Pablo Trapero vuelve a contar con Ricardo Darín tras su colaboración en «Carancho» en 2010. Nuevamente el director argentino aborda los temas sociales en «Elefante Blanco», un homenaje al sacerdote argentino Carlos Múgica, cuyo asesinato sigue sin culpable pese a haber sido cometido en 1974.
Sin ser una copia de la vida de Múgica, Ricardo Darín interpreta a Julián, un sacerdote argentino que no cesará en su intento por mejorar uno de los barrios más pobles de Buenos Aires, La Villa. En él reina la corrupción, tanto política como clerical, y los cárteles de la droga dominan a una población que, lejos de amilanarse, seguirá luchando hasta el final para sobrevivir y poder labrarse un buen futuro. En este trabajo, Julián estará acompañado por Nicolás (Jérémie Renier), un jóven sacerdote belga que emigra a Argentina para echar una mano en La Villa y Luciana (Martina Gusman), una asistenta social empeñada en convertir el barrio en un lugar tranquilo para vivir.
Una de las peculiaridades de la película es su localización porque está rodada casi en su totalidad en Villa Lugano. El nombre del film alude al Elefante Blanco, un edificio situado en Villa Lugano (Argentina) que, tal y como se explica en el film, es un edificio abandonado que no llegó a cumplir nunca su función como hospital público debido a la falta de fondos para su construcción. Villa Lugano fue un lugar muy complejo a la hora de grabar ya que, a las inclemencias del tiempo y el consiguiente barrizal que se creaba en las calles, se unía esa mole de cemento y polvo que da título a la película.
Si nos centramos en los personajes protagonistas, es evidente que todo gira en torno a Darín, un actor multipremiado que no defraudará a sus seguidores pese a ser ateo y tener que interpretar a un sacerdote, todo un reto que una vez más salva sin ningún problema. Una vez más, vuelve a coincidir en pantalla con Martina Gusman, una actriz que puede que no sea demasiado conocida en nuestro país, pero eso no quita para que de vida a la perfección a Luciana, esa mujer fuerte y pasional que ayudará incansablemente a los habitantes de La Villa. En su vida se cruzará Nicolás, que caerá rendido en sus brazos. Con este papel, Jérémie Rénier cuestiona el papel casto y puro de la Iglesia puesto que, aunque Nicolás es una bellísima persona, no puede contener sus sentimientos.
En conclusión, Trapero nos ofrece la visión más desgarradora de las clases más bajas de Argentina. En su largometraje hace, por tanto, toda una crítica social a la corrupción reinante en países de Latinoamérica como Colombia o México, donde la guerrilla y los cárteles de la droga dominan a la población y, por ende, a esos gobiernos que parece que no quieren actuar frente a tal injusticia social. En mi humilde opinión, el cine es una herramienta fundamental a la hora de denunciar estas situaciones y películas como «Elefante Blanco» deberían liderar las carteleras del mundo entero.
Las cosas que no se tocan- Intoxicados
Frases destacadas:
Julián y Nicolás: Señor, quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.
Luciana: Julián heredó muchas propiedades de su familia, las vendió y trajo la plata para la parroquia.
Julián: No es la misma la violencia de ayer que la de hoy, pero nuestro amor sí es el mismo.
Julián: En una situación como esta, no podemos ser solo sacerdotes.
Calificación: 9.
Coincido contigo este filme sin duda es una crítica social dura pero muy real y eso se agradece bastante. Además está dirigida con decisión y calidad. Otro ejemplo más en el que Pablo Trapero se consagra como uno de los realizadores más personales y talentosos del cine argentino actual. Muy recomendable yo la vi por hbo películas y sinceramente he quedado muy satisfecha con la historia.
A nosotros nos gustó mucho Sofía, y nos alegra que te haya gustado la recomendación