El topo, adaptación de la novela de John le Carré, se postula como una de las grandes películas de este agonizante 2011.
Contenida, a pesar de bullir por dentro, de una belleza fría pero absorbente, la última cinta de Tomas Alfredson corrobora las buenas sensaciones que el realizador ya desprendía con su vampírica ópera prima. La acción se sitúa en plena Guerra Fría y nos sumerge desde el primer momento en un mundo de engaños, confusión y mascaradas de la mano de unos personajes soberbios, estupendamente construidos e interpretados que nos conducen por una trama tan complicada como atrayente, el de la búsqueda de un topo en la Inteligencia británica. Con una paleta de colores grises, tristes, oscuros y helados Alfredson retrata la realidad de la vida de nuestros protagonistas, tipos duros por fuera que sufren hasta límites insospechados por dentro, a los que envuelve una pátina de tristeza, melancolía e impotencia casi impenetrable subrayada por la banda sonora de Alberto Iglesias.
En el elenco de actores cada nombre habla por sí mismo. Desde John Hurt a Colin Firth pasando por Mark Strong y deteniéndonos en el gigantesco, inconmensurable, perfecto Gary Oldman y su tremenda actuación dando vida a Smiley, pieza clave de todo lo que ocurre. Todos los intérpretes están en su sitio, como las pequeñas piezas que conforman una maquinaria mayor que funciona a la perfección gracias a esos engranajes y ruedecillas. Una delicia.
Mientras que Misión: imposible 4 recogía lo mejor de las películas de espías más fantásticas y pasadas de rosca, las de acción desenfrenada y desenfadada, El topo se sitúa en el punto diametralmente opuesto del cine de agentes secretos, documentos secretos y operaciones encubiertas. Durante las dos horas de película la tensión se construye lentamente y, en paralelo, se diseccionan los sentimientos de los espías y se nos muestran como los humanos que son, con sus ambiciones y sus miserias.
El ritmo que Alfredson imprime a la historia es lento y este es probablemente el mayor de los problemas de la cinta en el plano comercial, pero con el resto de elementos rozando la perfección es un mal menor. El final de la cinta, para rematar, se graba a fuego en la memoria del espectador y deja un regusto deliberadamente agridulce que nadie debería dejar de probar.
Alfredson nos demuestra que es un realizador con clase y estilo, y la apuesta es más arriesgada de lo que parece al filmar uno de los finales más audaces que podremos ver dentro de este género en mucho tiempo. La nota curiosa la pone el cantante francés Charles Trénet y su mil veces versioneado «La mer». Bajo sus reconocibles y populares acordes la acción tiene lugar ante nuestras retinas de forma relentizada y con un cierto aire irónico de lo que fue una de las peores épocas de la historia, la guerra fría. Así que ningún amante del séptimo, amigo de los espías o no, debería dejar pasar la oportunidad de acercarse a esta auténtica obra de arte. Imprescindible.
La mer- Charles Trénet
Frases destacadas de «El topo»:
- Control: «Tenemos una manzana podrida, Jim»
- Irina: «Sé quién eres»
- George Smiley: «Es el momento»
Excelente película, una de las mejores del año. Mejor que la inmensa mayoria de las peliculas que he visto en el 2011. Es al menos tan buena como «Un método peligroso» de Cronemberg.
Totalmente de acuerdo con tu crítica, suscribo cada palabra.
Y el final es sencillamente perfecto, sin palabras y con la música ideal para transmitir mil emociones a cada segundo de metraje.
Acompañado por supuesto por los inmejorable Gary Oldman, Mark Strong y Colin Firht, sin olvidar la sonrisa cómplice de «Holmes» y el resto de secundarios de lujo. Una absoluta obra maestra.
Si los de la Academia de Hollywood entendiesen algo de cine la habrían nominado y premiado como la mejor película y el mejor actor sin dudarlo un segundo …
¿De verdad es mejor película «The Artist» o cualquiera de las nominadas que esta?
¿De verdad es mejor secundario Jonah Hill en «Moneyball» que Mark Strong con lo que transmite su mirada-lágrima final y su suspiro en la fiesta mirando a su amigo?
Por favooooooooor
Mi estimado Luis suscribo cada una de sus palabras, es brutal el final, y puede que sea la mejor interpretación de Strong en mucho tiempo. Y sí, creo que con Drive ha sido de las grandes olvidadas, es que son europeos innovadores.