Casi dos años después de haber ganado el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes 2011, por fin tenemos la oportunidad de ver una película, sin duda, única.
Con este título de claras alusiones a la obra de Leone, Nuri Bilge Ceylan nos presenta una historia lenta, pero con gran pulso desde la dirección. Que muestra con gran eficacia la interesante historia de un sospechoso de asesinato tratando de decir a la policía dónde enterró el cuerpo del amigo al que ha matado pocos días antes. Y en el que, el protagonista, no es tanto el delincuente como todos los personajes que se ven inmersos junto a él en esta búsqueda/road movie extraña que deleita al espectador con momentos realmente dramáticos a la par que con momentos verdaderamente graciosos.
Una noche
Después de una preciosa estéticamente escena inicial de prólogo, nos vemos inmersos en la noche y en medio de la Turquía campestre. Colinas, una fuente, una carretera y un comboy. Nada más.
Los coches paran y sacan al preso del vehículo. «¿Dónde está el cadaver?» le preguntan «¿Lo enterrastes aquí?». Él dice que no y tienen que proseguir hacía la siguiente fuente que sea semejante con la que retrató el preso antes de salir de la ciudad.
Toda la primera parte de la película (casi dos horas) se da en esta noche, en la que el curioso comboy se mueve por el territorio de colinas y llanuras, de fuente en fuente, tratando de ver si de una vez Kenan confiesa cuál es el lugar correcto en donde enterró el cuerpo.
Con una estética maravillosa, en cada paso vamos conociendo los personajes que se mueven en esos vehículos y sabiendo un poco de ellos. Sobretodo dos, los más protagonistas, el doctor Cemal y el comisario Naci. Cada uno con una historia distinta, pero pareciendo comprenderse a la perfección, se cuentan un poco sobre su vida. Tampoco demasiado, pero lo suficiente (o quizá, lo justo, precisamente) para que nos enamoremos de los personajes. La sutileza con la que cuentan historias del pasado, dejando claro ciertas cosas, pero sin llegar del todo a decirlas es admirable. Y se agradece que hoy en día alguien se atreva a presuponer que el espectador no necesita que le mastiquen la información para comprenderla.
El final de la noche se da un pueblito en el que la única presencia femenina con importancia en la película (físicamente hablando, pues muy profundamente, todo lo que sucede en la película se debe por una cosa u otra a una mujer) cual una aparición (y belleza) divina consigue hacer quebrar a todos los personajes principales. Aunque no externamente, podemos ver cómo cada uno de los tres personajes principales retornan a su pasado y se maldicen por él al ver a la joven muchacha.
Un día
Con la llegada del día (y el comboy a la ciudad) tenemos los mayores problemas de la película. Tras una graciosísima escena, la película comienza a hacerse un poco más cuesta arriba. Ya no evoca tanto interés en el espectador.
Y es que claro, después de dos horas de películas muy intensas e interesantes, los últimos cuarenta minutos, aunque también de gran nivel, se encuentran por debajo de sus predecesores y eso no ayuda a mantener la atención de la audiencia. Quizá porque se centra ya únicamente en la figura del doctor (y un poco del Comisario) o quizá, simplemente, porque el punto más interesante de la historia ya se ha «resuelto».
Es un riesgo que toma la película constantemente, tanto aquí como en otros momentos. La constante apertura de historias o incluso tramas que no terminarán por cerrarse o indicar más o menos al espectador su transcurso. Personajes que con la misma rapidez que aparecen, desaparecen también. Silencios que se hacen eternos, personajes que no hablan, sino piensan y sienten.
En el caso de muchas películas, esto serían posibles errores, ciertos puntos que harían que no funcionasen del todo. Aquí, cada uno de estos elementos funciona a la perfección. Todos menos, quizá, parte de los últimos minutos.
Pero, la verdad es que se perdona. No se queda uno con mal sabor de boca porque Érase una vez en Anatolia es una película maravillosa, que no me extraña ganase el Premio del Jurado y que es una pena que haya tardado tanto en venir a las salas de cine españolas.
Frases destacadas:
Doctor Cemal: «¿Puedes creerte que un alcalde como ese haya tenido una preciosidad de hija como esa?»
Nusret: «No se fíe de él. Conozco a los de su calaña. Le ha tomado por el primo que es y piensa desplumarle».
Comisario Naci: «¿Crees que alguien se suicidaría para herir a otra persona?» / Doctor Cemal: «¿No es así en la mayoría de los suicidios?»
Nusret: «Una de las primeras cosas que me enseñaron fue: siempre hay una mujer. Y en la mayoría de casos así ha sido».
Nota: 7’5
* (Inicialmente le iba a dar un 8, pero lo cuesta arriba que se me hizo en momentos los últimos minutos me han obligado a bajar un poco la nota).