Los productores de “San Andrés” y el actor Dwayne Johnson, que también se reserva labores de producción, regresan al cine de catástrofes para darlo todo.
La octava maravilla del mundo en llamas
En este nuevo trabajo el famoso actor da vida a Will Sawyer, un miembro del FBI que trabaja en la liberación de rehenes. En la última intervención, el secuestrador detona una bomba que tiene escondida y acaba pierdiendo una pierna. Así es como conoce a su esposa, la cirujana que le opera esa fatídica noche. Así es como Will Sawyer se pasa al sector privado y es contratado por Zhao Long Ji, un magnate chino que ha construido el mayor rascacielos del mundo llamado «La perla», para encargarse de la seguridad del edificio. Will y su familia acuden a Hong Kong para los últimos preparativos de la puesta en marcha, pero lo que desconoce es que un mercenario llamado Kores Botha está extorsionando a Long Ji, y decide destruir el edificio. Así es como comienza este entretenido filme veraniego repleto de testosterona, sudor y adrenalina.
Para verla hay que ir puesto de Biodraminas
Rawson Marshall Thurber, responsable de la divertidísima “Somos los Miller”, escribe y dirige esta nueva incursión de La Roca en el género para ofrecernos un entretenido largometraje repleto de efectos especiales y momentos ciertamente delirantes. A nadie se le escapa que “El rascacielos” está pensado para un público ávido comedor de palomitas y bebedor compulsivo de refresco, que no desea pensar ni por una milésima de segundo en sus problemas cotidianos. Por ese motivo, de las leyes de la física casi que mejor nos olvidamos. A estos espectáculos hay que acudir totalmente entregado a la causa. El espectador a la salida saldrá muy contento, la inversión en la entrada habrá merecido la pena. También, debe tener en cuenta que en este caso se cumple a la perfección el famoso dicho: «no se le puede pedir peras al olmo». Y a Dwayne menos. Esa cara pétrea y ese cuerpo clembuterizado son perfectos para las increíbles y locas escenas de acción, como por ejemplo saltar de una grúa a un edificio en llamas a más de 100 metros de altura.
Este es uno de esos largometrajes en los que el espectador sabe de antemano que todo lo que dicen, hacen o presentan los personajes en el inicio de la película, será usado en el momento preciso, y Marshall no falla. Cuando el respetable ve la turbina que es la fuente de alimentación del edificio, uno sabe que Will Sawyer acabará trasteando por esos lares del rascacielos y sin paracaídas. El director no otorga ni un momento de respiro, es un continuo ir a más. Las escenas son cada vez más locas a la par que inverosímiles, pero quién es el loco que entra a ver una cinta de La Roca y le pide ese pequeño detalle. Además, le escribe diálogos antológicos a Dwayne donde algunos objetos acaban convirtiéndose en un chiste recurrente como la cinta aislante. Hay que reconocer que tiene su punto. El marco referencial de “El rascacielos” es vasto, hasta La guía del ocio le ha dedicado un artículo por ese motivo no me voy a extender más, pero lo más sorprendente es su heterogeneidad, tanto que cuesta creer que en el desenlace Marshall referencia a dos clásicos del séptimo arte simultáneamente como son “La dama de Shanghai” firmado por Orson Welles en 1948 y “Desafío total” rubricado en 1990 por el cineasta holandés, Paul Verhoeven. Por ese motivo, si te gusta el cine de acción lleno de situaciones imposibles, no lo dudes, esta es tu película, acude a verla en 3D que la escena de la grúa debe ser para tomarse una tortilla de biodraminas.
Frases destacadas:
- Will Sawyer: “¿Has probado a apagarlo y encenderlo, de nuevo?”
- Ben: “¿Listo para reunirte con Oz?”
- Zhao Long Ji: “Bienvenido al cielo, Sr. Sawyer”
- Will Sawyer: “No hay nada que no se pueda arreglar con una buena cinta aislante.”
- Kores Botha: “Todo hombre tiene una debilidad”