El este es rojo, el sol esta naciendo.
Canción popular china.
Si tienes dudas, déjate guiar por los principios comunistas.
Cónsul Chan Feng
Hay momentos en los que tienes que ser fuerte.
Ben Stevenson
La decisión ha sido solo mía.
Li Cunxin
Tras su paso por la SEMINCI, se estrena en nuestro país este viernes 17 de diciembre “EL ÚLTIMO BAILARÍN DE MAO”, que supone el regreso de Bruce Beresford con el público español tras su oscarizada «Paseando a Miss Daisy», «Doble traición” o «Evelyn». Esta vez nos trae un drama basado en la novela autobiográfica del bailarín Li Cunxin, recientemente publicada en nuestro país por la editorial Kailas. La película, con guión de Jan Sardi, -Globo de Oro y Nominado al Oscar por “Shine”-, logró a principios de año batir en Australia récords históricos de la industria local.
Basada en una historia real, el largometraje cuenta la vida de Li Cunxin, rescatado a los once años de un pequeño pueblo de China por delegados culturales y enviado a Pekín. Allí comienza un increíble viaje vital que le llevará a pasar años de entrenamiento brutal para convertirse en uno de los mejores bailarines del mundo, aclamado como un héroe de la China comunista y, más tarde, despreciado por traidor.
EL ÚLTIMO BAILARÍN DE MAO fue rodada en localizaciones de China, Estados Unidos y Australia, y el libro en el que está basado se mantuvo entre los diez más vendidos en Australia durante más de año y medio, y actualmente se encuentra en su trigésima segunda edición. Se ha publicado en más de veinte países, ha ganado el premio Book of the Year en Australia, el Christopher Award en Estados Unidos y estuvo preseleccionado para el National Biography Award.
Realmente este es el primero, porque en breve tendremos otro, de los films en el que la industria norteamericana retoma el subgénero del cine anticomunista, y dentro de este en el apartado deserciones. Desde los años 80 y principios de los 90 la industria yanqui no generaba productos, que podríamos encuadrar dentro del gran grupo de espionaje. Porque al final todos son tachados de espías, no porque algunos de los personajes que lo pueblan se hayan dedicado a ello. Tanto su guionista como su director optan también por hacer un relato de superación, de las que abundan en la historia del cine. Pero además, deciden hacer un biopic al uso, así la historia abarca muchos años (desde la infancia de Li Cunxin en la China rural hasta su interpretación ante el presidente de los Estados Unidos). Todas estas líneas argumentales hacen que el desarrollo dramático se vea lastrado, y al final el espectador acaba agotado y aburrido en la butaca.
Máxime cuando el guionista se empeña en adentrarse constantemente en los desarrollos emocionales, con lo que queda un totum revolutum aderezado con preciosas escenas de ballet, y que obviamente culminan con un epílogo dirigido al cuore del respetable para que la lagrimita fácil aflore sin el menor problema. Personalmente prefiero “Un ruso en Nueva York” de Paul Mazursky o “Noches de sol” de Taylor Hackford, por lo menos la primera es divertida y la segunda amena. Pero nos quedaremos con el segundo caso por sus referencias al mundo del ballet y a Mikhail Baryshnikov, que en el caso que nos ocupa podréis ver en una de las escenas fundamentales del desarrollo dramático del personaje, toda una casualidad de las múltiples que pueblan este film, porque dentro del reparto podréis ver de nuevo a Joan Chen y Kyle MacLachlan, que no coincidían desde “Twin Peaks” de David Lynch. En términos generales todo el reparto está muy bien desde el conjunto de bailarines que dan vida a Li Cunxin pasando por Bruce Greenwood o Sam Anderson, que supone su debut en el cine, ya que procede del campo televisivo.
De todo el largometraje me quedo con la secuencia en la que están bailando y la coreografía se desarrolla en torno a una barra dispuesta en el centro del escenario y que simboliza los dos mundos políticamente distanciados, creo que está brillantemente resuelta. Es una pena, pero no encuentro motivos para aprobar el nuevo trabajo del señor Beresford. Sobre todo porque le ha quedado un largometraje con una complicada trama de celos, deserciones, arribismo, política y ballet. Ha sido muy ambicioso argumentalmente hablando, y no consigue un desarrollo fluido, abocando al espectador a desconexiones temporales de las emociones primarias de los personajes. Creo que será del gusto de todos aquellos espectadores que amantes del género historias de superación, ciertamente sensibleras, con grandes coreografías de ballet.
Que pena, porque podría ser muy bonita a pesar de todo como me gusta mucho el ballet, creo que ire solo por curiosidad. En Madrid os pelais de frio jejejej yo con solecito ¿te mandó un poco?
Si la película estética y bonita es, eso lo damos por hecho que es un director reputado, luego la fotografía es buena y la música preciosa, los actores unos excelentes y otros correctos, pero todo el elenco bien, los bailarines bien, perooooo también el guión se pierde en arenas movedizas, y es un poco plomizo, por lo menos a mi se me movió la lentilla un rato. Así que avisada está, usted misma mi estimada Cinéfila.
Me encanto esta palicula. transmite, exuda sentimiento,desde el principio hasta el final. Todo lo que se logra con esfuerzo tiene su recompenza, si tienes algún talento desarrollalo,y seras un ser humano feliz.
Yo le entiendo mi estimado Antonio, a lo mejor me pilló en un mal día, pero no conseguí conectar con este nuevo trabajo del realizador, y eso que he visto muchas pelícuas suyas, pero no pude, y no niego la mayor, qeu posee una enorme factura, pero a mi me aburrió.
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[…] A pesar de todo lo dicho, el visionado de “Mao’s Last Dancer” puede ser entretenido y hasta emocionante, no por casualidad se llevara el premio del público en el Festival Internacional de Cine de Sao Paulo, pero quizás merezca la pena esperar a un futuro pase televisivo. Fotos: Videodromo […]