Alex de la Iglesia y Carolina Bang vuelven a colaborar con el realizador Zoe Berriatúa, y produce su segundo largo que es una reivindicación de los efectos artesanales del cine clásico.
Las fantásticas aventuras de un director alcohólico
Berriatúa nos demuestra que es un profesional muy valiente al realizar este producto tan inclasificable. “En las estrellas” nos cuenta la historia de Víctor, un director de cine que vive en el límite de sus posibilidades monetarias, físicas y psicológicas. El motivo es que está a punto de perder su casa, no tiene ningún tipo de ingresos, vive al borde de la mendicidad, entregado al vodka y al cine, mientras intenta hacerse cargo de su hijo pequeño. Ha llegado a esta situación tras la pérdida de su esposa Ángela. Hasta aquí, todo puede parecer un largometraje de lo más normal. El primer detalle que demuestra la gallardía del realizador vasco es que si escarbamos en el fondo nos está contando como Víctor asume la trágica muerte de su esposa. Digo trágica porque Ángela decide suicidarse tomándose una buena ración de ansiolíticos. Como Víctor elabora un duelo patológico a pesar de que tiene que cuidar de un menor, decide llevar una conducta destructiva.
Obviamente, el suicidio es un tema tabú en nuestra sociedad, eso quedó patente la pasada primavera con la emisión de un programa de «Salvados» donde abordaban esta patología que sufren más de dos millones de personas en España. Lo duro del suicidio para los que se quedan es que nunca sabrán los motivos que llevaron a la persona a quitarse la vida. Este pequeño factor puede dar lugar a que la persona que queda aquí pueda generar un duelo patológico, en un intento en vano de buscar una respuesta que no existe. Para rebajar la intensidad dramática decide llevar la historia al terreno de la fantasía, de tal forma que elabora un cuento poblado de robots, criaturas gigantescas y artilugios imposibles. Como este autor vasco se mueve entre la fantasía y la realidad, eso le da campo para hacer una reivindicación del cine clásico en toda regla, tanto europeo como estadounidense. De tal forma que el espectador podrá apreciar referencias a Méliès, Griffith, Lang o Chaplin, pero en un tour de forcé homenajea también a autores tan singulares como el estadounidense Tim Burton, británico Terry Gilliam o los italianos De Sica o Fellini. Con esta gran variedad de referencias que van de “Tiempos modernos” a “Big Fish” hay que ser un loco o muy osado o muy inteligente para llevarlo a buen puerto, y este realizador nos demuestra su buen hacer al mezclarlos con soltura en un ejercicio de estilo sobresaliente, que no habíamos visto antes en el cine español.
El amor paterno filial
En esta historia de losers hay que destacar la enorme labor de ese fantástico actor que es Luis Callejo, del que cada día veneramos más su variedad de registro de emociones, que en el caso que nos ocupa, acaba conmoviendo al espectador en la butaca. Hay que reconocer que está rodeado de un grupo de actrices con enorme talento como Kiti Mánver, Magüi Mira y Macarena Gómez, que dan más fuerza a su trabajo. En el plano técnico, el filme funciona a la perfección. Alex de la Iglesia, como productor, pone toda la carne en el asador y le brinda una gran variedad de posibilidades a Berriatúa para que ponga en pie su loco proyecto. Por ese motivo, el espectador podrá disfrutar de trucaje a la antigua usanza, técnicas de animación en stop motion, etc. Con todos estos elementos técnicos a su disposición consigue edulcorar este duro relato cinematográfico sobre dos desamparados personajes que buscan su lugar en el mundo, y para ello tendrán que asumir de la cruda realidad a través de la fantasía y la ficción. Es ahí donde “En las estrellas” se enroca con el oscarizado filme de Roberto Benigni titulado “La vida es bella”. Ahora queda ver si la suerte sonríe a este valiente y hace una buena taquilla en su recorrido comercial.
Frases destacadas:
- Víctor: “Si no fuera tan gilipollas le gustaría”
- Víctor: “¡Que le den por culo al público!”
- Víctor: “La película no ha quedado como yo esperaba”
- Morris: “Eres incapaz de acabar una película en ocho años”
- Ingmar: “Siempre hace falta público”
- Asistente social: “Yo estoy aquí para ayudar, pero tiene que colaborar”
- Víctor: “Lo más importante en la vida es el cine”
- Víctor: “No se puede usar el lenguaje convencional”