espías?
  • Sheila: “Procura cariño no acabar en un gulag
  • Oleg Penkovsky: “Khrushchev me da miedo. Es caótico. Sólo busca la confrontación”
  • Oleg Penkovsky: “Puede que sean sólo dos personas, pero así es como se cambian las cosas
  • Oleg Penkovsky: “A veces una mentira es un acto de amor

Tráiler oficial de “El espía inglés”

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

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