El tándem integrado por el director John Madden y el guionista Ol Parker regresan a las carteleras con la segunda entrega de “El exótico Hotel Marigold”.
Amor en la edad de oro
Los siete ancianos norteamericanos siguen sus aventuras en este curioso hotel de la India. Sólo que ahora tras el éxito de la propuesta Muriel Donnelly y Sonny Kapoor sueñan con expandirse, para ello viajan a Estados Unidos en busca de un inversor potente para abrir un hotel nuevo y más grande. La columna vertebral de esta narración es la boda de Sonny con Sunaina, y de esta manera el espectador vivirá las tres fases que posee una boda tradicional hindú. Gravitando a su alrededor tenemos el resto personajes que integran las subtramas de esta historia coral. Evelyn Greenslade recibe una oferta para convertirse en intermediaria en el comercio textil de la seda. Douglas Ainslie sigue ejerciendo de guía turístico un tanto particular. Su mujer regresa al hotel para pedirle el divorcio, mientras que su hija da una conferencia en Bombay. Madge Hardcastle sigue buscando el amor perfecto. Mientras que Norman Cousins y Carol Parr parecen no pasar por su mejor momento. A todos ellos se suman dos nuevos huéspedes: Susan y Guy Chambers, que Sonny cree que él acude al hotel para valorar el negocio. Pero en realidad acude porque se halla inmerso en la escritura de su próxima novela y encuentra su musa en la madre de Sonny, Mrs. Kapoor.
Las canas siempre son una plusvalía
Dejar claro que no hace falta haber visto la primera parte si se desea disfrutar de este largometraje. Las dos primeros capítulos de esta nueva entrega se centran más en el género de la comedia bien intencionada. Para ello Madden y Parker juegan a veces con la de situación, otras a los enredos o con los juegos de palabras. Básicamente porque tienen grandes estrellas que parecen sentirse muy cómodos repitiendo en sus respectivos papeles y se entregan por completo. A ellos se les suma un Richard Gere que a sus sesenta y seis años sigue funcionando muy bien como galán. Ya lo dice el refranero: “A canas honradas, no hay puertas cerradas”. ¿Qué hombre o mujer le iba a negar nada al actor de Pensilvania? De esta manera se convierte en el principal gancho dentro del filme robándole todo el protagonismo a Bill Nighy o Ronald Pickup, y fuera a tenor de los comentarios de las señoras mayores que estaban sentadas detrás de mí disfrutando del gran Gere. El problema es que Madden carece del ingenio de Blake Edwards para este tipo de comedia, y el espectador a medida que los fotogramas avanzan se encontrará en un universo muy conocido y esperable. En una extraña decisión sus creadores dejan lo más dramático para el tercer capítulo: La boda. En este acto el largometraje pierde gas, y sus creadores conminan sin atenerse a razones a los deux ex machina y a situaciones más inverosímiles.
La muerte no sienta bien
El filme arranca con el encuentro entre Muriel y Sonny con el futuro inversor Ty Burley, al que da vida el estupendo actor David Strathairn. En ella tiene una ocurrencia muy divertida: “¿Por qué morir aquí si lo puedes hacer allí?” Con ello viene a decir el joven que el Hotel Marigold es como un hogar, pero sus creadores no se atreven a bucear en esta idea porque son aguas pantanosas, y lo cierto es que acaban hundiéndose en el fangal. Durante los dos primeros capítulos no paran de darnos síntomas que a Muriel le pasa algo gordo. Y al final Muriel se hace consciente de lo equivocado que está Sonny, con lo que da al traste la tesis de partida, dejando claro que no hay nada como el hogar y la verdadera familia. Mira que lo tenían muy fácil, tan sólo jugar con la idea de la trascendencia hindú, la reencarnación, etcétera. Pero claro esto es cine comercial al uso y hay que dejar al espectador con buen sabor de boca. El asunto es que acaban equivocando las formas. De esta manera el filme se torna ciertamente cínico porque sus creadores lo tiñen todo de colorido, acordes pegadizos, coreografías muy vistosas, para intentar evitar que el espectador bucee donde no debe: en la muerte. Es aquí donde Madden echa el resto y nos ofrece imágenes que despiertan el interés cierto por viajar urgentemente a la India en las próximas vacaciones. Es su buen hacer lo que salva la función, porque esta segunda entrega se deja ver, pero también es cierto que no deja la menor huella.
Frases destacadas de “El nuevo exótico Hotel Marigold”
- Babul: “There’s no present like the time”
- Sonny Kapoor: “The man has me urgently questioning my own masculinity”.
- Sonny Kapoor: “Why die here?… When I can die there!”
- Sunaina: “What is more important than your engagement?”
- Sonny Kapoor: “It takes team work to make a dream work”.
- Guy Chambers: “You’ll be the first and you could be the last”
- Mrs. Kapoor: “Fine is more than enough, shall we write the next chapter?”
- Laura Ainslie: “Dad!, do things you want to do”
- Babul: “Some you win and some you learn”.