La cineasta húngara Ildikó Enyedi elabora desde lo onírico los cimientos de una relación tan gélida como emotiva de aprendizaje personal frente al mundo
En 2008, el cineasta coreano Kim Ki-duk presentó con «Dream» una cinta compleja donde un hombre y una mujer comparten el mismo sueño. Una historia truculenta y asfixiante que caracteriza la filmografía del director. Nueve años más tarde y con una utilización del mismo recurso mucho más elegante, delicada y, por qué no decirlo también, femenina, la directora húngara Ildikó Enyedi se vale de esta premisa en «En cuerpo y alma», película que le valió el Oso de Oro en el pasado Festival de Berlín. Y es que esta vibrante cinta se abre de una manera sumamente poética. Observamos desde la cercanía la interactuación entre un ciervo macho y otro hembra. Una relación callada, en un espacio nevado, donde sus miradas transmiten sentimientos veraces y el leve contacto de sus hocicos a la hora de beber agua se torna verdaderamente humano. Un ensoñación lírica que choca con la cruda realidad del día a día en un matadero de la ciudad de Budapest. Juega bien la directora con el contraste que genera la presentación de tan funesto lugar. También la degradante monotonía de sus trabajadores y la pérdida de valores morales que representan algunos de ellos.
Dentro de este espacio, conoceremos al propietario, un hombre tranquilo con un brazo inútil que intenta con acierto no autocompadecerse. También a Maria, un joven con indicios del síndrome de Asperger que lleva a cabo su trabajo como inspectora de calidad siguiendo escrupulosamente las normas, ganándose con su comportamiento atípico y asocial cierto moving por parte de los trabajadores pese a que ella parezca no inquietarle lo más mínimo. Se establece pues un encuentro extraño y casi inaccesible en el primer encuentro entre ambos. Un aurea de extrañeza, una barrera psicológica que impide que ambos se lleguen a conocer como realmente quisieran. Es por eso que la cineasta se vale de un elemento dramático como es un robo dentro de las instalaciones para introducir una investigación que de a la luz de manera clara a los propios protagonistas que las hermosas imágenes que nos ofrece a los espectadores en los intervalos entre un día y otro, unas secuencias de unos ciervos que cada vez interactúan más, son un sueño compartido entre ambos. Un acercamiento surrealista al insconsciente que intercala con maestría dentro de un contexto duramente realista. Y a partir de estas licencias que enriquecen la narración, Enyedi no tan solo nos habla de la relación que guarda un patrón con sus empleados y del tejido laboral húngaro (con algún que otro dardo a la burocracia policial del país), sino que nos sumerge en una historia de amor singular, personal y realmente emotiva. Y es que resulta complicado erigir un romance tan frío y distante que se viva de manera más palpitante y sentimental que el que nos enseña en su película.
Emociones explicadas con imágenes
«En cuerpo y alma» es una cinta que se vive de manera acorde a lo que indica su propio título. Dentro del espacio anteriormente explicado, la cámara de la directora se detiene en los pequeños detalles para irradiar los sentimientos que sienten sus protagonistas en esta nueva etapa de sus vidas. Priman los reflejos fracturados de Maria ante los cristales, como un preludio de lo que puede pasar al final, situándola siempre en un lugar indeterminado y no sabiendo nunca como acabar de encajar. Y al mismo tiempo, esta desazón tan bien filmada es magistralmente llevada a un campo más armónico y feliz en su evolución social, su descubrimiento del sentido del tacto, la compenetración que existe entre la leve sonrisa de su rostro y el hermoso mundo que le rodea. Por su lado, la vida del jefe se enfoca desde sus silencios, aprovechando su visión panóptica de lo que ocurre, observando, pero pocas veces juzgando, jugando con el ir y venir de las luces que suceden a su alrededor. Un recital de estampas bellísimas delineadas con auténtico lirismo que llegan a su clímax en la acongojante secuencia que revelará el rumbo final que tomará esta extraña pareja.
Frases destacas:
- «No soy de recursos humanos. Te daba un consejo de amigo»
- «¿Es posible compartir un sueño?»
Tráiler de «En cuerpo y alma»: