Lorene Scafaria toma el artículo de Jessica Pressler, «The Hustlers at Scores», publicado en la New York magazine para escribir y dirigir su nuevo trabajo.
Cien años de perdón
Según el dicho son los que merecen el ladrón que roba a otro. Es decir, son los que merecerían las protagonistas de esta historia real, más o menos ficcionada, de un grupo de strippers que trabajan en un club. El espectador podrá seguir las peripecias diarias de estas chicas por salir adelante ante las adversidades durante el día y por la noche, bailarán para los ricos magnates de Wall Street. La gran estrella del Scores es Ramona. Una mujer muy inteligente que tiene todo bajo control en todo momento y sabe cómo exprimir a los tiburones financieros, por eso los elige de manera meticulosa. Con la crisis de Leman Brothers, todo el sistema de vida se viene abajo, por ese motivo, se alía con Destiny y otras chicas para obtener grandes beneficios económicos. Para ello usan un cóctel de Ketamina y MDMA para conseguir las tarjetas de los clientes y vaciar el crédito de sus VISAS. A nadie se le escapa que estos clientes son grandes especuladores de Wall Street, en otras palabras, ladrones de cuello blanco.
En 2012, el realizador Steven Soderbergh estrenaba “Magic Mike”, la historia de un stripper masculino que le enseña a otro más joven a cómo divertirse y ganar dinero fácil con las mujeres. Era un filme cargado de testosterona y mucha carne, para el deleite visual de los amantes del cuerpo masculino, al que le faltaba crítica social. “Estafadoras de Wall Street” es el lado femenino y crítico de ese filme. Scafaria pone algo de carne en el asador, de hecho, Jennifer Lopez lo da todo en la barra, nos muestra su tremenda elasticidad a su venerable edad. No olvidemos que Mrs. Lopez tiene ya cincuenta abriles y se abre de piernas como los ángeles. Todo buen largometraje de estafadores o estafadoras precisa de personajes con carisma y actores que estén a la altura. Quien no recuerda “House of games” o “Ocean’s eleven”. Lo malo es que a Lopez le falta el carisma de Clooney. Es posiblemente el mejor trabajo de JLo pero eso no significa que sea bueno, es aceptable.
Más acidez y descaro
Es lo que necesita esta película. El grave problema de “Estafadoras de Wall Street” es que se toma demasiado en serio a si misma. El espectador podrá entender y empatizar con el parlamento final de Ramona: “Esta ciudad, este país entero, es como un enorme club de striptease. Hay gente arrojando dinero y gente bailando”. Scafaria no hace suya la historia. Esto queda patente con el personaje de Elizabeth, la periodista del New York Magazine. Este es totalmente prescindible. Aporta poco o nada al desarrollo real, al revés distrae por completo al espectador. Se intenta servir de este personaje para cargar las tintas sociológicas, pero queda todo en moralina barata. De tal forma que a la salida le queda claro al respetable que todo el mundo tiene un precio y que existen límites, cada uno pone el listón a una altura distinta.
Se echa de menos el descaro y la brillantez narrativa de la creadora de “Nick y Nora, Una Noche de Música y Amor”. Esta comedia dramática es un telefilme de gran factura, merece todo el respeto del mundo el gran diseño de producción. Este tipo de filme requería de mucha mala uva para contarnos cómo se las ingenian un grupo de mujeres subyugadas por el sistema para sacar tajada de la parte más miserable de Wall Street. Su guionista y directora considera que el material que tiene entre manos es muy potente, pero una cosa es una noticia y otra, muy diferente, un largometraje. Tiene un ramillete de grandes personajes femeninos, pero le falta la lengua afilada y vitriólica de Verhoeven, para adentrarse en esta fisura del sistema social y económico, y sobre todo, para darle la vuelta y generalizar a toda la sociedad. Ese es el principal motivo por el que naufraga el mensaje final de Ramona.
Frases destacadas:
- Ramona: «¿El drama te pone cachonda?«
- Destiny: «Ramona siempre tenía el control«
- Destiny: «No estaba ahí para hacer amigos«
- Ramona: «La maternidad es una enfermedad mental«
- Ramona: «Ahora somos una familia con dinero«