Mar. Mar 19th, 2024

Se acabó la espera. Una copia digital de El Hobbit descansa en todas las cabinas de todos los cines del planeta. Que si 24 fotogramas por segundo, que si 48, que si la vemos en 3D o dejamos las gafas en casa… Al final y como siempre eso será lo de menos. El cine es una experiencia por sí misma sin necesidad de florituras técnicas. En Videodromo ya nos hemos sentado en la butaca para degustar el regreso de Peter Jackson a la Tierra Media. Podría haber sido peor.

No molestar salvo por asuntos sobre la fiesta

Por respetos a los no experimentados en la novela original y su vínculo con la trilogía de El Señor de los Anillos esta película debía empezar con personajes familiares. Por eso la espalda del Bilbo anciano interpretado por Ian Holm es lo primero que verá el espectador, y a Elijah Wood claro, el actor que interpreta al sobrino de Bilbo es devorado por el carismático Martin Freeman. Los minutos caen en saco roto excepto por el maravilloso prólogo sobre el reino enano de Erebor, esos mini relatos se le dan a Jackson estupendamente. En las anteriores entregas los prólogos eran maravillosos abrelatas, aquí simbolizan ese tono épico que se ha debido perder en algún punto de la Tierra Media. Esperemos que Peter lo encuentre en las siguientes entregas. El prólogo termina con el mítico cartel que reza: No molestar salvo por asuntos de fiesta. Un simpático guiño del director a los fans acérrimos.

Los enanos son graciosos, pero sólo un rato

Jackson le ha ganado la partida a Tolkien en una cosa, ha sabido dotar a cada enano, no solo de un aspecto original y acorde con el universo del escritor, sino de personalidades completamente diferenciables. Thorin, por ejemplo, es uno de los mejor recreados (para eso es el líder de la compañía) pero me quedo con la cabeza tatuada de Dwalin. Ese trabajo Tolkien lo dejó para el lector, cosa que luego remendó en El Señor de los Anillos, que tiene quizá un exceso de descripciones. En el libro ese fantástico preludio que desemboca en la segunda aventura más grande de la Tierra Media tenía una deliciosa mezcla de magia y humor (inglés), sobre todo en la actitud de ese hobbit comodón que no quería irse de aventuras pero se veía invadido en su propia casa por una decena de enanos y un mago con mala baba (enorme Ian McKellen, otra vez). En el filme todo es más infantil, más repetitivo y uno desea desesperadamente que empiece la acción.

Una aventura con arritmias

El gran problema de la película es su irregularidad. Hay momentos sublimes, rodando la acción Peter Jackson está en la lista de los mejores, pero por mucho que nos dejemos seducir por la secuencia de los Trolls, la lucha de los gigantes en las montañas o la persecución de los orcos que siguen a ese excéntrico Mago con trineo tirado por conejos, las incomprensibles ganas de alargar el chicle son la enfermedad de esta película. Las apariciones de viejos conocidos como Galadriel y Saruman aparentan ser guiños para el espectador ansioso pero realmente son escusas para alargar el tiempo más y más. Y no funciona a favor de la película.

Broma macabra

En el rodaje de El Hobbit han muerto 27 animales, o de eso protesta un grupo de activistas pro derechos de los animales. El portavoz de Peter Jackson tampoco lo desmiente, de hecho afirma que muertes sí que ha habido pero no por culpa del rodaje. Pues bien, los que vayan a ver El Hobbit y sepan esto de antemano no evitarán ver en la película una broma macabra en el excéntrico mago encarnado por Sylvester McCoy. Un tipo enloquecido por la soledad que se dedica a salvaguardar los bosques y todos los seres que habitan en él. Y si tiene que arriesgar su vida por un erizo no lo duda. Lástima que este ser no anduviera a menudo por el rodaje.

La huella de Guillermo del Toro

Y sí, también hay que reconocer que técnicamente Jackson ha mejorado con creces. Las batallas son mejores y los travelling aéreos, marca de la casa, se superan a sí mismos. Sobre todo esos que sirven para dotar a la acción de más espectacularidad. La secuencia final en la cueva de los trasgos sólo se puede describir con la palabra vértigo. ¿A la altura de aquella secuencia en Moria? Posiblemente ésta sea mejor. Y la razón tiene nombres y apellidos: Guillermo del Toro. La retorcida forma de ver los monstruos que tiene el director mexicano ha influido en cada uno de los orcos, trasgos, trolls y wargos que aparecen en la película y a eso hay que sumar la capacidad de Jackson para rodar la aventura. La mezcla es insuperable. Una pena que la película siempre vuelva a la narración a cámara lenta (parece que si no, no hay épica) ¿Por qué a Jackson le gusta tanto rodar duelos y batallas a cámara lenta, con abusiva orquesta de fondo y con las caras de algunos personajes en primer plano entrecortando la acción? Ya lo vimos con Boromir y los orcos, lo vimos con Gandalf y el Balrog, con Aragorn y los Nazgûl… Era el momento de cambiar. George Lucas no repitió la fórmula en las batallas de sables y se le criticó, mal hecho, fue el mejor hallazgo de la nueva trilogía de Star Wars.

Acertijos en las tinieblas

Por el magnífico dialogo/juego entre Gollum y Bilbo merece la pena que se hayan invertido años en conseguir los derechos, en rodar, montar y volver a rodar para volver a montar (lo de las tres películas fue cosa de última hora) El Hobbit: Un viaje inesperado. Andy Serkis y Martin Freeman sostienen un duelo actoral a la altura. Serkis, además, alimenta con maestría un Gollum más desagradable, siniestro y trágico pero también más gracioso. Ojala Peter Jackson hubiera estirado más esta escena y no otras.

Calificación: 6

Bilbo Bolsón: “Las aventuras sólo sirven para retrasar la hora de cenar”
Gandalf: “Ya he tenido suficientes enanos por hoy”
Thorin: “¿Os parece gracioso burlaros de un ataque orco?”
Gollum: “Mi tesssoro, odiaremos a Bilbo Bolsón para siempre. ¡Para siempre!”

3 comentarios en «El Hobbit: Un viaje inesperado»
  1. Me parece muy, muy inferior a la trilogía original. No se si la conversión a 3D ha sido tan mala que estropeó la fotografía o no, pero las imágenes en el cine me resultaron bastante cochambrosas. Pero no es ese el principal problema. Hace un par de días leí una crítica no muy favorable para el film, pero tampoco era una mala reseña, simplemente exponía que el film no estaba a la altura de los anteriores (más o menos como esta crítica). Para mi el problema es mucho más grave. Este film no solo está estirado hasta el ridículo para poder realizar 3 piezas cinematográficas de un libro que no da ni para dos, sino que además está realizada atropelladamente, sin ángulos de cámara interesantes, con una sensación de película hecha deprisa y corriendo para ser estrenada en navidades. Yo no sé porque dices que técnicamente el film es mejor, a mi me da una sensación de vídeo-juego bestial, ni siquiera me parecen buenos efectos especiales en algunas ocasiones, y que conste que yo no soy un forofo de los efectos digitales. Otro de los principales problemas es el afán por las referencias a la antigua trilogía, como la aparición de Frodo, y la presencia de Saruman, que sobran en este contexto. Peter Jackson es uno de mis realizadores favoritos, desde «Bad Taste» hasta «El retorno del rey» pero hace años que no realiza nada a la altura de las expectativas, y mis expectativas con él no son tan altas, me basta con un nuevo «Agárrame a esos fantasmas». Un saludo.

  2. Hola Félix. Me explico respecto a lo de que técnicamente el film es mejor. Los planos aéreos se utilizan para potenciar la acción (sobre todo en la hora y media final) con bastante más acierto que en las anteriores entregas. Los efectos visuales son también mucho mejores, sólo hay que comparar el Gollum de El Hobbit con el de El señor de los anillos. Ciertas cosas de la trilogía se han quedado bastante antiguas. ¿Te acuerdas de ese Légolas subiendo al caballo de un salto hacia tras que parecía un dibujo animado? Y por último decirte, siempre bajo mi punto de vista, que una película recuerde o de la sensación de vídeo-juego no es ningún defecto. Estamos en la era del vídeo-juego y que el cine absorba parte de ese lenguaje me parece, de hecho, un acierto. Muchos vídeo-juegos son mejores que muchas películas.

    No obstante El Hobbit es una película olvidable. Estoy de acuerdo contigo, Jackson es capaz de bastante más.

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