Mar. Mar 19th, 2024

54 años después, disfrutamos de la secuela de «Mary Poppins», donde esta mágica y musical niñera visita de nuevo el domicilio de los BanksOlvídense de ir al cine a cantar Supercalfragilísticoespialidoso, Chim Chim Cher-ee o Con un poco de azúcar. «El regreso de Mary Poppins» da lo que su propio título indica, es decir, una nueva aventura protagonizada por la niñera más mágica de la historia del cine. Nada de reboots para adaptar el clásico de 1964 a los nuevos tiempos, pues todos sabemos que la cinta de Robert Stevenson no lo necesita.

En ayuda de los Banks

Si bien han transcurrido 54 años desde el estreno de a película original, «El regreso de Mary Poppins», sin abarcar un lapso de tiempo tan grande, nos presenta a los pequeños niños Banks, Michael y Jane, ya en edad adulta.  El primero de estos, es un padre viudo con tres niños pequeños que ha seguido las andanzas de su padre, heredando la casa y trabajando en el mismo banco. Ella, con su actitud reivindicativa, demuestra ser la hija de una sufragista erigiéndose como una importante figura dentro del sindicalismo londinense. No obstante, todo se desmorona al verse amenazados por su entidad bancaria al ser reclamado un préstamo al que no se puede hacer cargo. Lo cual, si no remedian en un periodo de tres días, les obligará a abandonar el majestuoso domicilio en el que el almirante sigue desperando su cañozano a la hora en punto, aunque con el paso de los años se ha ido retrasando en comparación con la hora que marca el Big Ben. Momento crucial en la familia que desatará llegada de Mary Poppins, esta vez interpretada por Emily Blunt, quien encarna con voluntad y decisión al personaje que inmortalizó Julie Andrews, siguiendo los mismos patrones, respetando su carácter desenfadado y único.

Repitiendo estructuras desde la originalidad

«El regreso de Mary Poppins» es un regreso en cierta medida al musical familiar clásico. El realizador Rob Marshall, quien ya ha abrazado el género desde una perspectiva más adulta en cintas como la oscarizada «Chicago» (2002), adopta el tempo y la esencia de la cinta original. Así pues, la película se abre con una canción donde se intercambia al deshollinador Bert por quien trabajó como ayudante suyo, y ahora se dedica a ser farolero. La misma estética y actitud que se traduce en el prólogo en un tema clásico de presentación sobre la ciudad de Londres con función circular hacía el epílogo, y que se adelantará a los títulos de crédito iniciales con abertura musical que nos instroducirán aun más en la historia. Además, Marshall, al contrario de Stevenson, quien reduce el espacio exterior a pocos lugares salvo en los números musicales, decide abordar las posibilidades que ofrece la ambientación oscura y nublosa londinense para hacer un acercamiento más próximo a otro clásico de la época como es «My Fair Lady» (George Cukor, 1964). A partir de aquí, el relato de nuevo tratará de sobre como la mera presencia de la niñera ayudará a que tanto los niños como los adultos consigan solucionar sus problemas pensando por si mismos. Se repite la esencia de números musicales como la incursión de los protagonistas en un mundo animado, esta vez utilizando un jarrón con pinturas y no unos cuadros del parque. También el viaje hacia el techo de una cámara, pero desde un punto de vista, o perspectiva, totalmente diferente, como bien indica la canción que se entona en la aparición del personaje interpretado por Meryl Streep. La incidencia de los pequeños en el banco con posterior enfado del padre o el impresionante, interminable y acrobático baile de los deshollinadores, esta vez faroleros, también seguirán la misma senda de la cinta original. Sin embargo, la propuesta de Marshall, al introducir diferentes cambios significativos y, sobre todo, al contar con temas musicales totalmente originales y francamente disfrutables, consiguen engranar un metraje de más de dos horas de duración que se respira con felicidad y diversión, construyendo en definitiva un productor familiar que encandila y funciona.

Frases destacadas:

  • «Todo es posible. Hasta lo imposible es posible».
  • «Todo depende del punto de vista»
  • «De niños creíamos que Mary Poppins tenía poderes mágicos»
  • «Prácticamente perfecta en casi todo».

Tráiler de «El regreso de  Mary Poppins»:

 

Por Luis Suñer

Graduado en Humanidades, crítico de cine y muerto de hambre en general.

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